La entrega de la obra dirigida por el Servicio Militar de Construcciones se retrasará un mes y se verá completada a finales del mes de abril.
La mayor parte de los trabajos ya se encuentran ejecutados. En la sede del cuartel ya se ha levantado la estructura principal del nuevo hangar y se ha completado el techado. La estructura contará con instalaciones eléctrica propias, los Leopard 2A4 necesitan recargar la batería durante dos horas diarias, que será una de las ventajas con la que cuenten en la nueva ubicación. Otra será el espacio, ahora el batallón de carros de combate descansa en los hangares de los antiguos M-60, cuyas piezas adornan ahora varios puntos del acuartelamiento, y se encuentan apiñados con una distancia de escasos centímetros entre ellos. Algo que dificulta cualquier operación que se quiera hacer, tanto su salida como el mantenimiento primario que realiza la propia tropa.
Pero la obra más compleja se ha realizado en el taller. El último trabajo ha consistido en la instalación del puente grúa que permitirá levantar en peso el motor del leopard2A4 e incluso la propia torreta del carro de combate. Los obreros estaban completando ayer varias habitaciones anexas a los talleres y restará, al igual que en los hangares completar el cerramiento lateral de la nueva construcción. Unos detalles que se están viendo retrasados por la continuidad de las lluvias en los últimos dos meses.
La obra se ha realizado primando la contratación de empresas de la ciudad. Entre las compañías que han participado, subcontratadas por el Servicio Militar de Construcciones, se encuentra Taboada, P. Mellado, Electrosur, Hoarce, Áridos del Estrecho o Genco. Sólo se han contratado servicios en la península para aquellos elementos que no se fabrican en la ciudad como las estructuras metálicos o un puente grúa recientemente instalado que se encuentra en el taller de mantenimiento.
Los trabajos cuentan con un presupuesto de 1,4 millones de euros que abarcan el hangar y el taller de mantenimiento.