El PSOE llamó ayer la atención en rueda de prensa sobre el fenómeno de la prostitución, reclamando el trabajo en un proyecto integral. Son muchas las ocasiones en las que este tema ha formado parte de multitud de artículos, reportajes y demás con los que se ha querido poner de manifiesto un problema que existe a la vista de todos pero del que, sorpresivamente, tendemos a pasar. Es como si no fuera con nosotros, es como si no consideráramos suficientemente relevante el saber que hay menores que frecuentan la parada de autobús del antiguo Hospital para mantener relaciones con las mujeres que allí se concentran para ejercer la prostitución. La asociación de vecinos de San Amaro lo denunció en su día. E incluso se ha tenido conocimiento de más de una historia en la que el protagonista era un menor y en la que el viejo Hospital terminaba por tener un uso indebido... Y vamos a dejarlo ahí.
El PSOE ha hecho un llamamiento sobre un tema clave, que afecta no solo a la concentración de mujeres, sin control alguno, en esta zona, sino también a las que ejercen la prostitución cerca del CETI y que son explotadas por sus chulos y por quienes acuden buscando un encuentro y terminan chuleándolas, rogándoles hasta el descuento ‘de rebajas’.
Mirar hacia otro lado no es la solución, sobre todo porque estamos ante un problema que afecta a la salud pública y que no se soluciona con mayores controles policiales o a base de multas o presión de las fuerzas de seguridad. Ese no es su trabajo, debe haber otro paralelo que se centre en, cuando menos, tener conocimiento de lo que hay, del estado de ese colectivo, de la situación en que se encuentran, de los posibles casos de explotación y trata que pueden darse y de los riesgos que tiene el sector de adolescentes que acude a este punto. Esta vez, mirar hacia otro lado, puede hacer que nos duela la cabeza.