La inmigración y la creciente delincuencia organizada, las claves del discurso de Torres

El discurso ofrecido ayer por el jefe superior de la Policía Nacional, José Luis Torres, se centró, como viene siendo habitual en las últimas festividades del Patrón, en destacar la efectividad alcanzada por el Cuerpo y recalcar el descenso en la criminalidad. De haberse publicado el discurso correspondiente al año pasado nada hubiera cambiado, salvo que, en esta ocasión, Torres no colocó culpables por el nulo esclarecimiento de algunos delitos (como hizo en 2010 con CCOO y los subsaharianos de los cartones) y sí   entonó un cierto mea culpa.

El discurso del jefe superior fue el del mensaje “reflexivo y atemperado” en un mundo de revolución mediática que, quizá, no es capaz de captarlo. Así que, ante el auditorio del Hotel Ulises en el que había más autoridades que policías, Torres hizo especial mención a los dos asuntos que han marcado la seguridad en este año: la inmigración y la delincuencia violenta.
Sobre la primera el jefe superior se atrevió a decir lo que siempre ha evitado el delegado del Gobierno y el Gobierno central: hablar abiertamente de presión. “En los últimos meses”, señaló Torres, “se han disparado las estadísticas de entradas, utilizando vías nuevas que están poniendo a prueba la capacidad de respuesta tanto de los cuerpos de seguridad como de las instituciones asistenciales, si bien con la colaboración de las autoridades marroquíes se  ha vuelto a frenar dicho incremento”, apostilló. Esa presión de la que nunca quiso hablar el delegado del Gobierno formó parte del discurso de Torres que habló, además, de números. Así, siguiendo la tónica que en esta materia ha defendido siempre la Ciudad Autónoma gobernada por el PP el jefe superior mentó a la necesidad de reducir la presencia de inmigrantes a los “números adecuados”, de los que no dijo cifra.
En cuanto a la delincuencia organizada y violenta, que en ningún momento denominó mafia, Torres habló de los últimos episodios que han dejado dos muertos así como del decomiso de drogas. Y en este apartado hubo asuntos destacados. Por ejemplo, respecto a los decomisos, destaca cómo la mayor parte de las intervenciones se han llevado a cabo en la península y no en Ceuta. Casi doce toneladas de droga intervenidas en las que ha habido ceutíes o marroquíes implicados, pero cuyo operativo y golpe se ha asestado más allá de nuestras fronteras. Mientras, a nivel local, las cifras son bastante más pequeñas: 1.493 kilos de hachís y poco más de cinco kilos de cocaína es el balance.
En materia de hechos violentos, Torres evitó referirse expresamente al Príncipe pero habló de lo 13 tiroteos que han dejado dos muertos y ocho heridos, “en el marco de unas investigaciones declaradas secretas, en las que se ha producido la detención de ocho personas de las que 6 están en prisión. Se ha detenido a dos personas por la quema de un local comercial relacionado policialmente con estos hechos”, aclaró, aludiendo a la quema de la carnicería del Vasco, lo que hace que, policialmente, se hayan metido los distintos tiroteos en el mismo saco vinculándolo todo a esta trama que comenzó en 2009.

Sobre los vehículos quemados: “Los resultados no son los deseados”

Uno de los delitos que más impacto en la seguridad ciudadana está provocando es la quema de vehículos. Es tal la importancia que se le da en los altos niveles que este hecho formó parte del discurso oficial del día de la Policia. El jefe superior resaltó esta práctica destacando que la motivación de las quemas “obedece a diferentes causas” y aludiendo a que “los resultados no son los deseados en cuenta a detenciones”. Eso sí, como no podía ser de otra manera, Torres dijo que “les puedo asegurar que todos los casos son investigados y se continúa las investigaciones, no descartándose ninguna de las posibilidades según la tipología del vehículo, incendio o motivación”, espetó. En lo que va de año se ha superado la cifra de 150 vehículos calcinados.