La pasada de Yannick Noah

El escritor español Miguel de Cervantes Saavedra dejó dicho:- ¿Qué locura o qué desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo que decir tanto de las mías?-. Y las declaraciones realizadas por el ex tenista francés Noah son tan desafortunadas como impropias de un símbolo del deporte de élite. Éste jugador, que no goza en su palmarés de grandes logros y si de muchas derrotas, parece ser que ganó un Roland Garrós, título que le hizo poder deambular entre la mediocridad de los mejores. Lo fue en Francia por su falta de oposición y ganar el trofeo estaría en consonancia con el bajón tenístico de aquel momento.
No es de recibo admitir las declaraciones del citado, especialmente porque la envidia le lleva a acusar a los deportistas españoles de estar especialmente ligados con el dopaje. Que tengamos una selección de fútbol o baloncesto campeonas del mundo, al mejor ciclista, el mismo que contribuyó a vencer por cinco veces seguidas el “Tour de Francia”, al mejor en Fórmula 1, a un Rafa Nadal insuperable… Campeones de Europa de clubs de fútbol, Balonmano, Motociclismo… Para Yannick todos estos triunfos no pueden estar basados en el trabajo y en la buena gestión… él lo asemeja a que el dopaje es una máxima en el deporte español y por ello llegan los títulos.
Aunque su mundo dentro del deporte lo desarrolló como número uno del tenis francés, no por ello adquirió la suficiente preparación para medir sus palabras, como ahora nos ha demostrado. Noah es un hombre con mala memoria. Porque si el dopaje hace daño en cualquier competición, sería para aplicarle una mención especial al tour ciclista de su país. Como ejemplo, es fácil recordar a Richard Virenque que siempre ganaba el premio de la montaña y que por un problema con el dopaje, nunca llegó a ser el mismo. Y no por ello, tras cumplir su sanción, se le negó ni se le calificó como un dopado. Es una circunstancia más del mundo del deporte, desgraciada pero real.
Equivocado en su apreciación, es justo recordarle que Lance Amstrong y Floyd Landis, mantienen una guerra de años, en la que éste acusa a Lance de haber disputado y ganado algunos “tours”, bajo los efectos de sustancias dopantes… ¿dónde está Francesco Riccó?… y Vinokourov, Zulle y el interminable número de ciclistas extranjeros que fueron sancionados por dopaje. El francés olvida que en el año de 2007, Francia fue el país con más casos de dopaje, 35 hombres y doce mujeres, seguido por un innumerable reguero de casos en otros países y que, en España, solo hubo uno. Se excede en sus comentarios cuando omite el caso de Alemania occidental en 1966 y el desgraciado caso de los futbolistas enfermos en Italia con la ELA, que después de retirados, sufrieron las secuelas de este tratamiento y que llegó a producir enfermedades incurables e incluso muchos casos de muerte.
Cierto es que España tiene asuntos que aclarar en cuanto al dopaje. En fútbol mantenemos un sistema que ridiculiza a las demás selecciones. En baloncesto a los hermanos Gasol, Felipe Reyes, Juan Carlos Navarro, Ricki Rubio, Rudi Fernández y un sinfín de buenos jugadores. En la nómina de los dos mejores equipos del mundo, Real Madrid y FC Barcelona, militan franceses. Es posible que ante esta cascada de imbecilidades, Yannick Noah reflexione y piense que más vale “un silencio a tiempo que unas palabras a destiempo”. De igual manera, comprenda que el bajo nivel deportivo de otros países es la posible causa de la hegemonía española.
Como dijo Ambrose Bierce “habla cuando estés enfadado y harás el mejor discurso que tengas que lamentar”.