Hace mucho tiempo, existía en la ciudad de Ceuta un lugar desde el que se divisaba una inmensa variedad de vegetación, se veía a la perfección la bahía norte con su puerto y la Mujer Muerta se silueteaba en el atardecer con una variedad de colores y matices que se convertían en un espectáculo.
Pero ese lugar, tras su abandono y su descuido, fue convertido en un refugio que acabó con grafitis y suciedadpor quienes lo frecuentaban, dando una sensación de inseguridad a los vecinos de la zona.
Pero desde hace un mes, y aunque no se le ha dado publicidad al asunto, el mirador vuelve a ser lo que algún día fue, más o menos. Cristaleras instaladas gracias a la labor de carpintería de aluminio, una capa de pintura en el techo y un parqué flotante en el suelo. Materiales “de calidad pero lo más baratos posibles”, según explica el responsable de los trabajadores del Plan de Empleo que estarán trabajando hasta junio en el Parque de San Amaro. Lleva operativo exactamente desde el día en que la mona de mangabey negro fue trasladada a su nueva jaula, pero la ciudad no se ha hecho eco de esta nueva instalación.
Como el parque, abre de 9 a 23 horas (en horario de verano, en el de invierno sólo hasta ls 20 horas). Y la forma de llegar hasta el mirador es doble. La primera, en coche desde Poblado San Antonio, donde subiendo la cuesta hay una puerta con una verja, y a lado un interfono. Dentro de poco, además, estará señalizado con una placa que indicará que eso es el mirador de San Antonio.
La otra manera de acceder es a través de los senderos de San Amaro. Una vez pasadas las cabras (una de ellas embarazada) y los ciervos (que próximamente se prevé sean cambiados de lugar donde sean menos dañinos para la vegetación), se continúa la cuesta y hay una nueva verja, con un interfono.
El mirador tiene dos niveles. un piso acondicionado con cristaleras desde el que el público puede acceder a las impresionantes vistas de San Amaro. El local, una vez ha sido arreglado por los trabajadorse del plan de empleo que acabará en junio, está ahora a la espera, sin embargo, de que se le pudiera dar un mejor uso.
De hecho, vasios vecinos de la zona, cuando vieron el habitáculo acristalado, pensaron que la intención era construir ahí una cafetería o un restaurante, quizás al estilo del Mirador de Isabel II. En realidad, se trata simplemente del mirador de siempre, pero acondicionado y cuidado para que dure y para que los paseos en el Parque de San Amaro sean más cómodos para los ceutíes.