No se si le habrá pasado, pero le aseguro que a las ocho de la mañana los ciudadanos que caminan a su trabajo y las madres que acompañan a sus niños al colegio tienen que hacerse a un lado para dejar paso a la tropa (nunca mejor dicho) de jóvenes que acostumbran a practicar el atletismo por imperativo… militar. Cuando los ejercitantes son docenas de cuerpos corriendo en abanico, no queda sitio para nadie que pretenda caminar en dirección contraria. Es curioso, porque incluso sabiéndolo, viéndote venir, ninguno de ellos recula –valientes- sabedores que al ser mesnada numerosa, nadie osara decirles lo contrario. Así que al pobrecito ciudadano o ciudadana, no le queda más remedio que detenerse o de lo contrario ser arrollado “sin compasión”. Lo importante para ellos es no detenerse, tal y como mandan los cánones deportivos del atletismo en pista: no detenerse y que te eviten los demás…
Las autoridades militares deberían tomar nota de tanto “héroe” y ahora que estamos en crisis ahorrarse el fax de turno, enviando, como hicieran los griegos en la llanura de Maraton, a estos atletas preparados para la vida moderna y para la gran carrera, con el papelito en la mano y unos calzones verdes con las tiritas de la enseña nacional -preciosos, Mari- de cuartel en cuartel. Ganarían tiempo y ahorrarían muchos kilowatios y mejor gasolina…Porque de lo contrario, ya me dirán que hacen soltando a los soldaditos tan temprano. ¿Es que el Ejercito no tiene pistas deportivas? ¿Es que los cuarteles no son lo suficientemente grandes como para que los recorran sus soldados? ¿Es que no tienen campos de maniobras donde poder hacer footing o carreritas sus asalariados? ¡¡ Los C….!! -que son huevos en Torrelodones-. Pero no, aquí es más fácil y menos costoso abrirles las puertas de los cuarteles a las 08.00 (07.00 zulú) y soltarlos en plena ciudad para que se desfoguen las criaturas y lleguen cansaditos y relajados tras la ducha de rigor…
Las instalaciones militares son mucho mejores para correr durante un rato, y si no hubiera otra solución, (como sería correr por la M30) lo mejor sería que entendieran, y así se lo hicieran saber sus mandos, que el hecho de hacer una hora de ejercicio, no es para molestar al ciudadano, sino para mantener a la tropa en forma y que por ello, no se precisa un minutaje, pudiendo perfectamente, dejar pasar a aquellos que, hasta la fecha, tienen que apartarse para dejarles paso y a los que, ni siquiera por educación, se les pide disculpas cuando se les empuja. Y si no hay educación en el ejercito, supongo que, al menos habrá mandos para decirles a sus muchachos que la tengan y dejen paso.
Posdata: este artículo lo publiqué hace algunos meses, pero cayó en saco roto o en el “cajón de las cosas imposibles”. Con algún retoquito de más, lo republico, y seguramente tendré que volver a hacerlo para recordarle a la Comandancia General que los soldados bajo su mando no se atienen a las normas mínimas de educación y cortesía con la ciudadanía y que, aún sabiendo de la “hermosa y bella simbiosis entre pueblo y ejercito que se dá en Ceuta”, lo correcto sería mandarlos a correr por la playa de Benitez, el Chorrillo, la M30 o donde crean conveniente que no sea en pleno centro de la ciudad y dando por culo a las ocho de la mañana.
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