El Revellín acogió el concierto homenaje al general que cerró los actos por el DIFAS
Un Revellín que rozaba el lleno no quiso perderse el concierto homenaje al general O’Donnell que además ponía el broche a los actos organizados por el Día Internacional de las Fuerzas Armadas (DIFAS).
Con motivo de los 150 años de la muerte de este general, el Centro de Historia Militar junto con la Comandancia General ha realizado un ciclo para darle difusión a la figura de Leopoldo O’Donnell y la relevancia que tuvo para Ceuta, y el de ayer tarde, fue el último de todos esos actos que ponía un cierre con tinte sonoro.
Con Vicálvaro, una polka militar, la Unidad de Música del Batallón del Cuartel General de la Comandancia General en colaboración con la Asociación Coral ‘Andrés del Río Abaurrea’, abría un concierto que realizó un viaje histórico a la música de la época del general. Un concierto, además, único, pues muchas de las piezas no habían sido interpretadas desde el siglo XIX. Por ello, este concierto ha sido todo un trabajo de investigación, pues sin constancia de estas piezas en la época actual, los músicos han debido retroceder hasta el siglo XIX para conocer de primera mano estas composiciones.
El concierto estuvo dedicado a la década comprendida entre 1860 y 1870, a lo largo de la cual se compusieron muchas obras musicales a los héroes de la Campaña de África y, en especial durante el mismo se hizo un guiño especial con un homenaje al General O’Donnell, que constó de seis piezas musicales del total de las 11 establecidas en el programa.
Piezas nada fáciles, pero que fusionaron a la perfección dos bandas musicales: la Unidad de Música del Batallón del Cuartel General de la Comandancia General, al frente de la que se encontró Mario Ruiz María; y la Asociación Coral ‘Andrés del Río Abaurrea’, cuya dirección recae sobre Celia García Rivera. Además el concierto estuvo dotado de esa prueba de antaño conocida como ‘examen de la música’, en el que se ponía a prueba la valía de los músicos con la interpretación de diferentes estilos, como música clásica, zarzuela o marcha militar. Además, éstos debían convertirse en arreglistas y compositores de marcial. Todo ello se vio reflejado en el transcurso del concierto.