La falta de vigilancia en el parque de San Amaro sigue siendo patente. A pesar de que se haya producido el robo del cervatillo nacido este mes y, con anterioridad, los ataques a especies allí recogidas, a fecha de hoy la Ciudad no ha decidido tomar medida alguna al respecto. El caso se ha dejado en manos de las fuerzas de seguridad, y, sobre todo, en la de la Guardia Civil para que intente averiguar lo ocurrido. Se sospecha que, por encargo, alguien habría robado el animal para venderlo. No es algo que sorprenda, ya ha pasado con anterioridad situaciones de este tipo en la ciudad. Sobre todo con perros, que han sido robados para luego reclamar un dinero a su propietario para devolvérselo en buenas condiciones. Lo malo de estos casos es que no se denuncian, que los dueños con tal de recuperar a su mascota pagan el dinero a, en su mayoría, adolescentes que encuentran en esta práctica un delito más del abanico que practican.
El hecho de que esto haya ocurrido en otras ocasiones hace sospechar que, en el caso de marras, podría haber sucedido lo mismo.
El parque de San Amaro no dispone, de acuerdo con su amplia superficie, de las medidas de seguridad necesarias para garantizar que los animales que allí se encuentran no sufran ni ataques por parte de otros animales o personas ni se produzcan robos.
Los hechos lo vienen a demostrar: ya ha habido varios robos de especies y perros salvajes han atacado y matado a otras que estaban allí acogidas como fue el caso de las cabras.
Esta noticia provocaba ayer multitud de comentarios en las redes sociales, sobre todo entre los amantes de los animales, puesto que desde hace días usuarios del parque habían advertido de la ausencia del animal sin que se les hiciera caso hasta comprobar, ya el lunes, que no se encontraba en la jaula. Hay quienes proponen incluso recoger firmas para que retiren los animales del parque y los que lamentan que no exista la vigilancia suficiente después del dinero invertido en su reforma. Desde la Protectora de Animales se ha advertido de que están en contra de las exposiciones animales, “porque se les saca de su hábitat natural, se le obliga a vivir en espacios reducidos sin poder gastar energía (cosa que afecta a su mente), y además no se les puede dar seguridad sobre los desalmados (robos, envenenamientos etcétera). Por eso pensamos que lo mejor es que vivan en su hábitat, y quien quiera verlos que los vea en libertad. Que por que una persona quiera ver cinco minutos a un animal, no hay que tenerlo encerrado toda su vida”, denuncian.