La limpieza, a pleno

La pertinencia en la modificación del contrato de la limpieza fue analizada ayer en pleno. Evidentemente la mayoría popular hizo que cualquier motivo de réplica sirviera para bien poco. Hubo críticas, se expusieron quejas, pero las tesis que dominaron este punto y resultaron exitosas fueron aquellas que defendían la pertinencia de darle más dinero a Trace.

Una empresa que ha demostrado bien poco desde que se llevó el gato al agua presentando una bajada para sostener un servicio que luego no ha podido asumir.
Trace no da la talla. Y no la da porque ha demostrado que no sirve para esto. Los resultados están en la calle (más sucia que nunca) amén de en sus conflictos laborales (incapaz de dar una solución, por ejemplo, a los ex de Contenur de quienes se ha reído a la cara y a quienes parece que quiere utilizar para que monten el pollo y así presionar a la Ciudad para que les dé más dinero) y en la forma que han tenido de desembarcar en un mundillo más complejo de lo que parece.
Del debate plenario me quedo con la frase de Aróstegui. Él dijo ser mal pensado, yo también: ¿acaso no habrá forzado la empresa que la suciedad sea motivo de crítica genérica para forzar a la Ciudad a subir más la inyección económica?
Como en esta ciudad parece que gusta eso de hacer todo al revés, nos topamos con un contrato de la basura que se ajustó a unas supuestas condiciones económicas más complicadas impidiendo que otras empresas potentes pudieran competir en igualdad de condiciones. Ahora nos venden que la crisis ya no es tal (será para ellos porque sigue habiendo empresas que las están pasando canutas para llegar a final de mes y sostener a todos sus empleados) y usan ese argumento para justificar más pasta para Trace.
¿Creen que con más dinero estarán las calles limpias?, ¿creen que con más dinero habrá una sostenibilidad de la plantilla, dejando las piraterías que se están haciendo aparcadas?... ¿qué creen realmente?
Les diré lo que yo creo, que estamos ante una merienda de amigotes en la que los alimentos los pone cada uno según les convenga para al final terminar la quedada con mejoras para los ‘elegidos’. Porque no hace falta más que mirar a los lados y ver quiénes están siendo los ‘elegidos’, quienes parecen estar nacidos con el toque privilegiado de una varita mágica. Pues nada, la idoneidad y la pertinencia de esa modificación se hará. Porque sí.