No soy muy de ver cine navideño en navidad porque toque por decreto, quien me haya leído otros años o me conozca lo sabe, pero sí de aprovechar las vacaciones para ponerme al día con cintas que me apetece refrescar y disfrutar, valores seguros de mi cine favorito sin prisas ni interrupciones.
Con esa premisa suelo aparecer por estas fechas recomendando películas que sencillamente forman parte de mi catálogo personal de favoritas de una vida, y que no necesitan temática específica ni excusa para ser revisionadas. La ola, en apariencia, parece una propuesta de lo menos adecuada para ponerse navideños, pero con lo expuesto con anterioridad por delante, cabe también decir que la temática se enmarca mucho más en la actualidad de lo que podría parecer…
Los grandes desastres de la historia de la Humanidad, se ve que no aprendemos, suelen ser algo cíclico, la piedra con la que tropezamos de tanto en tanto, y esta película da un repaso espectacular y didáctico a elementos como la ambición, la necesidad de pertenencia, la fuerza del grupo, lo tentador de la tiranía, el “conmigo o contra mí”, o el poder individual en nombre de un bien común (¿les suena la perversión?). No me negarán que todo esto podría haberse sacado de las noticias de casi cualquier país en los últimos tiempos…
Que esta lección de totalitarismos sea de manufactura alemana, basada además en hechos reales, está cargado de simbolismo, y carga de emoción esta reflexión sobre cómo nos equivocamos una y otra vez por los mismos motivos y con los mismos resultados desastrosos.
La historia plantea una cuestión en boca de un profesor de instituto ¿puede un régimen totalitario volver a seducir al pueblo alemán?; y con ello se le ocurre hacer un experimento bajo el sobrenombre de “autocracia” para explicar algunas cosas. En apenas unos días, lo que parecía una prueba inocente basada en la disciplina y el sentimiento de comunidad va derivando hacia una situación sobre la que el profesor pierde todo el control y nos va dejando la sangre helada por la carga de verdad que contiene.
La cinta es contundente, atractiva desde la óptica de espectador y toda una lección que debería impartirse en cualquier instituto del mundo de manera obligatoria. Nominada a multitud de premios europeos, el debut de Dennis Gansel es cine sociológico de alta escuela. Todo impresionantemente reconocible, cercano, creíble, posible, un auténtico dardo de realidad. Deja poso para el análisis y la reflexión después incluso del tiempo de macerar lo que nos relata. Imprescindible.
Dirección: Dennis Gansel.
Año: 2008. País: Alemania.
Título original: Die Welle.
Duración: 110 min.
Género: Drama. Nazismo. Basado en hechos reales.
Intérpretes: Jürgen Vogel, Frederick Lau, Jennifer Ulrich, Max Riemelt, Christiane Paul, Elyas M'Barek, Jacob Matschenz, Cristina Do Rego, Maximilian Mauff, Maximilian Vollmar, Ferdinand Schmidt-Modrow, Tim Oliver Schultz, Amelie Kiefer, Fabian Preger, Odine Johne.
Guión: Dennis Gansel, Peter Thorwarth (basado en la novela de Todd Strasser).
Música: Heio Maile.
Fotografía: Torsten Breuer.
Productora: Constantin Film, Rat Pack Filmproduktion, Medienfonds GFP, B.A. Produktion.
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