Una pareja ceutí se ha visto atrapada en la localidad onubense durante el terrible incendio que se produjo el fin de semana
Francisco y Elena, una joven pareja ceutí, no se esperaban que su semana de vacaciones en Matalascañas iba a terminar de manera tan drástica, siendo testigos de uno de los mayores incendios que se ha vivido en la zona. El sábado se cumplía una semana desde su llegada a uno de los hoteles de esta localidad onubense y aprovechaban las últimas horas antes de regresar a nuestra ciudad el domingo. Pero sobre las 12 de la madrugada conocieron el terrible suceso que se vivía tan solo a unos kilómetros del lugar en el que se encontraban. “Estábamos llegando al hotel y nos dimos cuenta de que algo pasaba. La gente estaba alterada y se notaba mucha tensión. Preguntamos y nos comentaron que se había producido un incendio en Moguer y que estaba avanzando descontrolado”, explicó Elena.
Fueron momentos de tensión y desconcierto, de preguntas y de búsqueda de información a través de cualquier medio de comunicación o de las redes sociales. “No sabíamos qué hacer, escuchábamos todo tipo de información, de gente que huía, otros que habían evacuado, fue horrible”, apuntó Francisco.
Sin apenas dormir en toda la noche, la pareja esperaba cualquier información que le indicara cómo transcurría el fuego que había convertido Moguer y Mazagón, además del espacio natural de Doñana en un infierno. “Junto a otros turistas nos fuimos al paseo marítimo del pueblo. Desde allí veíamos el humo y la gente cada vez estaba más nerviosa”.
El domingo recibieron otra noticia que aún enervó más a los clientes del hotel y a numerosas personas que se habían refugiado en la playa. Las carreteras de acceso a Matalascañas habían sido cortadas por precaución y numerosas personas se vieron atrapadas en esta localidad turística. “Ahí fue cuando empezamos a preocuparnos. La gente estaba en tensión por no poder salir de Matalascañas. Muchos se quedaron sentados en la recepción esperando que abrieran las carreteras”, señaló Elena.
Ante esta situación, la pareja se vio obligada a posponer su salida hasta la apertura de la carretera. “Hubo un momento en que se abrió pero decidimos no salir y fue la mejor opción porque después volvieron a cerrarla”.
Ayer por la mañana y con la situación más estabilizada, Francisco y Elena consiguieron finalmente regresar a nuestra ciudad. “Fue un alivio poder coger el coche para llegar hasta Algeciras pero no podemos dejar de pensar en todo lo que se ha destruido”.
Los jóvenes se preocuparon por la suerte de los animales
Como grandes animalistas que son, la pareja ceutí se mostró preocupada por la suerte que pudieran correr las numerosas especies que viven en el parque nacional de Doñana. “Sabíamos que no había pérdidas humanas y eso nos relajó, pero lo pasamos muy mal pensando en los animales que pueden haberse visto atrapados y muerto en el incendio”, se lamentó Francisco. El mismo domingo, la pareja se trasladó hasta la playa para comprobar el estado de los caballos que habían evacuado desde varias zonas con riesgo de que el fuego las alcanzara.
Obimasa realiza un constante mantenimiento de los montes
El terrible fuego que desde la noche del pasado sábado asola las inmediaciones del parque natural de Doñana deja constancia del grave riesgo de incendios al que está sometido todo el país este verano. Las altas temperaturas, la escasez de precipitaciones que ha derivado en una grave sequía en zonas naturales o la falta de mantenimiento en los montes son tres de las causas que están propiciando que se produzcan estos fuegos descontrolados que están acabando con miles de hectáreas, destruyendo fauna y flora que tardará años en reponerse.
En Obimasa son conscientes de la importancia de llevar a cabo un mantenimiento continuo para erradicar al menos una de las causas que terminan destruyendo los montes: el de la presencia de combustible vegetal. A principios de este mes, la entidad municipal puso en marcha el dispositivo de prevención de fuegos forestales que se extenderá hasta el próximo 2 de noviembre y que compagina dos acciones: la vigilancia y el mantenimiento de los montes ceutíes. “Estamos eliminando los rastrojos y matorrales secos que pueden extender el fuego en caso de producirse. Así erradicamos situaciones de riesgo”, apunta el gerente en funciones de Obimasa, Antonio Muñiz.
Esta tarea no sólo se acomete en este periodo tan complicado, sino que se lleva a cabo todo el año. “Es un trabajo continuo durante los doce meses. Se desarrolla en invierno y prosigue en estos meses para que los montes estén siempre limpios”.
Esta actuación es primordial para reducir uno de los factores que provocan los fuegos en temporada estival. La vigilancia es también fundamental estos meses y el dispositivo activado incluye la presencia de cuatro personas, dos en horario de mañana y otras dos por la tarde, para localizar posibles conatos de incendio y dar la voz de alarma de inmediato.
Al margen de estas acciones es especialmente importante la concienciación de la ciudadanía y es por ello que Obimasa ha lanzado 2.000 folletos informativos sobre cómo prevenir estos terribles fuegos. Se repartirán entre las asociaciones de vecinos y en lugares públicos como las playas. Entre estas recomendaciones se encuentran el evitar usar maquinaria o herramientas en el monte que puedan generar chispas, no arrojar colillas ni fósforos al suelo y cumplir con las restricciones de acceso a las zonas forestales, además de no arrojar residuos en nuestros montes. En caso de percatarse de la existencia de algún fuego, avisar de manera inmediata al teléfono de emergencia 112.
Por otra parte, se recuerda la prohibición total de encender fuego en cualquier zona del monte, incluidos los merenderos, así como en ninguna playa.