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Historia. En la Asociación se tiene la debilidad que, cuando nos enteramos de ejemplares con matricula CE que existen en algún punto peninsular, intentamos hacernos con ellos
Recrear. Define el diccionario de la RAE esta palabra con dos acepciones, “Crear o producir de nuevo algo” y, en segundo lugar, “Divertir, alegrar o deleitar”.
De las dos participamos los que, inoculados por lo que llamamos “el virus del óxido”, pertenecemos a esta Asociación de aficionados a una forma de arqueología industrial. Se trata de actividad ya vieja y muy desarrollada en países y regiones de nuestro entorno, preocupados por la cultura, la historia y el afán por preservar la memoria de lo pasado. Un pueblo sin historia es un pueblo sin futuro ni identidad.
Fue por el año 1999 cuando esta afición a la restauración de vehículos antiguos, que en razón al poco espacio disponible, se ceñía a motocicletas únicamente, plasmó en una Asociación con forma jurídica, organización, objetivos e infraestructura. Desde entonces han sido muchos los vehículos -y ya no solo motocicletas- a los que se ha dado nuevamente la vida y el esplendor que lucieron en sus mejores tiempos.
En la actualidad se trabaja conjuntamente con la Ciudad Autónoma de Ceuta en un proyecto ilusionante que, confiamos, llegue a buen término y asegure el futuro de esta actividad cultural que tiene un complemento turístico, como quedó demostrado en la reciente visita a Ceuta de vehículos antiguos de toda España con sus propietarios y acompañantes. Igualmente, el parque disponible en nuestra ciudad, lleva con frecuencia la matrícula CE a los más variados rincones de España.
Es difícil, y más en nuestra Ceuta, localizar antiguos ejemplares que han dormido el sueño de los justos: automóviles, motocicletas, bicicletas, carros, etc. cualquier artilugio almacenado en pajares, viejas naves, cobertizos… en fin, vehículos guardados en lugares donde no ha estorbado su presencia y han ido, a la par que ajándose, acumulando la pátina del tiempo hasta entrar en fase de ser considerados, por su edad recuerdos de un tiempo anterior y merecedores de ser rescatados.
En la Asociación se tiene la debilidad que, cuando nos enteramos de ejemplares con matricula CE que existen en algún punto peninsular, intentamos hacernos con ellos. Es nuestra ilusión devolver a Ceuta algunos de los muchos vehículos que, en aquellos tiempos en los que los cupos de importación sumamente restringidos fuera de aquí, hacían de nuestra ciudad un filón para vehículos importados que tenían su destino repartido por el resto del país. Y cada uno de esos vehículos traen además la historia de sus antiguos propietarios.
Hoy se pretende esbozar sucintamente en qué consiste nuestra labor, apoyándonos, como ejemplo, en uno de los coches en los que se trabaja en la actualidad en el Club, un ejemplar de Seat 600, también CE-que, cuando cayó en las manos de quien lleva un par de años dedicado a ello, parecía imposible llevar a término por el más que deplorable estado en el que se encontraba: todos los bajos casi desaparecidos por la herrumbre; motor con graves problemas por la cantidad de kilómetros y la mala vida soportados; cromados sin vida; interior inexistente; instalación eléctrica, de frenos, amortiguación, equipo de alumbrado, complementos, todo completamente arruinado.
Pero con la ilusión, el reto, y esa esperanza de que, con los lentos avances que se intuyen siempre al final de una intensa tarea, llegar al “divertir o deleitar” que nos dice la RAE, en su progreso, y que mueven lo que parece tarea poco menos que imposible.
Todo empieza con la total deconstrucción del vehículo, hasta el último tornillo; la recopilación de manuales de despiece y taller (internet, ¡que gran invento!) y la labor de saneado, parte a parte, pieza a pieza, mecanismo a mecanismo, complemento a complemento.Cuando ello es posible, se intenta la restauración antes que la sustitución. En caso de no ser ello posible, comienza la búsqueda de piezas originales –más fáciles en vehículos nacionales que extranjeros- y tanto más fácil cuanto menos edad tengan..
Es premisa de nuestra Asociación devolver los vehículos a su estado original, sin añadidos, o desviaciones de cómo fueron diseñados y salieron al mercado en su día. Es una labor que hay que realizar sin prisas, con todo el detalle, cotejando medidas; muchas fotos de su estado antes de desmontar, manuales varios, y la experiencia y ayuda de todo el colectivo de asociados cuando se demanda.
Así, con paciencia y muchas, muchas horas, van notándose tímidos avances que refuerzan esa ilusión por “crear o producir de nuevo algo”, en nuestro caso, por devolver a su mejor infancia a ejemplares que merecían, por su estado, haber sido carne de desguace y demolición muchos lustros atrás. No es para contar los esfuerzos que median entre el principio y el final de nuestro SEAT 600,. Y teniendo en cuenta que lo importante no solo es su aspecto exterior, sino, fundamentalmente, en sus tripas: el interior: bielas, casquillos, pistones, segmentos, cilindros, válvulas, correas de distribución, bloque, culata, juntas, bomba de aceite…todo totalmente reparado y rectificado.
Hay que recurrir, en muchas ocasiones a artesanos de todos los puntos de nuestro país, y en ocasiones de fuera, para trabajos muy específicos y raros ya en nuestros días: cromadores, vaciadores de piezas no existentes en el mercado, y, muy frecuentemente, a mercadillos y ferias de vehículos clásicos, coleccionistas de piezas repartidos desde Londres a Sidney. En fin, toda una labor de investigación, búsqueda, frustraciones y alegrías.
Ya en este punto, con la mecánica, carrocería, chapa y pintura finalizada, además de con sus accesorios y complementos instalados o en espera de ello, es el momento de acometer la labor de tapicería: forros de puertas, relleno de asientos, tapicería de estos, techo, etc. La última fase en la que ahora se encuentra el artífice de esta nueva aventura, Luis Javier, una más de las que realizamos, día a día en nuestra Asociación, con la satisfacción del trabajo bien hecho y la alegría de haber rescatado otro candidato a la prensa de chatarra de su destino, devolviéndolo a sus tiempos de esplendor, para disfrute de la vista y los sentimientos de quien lo vea rodando nuevamente por nuestras calles y plazas.
Para finalizar, debemos citar los tres últimos proyectos de restauración de motocicletas que llevamos entre manos, una BMW y dos Hondas, todas con más de treinta años. Existen otras tres BMW en curso de restauración pero en una fase más primaria aún.
Esperamos haber dado una idea aproximada de la labor que entraña esta afición romántica de devolver a la vida a arruinados ejemplares industriales que marcaron una época, otro modo de vida y que nos quitan años de encima cuando los vemos nuevamente con fuerza y tronío por nuestras calles. Como si fuera ayer.
https://asociacionamigosvehiculosclasicosceuta.wordpress.com