Cumpliendo ya con la media de vehículos quemados a los que parece que se está acostumbrando la ciudad, la pasada noche se produjeron otros dos nuevos siniestros.
El primero de los incendios fue el de un vehículo estacionado en un llano del Príncipe Alfonso y el segundo, horas después, el de otro turismo aparcado en la calle Soldado Valle Almazán, cerca de Sidi Embarek. En este caso las llamas afectaron a parte del vehículo sin que quedara calcinado en su totalidad. Le faltaban además algunas piezas.
Sigue así engordando el número de coches que de manera accidental o provocada terminan destrozados al ser pasto de las llamas. Curiosamente, y contrario a las tesis oficiales que mantiene la Policía -que insiste en que el 90% de las quemas son de coches abandonados-, de todos los vehículos que han ardido en el último mes sólo unos pocos cumplían ese perfil. Así las cosas, al margen del negocio existente en torno a la compra y venta de piezas, al desguace de los vehículos y a su posterior quema, también existe una vena delincuencial clara y que se centra en la quema premeditada o por encargo de determinados turismos. No se trata de una acción aislada sino que cada vez es más predominante, según las estadísticas, y contra la misma no cabe como solución la aplicación de ordenanzas medioambientales. Ya en anteriores ediciones ‘El Faro’ apuntaba a la existencia de un grupo de menores que estaría detrás de estas quemas provocadas, en las que se estaría empleando el procedimiento de la pastilla de barbacoa arrojada al coche tras romper el cristal para evitar que la actuación policial sea efectiva. El resultado es la destrucción de vehículos.
De momento no se ha practicado la detención de estos individuos, aunque sí se han esclarecido otros sucesos en los que existe acción delincuencial pero contratada, escondiendo detrás la existencia de un fraude.
La crisis influye en el aumento del tráfico de drogas y también en la necesidad de obtener dinero fácil aunque sea a costa de engañar al seguro. Así ha habido casos en los que se ha pagado dinero a un joven para que queme el coche para, así, su propietario poder cobrar el seguro. En algunos de estos casos se había retirado piezas al vehículo antes de la quema. También ha habido casos en los que el origen del incendio ha sido un cortocircuito.
En su última intervención ante los periodistas, el delegado del Gobierno apuntó al control que se está llevando sobre los talleres que se estarían dedicando a la compra de piezas que los mecánicos ambulantes retiran de los vehículos que después se queman.
Distintas causas
El negocio
La compra de piezas hace que haya personas que se dediquen a quitarlas de los vehículos y después estos se quemen.
Los menores
Hay un grupo controlado por otras personas que está detrás de las quemas de varios de los coches. En el último mes la gran mayoría de los calcinados no eran abandonados. La técnica usada es difícil de detectar.
Fraudes
Al margen de los accidentes y de los ajustes de cuentas, se dan varios casos de quemas previo acuerdo para que sus dueños puedan cobrar el seguro. Detrás está la crisis.
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