La Guardia Civil investiga la función que tenía el zulo

Se apuesta porque se trataba de un depósito que servía para guardar armas de alquiler y que sus últimos ‘dueños’ eran afines al radicalismo.

Casi una semana después de que los agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil encontraran un zulo con abundante armamento en García Aldave, se sigue debatiendo si el mismo cuadra a la perfección en lo que se presupone es un depósito manejado por una célula terrorista o, por el contrario, forma parte del escenario de la delincuencia organizada pura y dura.
A las pistolas, dos subfusiles y armas blancas que encontró la Guardia Civil, que seguía una línea de actuación pensando toparse solo con armas, se le añadió la sorpresa del pañuelo tipo bandera y del pen drive, en un escenario casi ‘de libro’. El Ministerio de Interior, que ha estado dosificando los datos desde que los agentes de Ceuta dieron la alerta a Madrid para informar de lo encontrado y se ordenó el traslado urgente en helicóptero de lo hallado, sigue apoyándose en el condicional antes de dar por hecho que la mano del Daesh está detrás de todo, aunque, eso sí, ayer se apresuraba a resaltar que la intervención suponía “un salto cualitativo en relación con la lucha contra el terrorismo yihadista en España, por cuanto supone el primer caso objetivo detectado de creación de estructuras logísticas y armamentísticas clandestinas estables y con vocación de continuidad dentro de esta amenaza”.
Interior dice más cosas. Como por ejemplo que tras analizarse parte del pen drive, se ha encontrado contenido relativo a 2013, tanto de “instrucciones de coordinación internas de una posible célula como de informaciones genéricas  sobre posibles objetivos”, aclaró en una nota oficial. “Esas informaciones de objetivos son del ámbito de Ceuta, no eran actuales, se encontraban en un grado muy primario de elaboración, tratándose además en algunos casos de objetivos relacionados con la posibilidad de satisfacer necesidades logísticas del grupo”, añadió.
“Los investigadores tratan de identificar a las personas que pudieran haber participado en las actividades de este grupo o célula, dentro de los entornos próximos al terrorismo yihadista ceutíes, sin que haya ningún elemento que apunte a la existencia de vinculaciones con el territorio peninsular y sin que se pueda descartar que, algunos de ellos, ya hubieran sido detenidos en alguna de las operaciones desarrolladas por la Guardia Civil en Ceuta en los últimos años”, aclaró.
Al delegado del Gobierno, Nicolás Fernández Cucurull, le tocó comparecer. Un acto de presencia ante los medios de comunicación que en los últimos meses se ha reducido a lo más básico. Ayer tocaba para, en resumen, trasladar los mismos datos que publicitó el Ministerio a los que apostilló el mensaje de “tranquilidad” a los ceutíes y al resto de españoles. La información recuperada del pen drive “es muy poco elaborada”, reseñó. Datos de 2013 que insistió en encuadrar en ese año, porque, después, “se han llevado a cabo diversas actuaciones en las que se ha  detenido a integrantes de células. Una de las hipótesis es que esa célula fue detenida ya. En este momento los Servicios de Información están analizando cuáles pueden ser las personas vinculadas al depósito y si alguna de ellas ha sido ya detenida”, valoró. “Quiero transmitir tranquilidad a los ceutíes y al resto de españoles, que confíen en el trabajo de los servicios de inteligencia, que día a día trabajan en el combate del yihadismo. El hallazgo del zulo es una prueba de la eficacia de ese trabajo. La seguridad absoluta no existe pero dentro de ese margen se hace lo humanamente posible, debemos tener confianza porque estamos en buenas manos”, añadió.
¿Qué es entonces este zulo?, ¿qué etiqueta cabe colocarle? Desde el principio, al margen de toda esta maraña de datos, la Guardia Civil ha situado las investigaciones en la delincuencia común y siguen apostando porque se tratara de un depósito con armas de alquiler para uso de pistoleros pero que, en los últimos años hubiera sido utilizado por personas radicalizadas. En el fondo ambos submundos beben de la misma fuente y de hecho la amplia mayoría de detenidos por terrorismo estaba fichado por haber participado en tiroteos o ganarse la vida de ‘gomeros’ en los viejos tiempos. El propio Cucurull sin hablar más claro de lo debido dio una clave en su intervención: las personas que sabían de este zulo “pueden ser de la delincuencia común que, a su vez, estuvieran vinculadas con el terrorismo”.

Del secreto de sumario... a la amenaza más que evidente

La postura mantenida por Interior en torno a este asunto viene adornada por las valoraciones que están haciendo sus máximos responsables. A las del ministro vertidas este fin de semana se suman las de ayer del director general de la Policía, Ignacio Cosidó, quien consideró “que el material hallado en Ceuta en un zulo muestra que la amenaza del terrorismo yihadista existe para España”. Cosidó declinó hacer comentarios sobre la operación porque “está bajo el secreto de sumario”, advirtió, a pesar de que ha sido el propio Ministerio el que ha dado datos concretos sobre este asunto. "Sin duda la amenaza está ahí y estas armas que han aparecido son una evidencia más. Es la Guardia Civil la que tendrá que delimitar si se trata de un grupo terrorista o de otro tipo”.

La bandera de un Daesh que no existía

¿Quién ha tocado el zulo?, ¿quién lo utilizó por última vez?, ¿cuántos movimientos de reposición ha habido desde que alguien dejó un pen drive con datos fechados en 2013 que habían sido borrados? Son demasiadas las incógnitas que surgen en torno al zulo de García Aldave para que se concluyan aseveraciones cien por cien seguras. También hay demasiadas dudas y sorpresas, por ejemplo cómo aparece un bandera artesanal más bien chapucera con simbología del Daesh y se quiere vincular a los datos del pen drive de 2013, cuando en ese año ni tan siquiera existía el término Daesh ni menos se hacía uso de símbolos de este tipo. Es evidente que ambos objetos no van de la mano, como también es evidente que el contenido del famoso dispositivo USB sobre objetivos posibles de atentado ya fue una información manejada en su día por las fuerzas de seguridad, que llevó, de hecho, a blindar la Feria de agosto como nunca antes se había visto.
Concluir que se trata de un zulo terrorista es todavía demasiado apresurado para una Guardia Civil que asiste a una lluvia continuada de información expuesta por el propio Ministerio de Interior a los medios de comunicación.
Los movimientos que llevaron a los agentes al zulo nada hacían presagiar que iban a toparse con elementos más propios del submundo radical, así que sencillamente se podría estar ante el vivo ejemplo de lo que ya es una evidencia: que integrismo y delincuencia organizada terminan manejando los mismos hilos en algunos casos.
Por cierto que ayer el delegado del Gobierno insistió en que no ha sido necesario incrementar el nivel de alerta y quitó importancia al hecho de que durante varios días hubiera estado estropeado el escáner del puerto de Algeciras. “Fue una avería que se solucionó”.