La operación, paso a paso

El jefe del Centro de Salvamento Marítimo de Tarifa-Tráfico, Adolfo Serrano, repasa para ‘El Faro’ cómo se han coordinado las labores de localización de Alfonso Hossain y Miguel Ángel Melón Las 22.05 horas del viernes 5 de abril. Ese es el minuto exacto que figura en la base de datos del Centro de Salvamento Marítimo de Tarifa-Tráfico. La primera noticia de que dos hombres a bordo de una pequeña embarcación habían comunicado que se hundían. Un único e inexacto dato para activar su búsqueda: las proximidades de Punta Almina. Tres días después de la desaparición de Alfonso Hossain y Miguel Ángel Melón, con el único hallazgo del cuerpo del primero en la tarde-noche del pasado domingo, el jefe del centro de coordinación, Adolfo Serrano, detalla hora a hora cómo han transcurrido este fin de semana de intensa búsqueda en aguas del Estrecho de Gibraltar.
“En el primer minuto se movilizó a la Salvamar Gadir, con base en Ceuta, a una patrullera de la Guardia Civil y al Helimer 211 que, aunque tiene base en Jerez, en esos momentos se encontraba realizando un ejercicio rutinario de adiestramiento de la tripulación al oeste del Estrecho”, detalla Serrano, “35 minutos después esas tres unidades estaban en la zona de Punta Almina”. Tras un par de horas, la falta de combustible obliga a que el helicóptero regrese a Jerez y el empeoramiento de las condiciones climatológicas, la nula visibilidad y la inexactitud de la zona de búsqueda obligan a que, sobre las 01.00 horas, Gadir y patrullera cesen en sus labores dada la imposibilidad de hallar rastro alguno. “La decisión se toma porque no se logra obtener ninguna información adicional y, además, al no contar con un punto concreto y ser necesario ampliar la zona de búsqueda se necesita luz diurna”, expone el jefe de Tarifa-Tráfico.
El teléfono móvil del que llaman los afectados, única comunicación, continúa todo ese tiempo apagado o fuera de cobertura. Para entonces ya se han comenzado a lanzar avisos a los navegantes para que todas las embarcaciones que navegan por el Estrecho estén pendientes. “Esa misma noche se informa, a través del Centro Nacional de Coordinación de Salvamento, a las autoridades marroquíes por si la embarcación hubiera podido derivar hacia el sur”, comenta Serrano. Horas después las tres unidades que habían actuado por la noche son las encargadas de retomar, con los primeros rayos de luz, sobre las 06.00 horas, la búsqueda.
Arranca el sábado con la esperanza de localizar a Alfonso y Miguel Ángel. Sobre las 11.00 horas el Helimer 211 debe retirarse por falta de combustible y, media hora después, le releva el avión de Salvamento Marítimo que, con base en el aeropuerto de Valencia, ha volado hasta la zona. “Mientras que el helicóptero sólo puede volar entre dos y dos horas y media, el avión puede realizar vuelos de algo más de cuatro”, explica Serrano. En el agua la Gadir es relevada por el ‘Luz de Mar’, de Algeciras.
La inexistencia de noticias obliga a tomar nuevas decisiones. Es necesario variar la zona de búsqueda. “A medida que pasan las horas hay que buscar más a Levante de Punta Almina, es decir, hacia la zona del Mediterráneo porque todo el viento es del oeste y la corriente hacia el Mediterráneo”, informan  desde el centro de salvamento reiterando que, durante toda la mañana, se continúa con los avisos a navegantes. Sobre las 16.00 horas el avión, tras algo más de cuatro horas, recala en el aeropuerto de Málaga. Allí reposta y vuelve a planear y rastrear la zona durante toda la tarde, hasta el ocaso. Ni rastro.

Nueva información
En la madrugada del sábado al domingo un familiar aporta un nuevo dato. “Se nos informa de que, en el momento del suceso, no estaban cerca de Punta Almina, sino a ocho millas al norte de Ceuta. Esto nos obliga recalcular las nuevas zonas de búsqueda y el resultado es que debemos rastrear más hacia el sur de la provincia de Málaga”, cuenta Serrano. Una variación que implica la entrada en el operativo de la Guardamar ‘Caliope’, con base en la capital malagueña. Se moviliza, nuevamente, al Helimer, pero el aparato debe ser minutos después desviado al norte de Tánger porque llega aviso de que hay pateras a la deriva en esa zona. Esta salida es relevada nuevamente por el avión Sasemar 101, quien se incorpora nuevamente a la búsqueda realizando un vuelo por la mañana y otro por la tarde.
En la jornada del domingo también se moviliza al ‘Luz de Mar’ y, el apoyo de la Benemérita incluye, además de la patrullera ceutí, otra de Málaga. El día discurre sin ningún tipo de hallazgo hasta que, a las 20.15 horas, cuando prácticamente se da por finalizada la búsqueda de ese día, un velero avisa de que ha avistado un cadáver flotando en el agua. “El punto exacto es a 12 millas al sur-sudeste de Estepona, así que es la ‘Salvamar Vega’ quien va en su búsqueda, junto a una patrullera de la Guardia Civil, y trasladan el cuerpo hasta el puerto de Estepona”, detalla el jefe del centro de Tarifa-Tráfico.

Y ahora, ¿qué?
Ayer lunes continuaron las labores de búsqueda,  aunque las esperanzas de encontrar nuevos restos del naufragio se evaporan a medida que continúan pasando las horas. “Continuaremos durante varios días con los avisos a los navegantes, por si alguien encontrara a la otra persona o rastros de la embarcación, pero ya es prácticamente imposible encontrar a alguien con vida a flote”, lamenta Serrano, quien asegura que casos así suponen una excepción. Y es que ni siquiera se ha podido saber fehacientemente el sistema de seguridad y de comunicación con el que contaban, ya que lo único que utilizaron fue un teléfono móvil. Una simple bengala encendida en medio de la oscuridad o contar con un equipo de radio en funcionamiento mediante el cual haber lanzado aviso a todas las embarcaciones que en ese momento transitaban el Estrecho podría haber cambiado el desgraciado final de este suceso.