La guerra abierta entre colectivos de subsaharianos por el control de los aparcamientos a las puertas del Hospital Universitario se ha saldado ya con las primeras detenciones. Según ha confirmado la Policía se ha producido el arresto de dos personas que habían amenazado a otros compatriotas e incluso habían hecho ostentación de un hacha con la intención de agredirles.
Los agentes, que se encontraban en unidades de radiopatrullas, procedieron al arresto de los dos congoleños, llamados I.N. y L.G., encontrándosele a uno de ellos un hacha de 9 centímetros de hoja.
En el día de ayer la pareja fue puesta a disposición de la magistrada titular del juzgado número 1 que ordenó la puesta en libertad de uno de los detenidos -con el sobreseimiento del caso- y la pena de expulsión para otro. Lo curioso es que dicha pena no se pudo ejecutar ya que el subsahariano tendría que ser aceptado por Congo y reconocido por las autoridades diplomáticas del país.
La Policía mantiene controles aleatorios tanto sobre los aparcamientos del puerto como los del Hospital Universitario, convertidos ambos en peculiares yacimientos económicos para los subsaharianos que encuentran en el ejercicio del control del parking una forma de obtener dinero para sus gastos.
Las fuerzas de seguridad no pueden imponer un control permanente en la zona pero sí han extremado el paso por ambos puntos, considerados sensibles en materia de seguridad, debido a la repetición de los casos de reyertas ya registradas y el enfrentamiento demostrado entre los diversos grupos que están disputándose las plazas.
Estos enfrentamientos se han saldado además con varios heridos que han sido atendidos directamente en Urgencias del clínico civil.
Los agentes, que se encontraban en unidades de radiopatrullas, procedieron al arresto de los dos congoleños, llamados I.N. y L.G., encontrándosele a uno de ellos un hacha de 9 centímetros de hoja.
En el día de ayer la pareja fue puesta a disposición de la magistrada titular del juzgado número 1 que ordenó la puesta en libertad de uno de los detenidos -con el sobreseimiento del caso- y la pena de expulsión para otro. Lo curioso es que dicha pena no se pudo ejecutar ya que el subsahariano tendría que ser aceptado por Congo y reconocido por las autoridades diplomáticas del país.
La Policía mantiene controles aleatorios tanto sobre los aparcamientos del puerto como los del Hospital Universitario, convertidos ambos en peculiares yacimientos económicos para los subsaharianos que encuentran en el ejercicio del control del parking una forma de obtener dinero para sus gastos.
Las fuerzas de seguridad no pueden imponer un control permanente en la zona pero sí han extremado el paso por ambos puntos, considerados sensibles en materia de seguridad, debido a la repetición de los casos de reyertas ya registradas y el enfrentamiento demostrado entre los diversos grupos que están disputándose las plazas.
Estos enfrentamientos se han saldado además con varios heridos que han sido atendidos directamente en Urgencias del clínico civil.
Reyertas a base de números
Los enfrentamientos entre congoleños y guineanos se ganan o pierden a base de números. Es como si se tratara de un partido en el que quien más jugadores posee tiene más oportunidades de llevarse el triunfo. Trasladando el símil deportivo al ámbito delincuencial, los resultados son los mismos. Y ahora quien tiene las de ganar son los inmigrantes guineanos debido a su supremacía sobre el resto. Esto les hace fuertes y les hace querer imponer sus normas, reclamando más días de trabajo. El resto se niega.