La Guardia Civil detiene a uno de los dos buscados de la red yihadista

Trece agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil (SIGC) integraron ayer el dispositivo necesario para detener al vecino del Príncipe Alfonso, Yassin Ahmed Laarbi, de 39 años, apodado ‘Pistu’.

Hacía casi tres meses que la Audiencia Nacional había dictado una orden de ámbito internacional y otra europea de detención y entrega emitidas por el Juzgado de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, al considerarse su presunta relación con la red de terrorismo yihadista que fue desmantelada el 21 de junio en el corazón de la barriada. De hecho, el nombre de ‘Pistu’ figuraba en la lista de personas que debían ser arrestadas aquella mañana y cuyo domicilio iba a ser registrado. Pero las fuerzas de seguridad no contaron con los imprevistos, que también se suceden a pesar de no cuadrar con los grandes operativos. El buscado había marchado temprano hacia Marruecos para rezar.
Desde aquel entonces han sido muchas las informaciones que las fuerzas de seguridad han manejado en relación al paradero de Yassin Ahmed Laarbi. En varias ocasiones se sospechó de su ocultación en alguna vivienda del Príncipe o se recibieron noticias que había que contrastar sobre su presencia en la barriada. No se podía mover a los agentes en falso, así que se esperó el momento adecuado en el que, tras varios seguimientos e indagaciones, se conocía al 100% su presencia en el interior de su casa, situada en la Calle Este número 75.
A mediodía, diez agentes del SIGC se encargaban de rodear la vivienda del joven y tres de ellos se aproximaron directamente a la casa para proceder a la detención del reseñado. No fue necesario emplearse en demasía, ya que tras golpear a la puerta e informar a una familiar del detenido de que tenían orden de su detención, éste se entregó. No intentó la fuga, ni tampoco podía hacerlo, ya que el entorno del hogar estaba rodeado por agentes de Información.
En los registros practicados en el interior de la vivienda no se encontró material incriminatorio, procediéndose al traslado del detenido hasta la Comandancia de la Guardia Civil en la barriada de Hadú, manteniéndolo incomunicado. La detención de este joven nada tuvo que ver, en su apariencia, con la operación desarrollada entre Guardia Civil y Policía Nacional el pasado junio. Aquel operativo, plagado de agentes de ambas fuerzas de seguridad y que se tradujo en el blindaje completo de la barriada fue radicalmente distinto al que se vivió ayer, con un número menor de agentes, todos de paisano, sin requerirse apoyos externos y pasando más desapercibidos.
Si a medio día fue su detención, el Ministerio de Interior difundía a primera hora de la tarde a través de su página web, la lectura de estos hechos. A ojos de Interior, el detenido es catalogado como “máximo responsable del grupo de ocho presuntos terroristas detenidos” en Ceuta. No obstante, según fuentes de la lucha antiterrorista que han participado directamente en los hechos, su grado de implicación en esta organización no sería tan elevado, siendo uno más de los integrantes de este grupo. Para Interior, no obstante, se trata “del presunto máximo responsable de una red activa de radicalización, captación y envío de muyahidines y mártires hacia grupos terroristas y operativos en Siria”. Según las investigaciones llevadas a cabo, Yassin Ahmed Laarbi era candidato para marchar a Siria como, al menos, tres de las ocho personas que fueron detenidas el pasado 21 de junio. El auténtico líder no está detenido, la valoración que hace el Ministerio tan marcada del ahora arrestado no casa con el papel que realmente se le otorga en la red.

Un año de marchas a Siria y muertes

Desde que se conociera la marcha a Siria de los tres primeros españoles, conocidos entre sí, saltaron las alarmas en cuanto a la posibilidad de que existiera una red de captación que operara entre Ceuta y el vecino Marruecos. Sus muertes, poco después, vinieron a destapar un auténtico problema en la ciudad, sobre todo cuando fueron conociéndose, de manera gradual, nuevas marchas. Así hasta casi una decena, casi todos vecinos del Príncipe, jóvenes y, en varios casos, fácilmente manipulables. De todos los que han marchado a Siria se desconoce el paradero solo de dos; todos los demás han muerto y sus familias han conocido la noticia por una llamada al teléfono que dejan como contacto. Las fuerzas de seguridad decidieron intervenir aquel 21 de junio ante el temor de que se fuera a producir otra marcha a Siria. De hecho, inicialmente se había previsto actuar más tarde, pero todo se precipitó y Madrid dio orden de que se interviniera ya. La operación, que iba a realizarse a las cuatro de la madrugada, se llevó a cabo en torno a las ocho para cuadrar el horario y agotar el máximo tiempo de detención antes de su puesta a disposición judicial. Todo aquello se efectuó bajo las directrices del juez que lleva el caso, Ismael Moreno.

El captador de la playa que quería ir a Siria

Las ocho personas que fueron detenidas el pasado junio por su presunta relación con el terrorismo yihadista continúan en prisión preventiva, a pesar de que su Defensa presentó un recurso que no ha sido admitido por el juez Ismael Moreno, titular del juzgado de instrucción número 2 de la Audiencia Nacional y el que lleva directamente la causa. En esa presunta organización quedaban dos personas por detener: el ahora localizado en el Príncipe, y el que es considerado facilitador europeo de la red de yihadistas y enlace con Al Qaeda, Ismail Abdelatif Al Lal, ‘Stifo’, contra el que también se ha cursado una orden de búsqueda internacional.
Ésta sí que sería, a ojos de las fuerzas de seguridad, la persona de mayor peso en esa presunta organización, mucho  más que cualquiera de los hasta ahora arrestados. Él tampoco estaba en Ceuta el día del operativo, aunque había permanecido en la ciudad poco antes y en varias ocasiones se le había practicado seguimientos en los puntos en donde mantenía reuniones. Para el juez Moreno, Ismail Abdellatif, ceutí de de 38 años y residente en el extranjero, fue la persona que viajó hasta Siria junto a los tres primeros ceutíes de los que se supo habían abandonado la ciudad. Habría realizado varios viajes a Turquía y cruzado a Siria para facilitar la entrada de aquellos ceutíes que eran captados en la ciudad. Es la clave de toda esta historia.
En el caso de Yassin Ahmed Laarbi, ‘Pistu’, el magistrado de la Audiencia Nacional señala en su orden que es integrante de esa organización y candidato a la yihad en Siria, como también lo eran varios de los detenidos, ya que las fuerzas de seguridad sabían que se iba a producir otra marcha a ese país y que, de hecho, iba a tener lugar una visita de gente procedente de Marruecos al Príncipe para mantener una reunión nocturna con los detenidos que nunca se llegó a celebrar. Dice el magistrado que ‘Pistu’ “asistía a las sesiones de entrenamiento físico de los reclutados y a reuniones en las playas de Ceuta  para captar a jóvenes, sin descartarse que pudiera contemplar la posibilidad de llevar a cabo algún tipo de acción violenta en la ciudad en el caso de que no pudiera llegar hasta Siria”, algo que habría quedado reflejado en una de las conversaciones telefónicas que se le interceptó.
Las miras de las fuerzas de seguridad se centran en la persona de quien es el posible número 1 de la red: Ismael.