“La gente está muy dolida y lo compartimos; queremos ser la llave del cambio”

Abandonó Caballas en junio de 2014 para convertirse en diputada no adscrita y, a partir de ahí, moldear un nuevo proyecto que atiende a las siglas de MDyC. Fatima Hamed, una de las dos únicas mujeres que encabezarán una lista el 24M, asegura que su meta es canalizar el descontento de quienes se sienten víctimas de la desigualdad para transformar ese hastío en esperanza de futuro.

–Desde que dio forma a su partido, MDyC, ha puesto especial énfasis en denunciar la desigualdad.¿Hay tanta brecha social en la ciudad como para ser uno de los cimientos de su estrategia política?

–La lucha contra la desigualdad figura en los estatutos de MDyC como uno de sus principios fundamentales. Nos parece inadmisible que en apenas 20 kilómetros cuadrados puedan existir tantas diferencias que nos hacen estar a la cabeza de los rankings nacionales y europeos en cuanto a pobreza, fracaso escolar o desempleo. Es alarmante, triste y muy penoso que el desgobierno de la Ciudad nos haya hecho creer que es lo normal, que lo normal para tener trabajo en Ceuta sea tener un enchufe, que haya vecinos que no tengan ni para comer, que los niños vayan al colegio sin desayunar. En MDyC vamos a trabajar con todas nuestras fuerzas para cambiarlo y denunciar todas las malas gestiones que se han venido realizando.

–¿Qué se supone que se ha hecho entonces mal? El Gobierno insiste en que ha triplicado en unos años la inversión en protección social...

–Hemos tenido un desgobierno que ha vivido de cara a la galería, más pendiente de maquillar los datos y la realidad que de darle soluciones. De nada sirve que se anuncien inversiones millonarias si luego no redundan en reducir progresivamente los niveles de paro o de pobreza. No es cuestión de anunciar por tanto inversiones sino de saber llevarlas a cabo. Cualquier ayuda puntual, social, debe ir unida a una actuación transversal y de fondo que permita a los receptores desarrollar actitudes y capacidades e insertarse en el mercado laboral. Igual ocurre con los Planes de Empleo: el desgobierno del PP no ha sabido gestionarlos, porque en nueve meses da tiempo para formar a las personas. Nosotros, por ejemplo, propusimos en el Pleno que se incida en la formación en el sector tecnológico, que está en auge. Si por ejemplo es necesario tirar el cable óptico, que haya ceutíes formados para que no sea necesario traer mano de obra de la Península. Nos parece que debería ser una prioridad, pero el Gobierno en su día desechó la posibilidad y votó en contra.

–Pero pese a ese escenario que dibuja, el PP continúa siendo el partido más votado incluso en los barrios más deprimidos...

–Eso creo que forma parte del pasado. Lo que encontramos a diario es ilusión y esperanza por el cambio, ese soplo de aire fresco que supone nuestro movimiento sociopolítico y que no para de crecer. Venimos a rellenar un espacio vacío en el ámbito político, sentimos muchas ganas de cambiar las cosas, que es lo que percibimos en lo poco que llevamos de campaña, en nuestro puerta a puerta, acercándonos a ese ciudadano que pide saber qué se hace con sus recursos, en qué se invierte, qué se gestiona mal. En ese puerta a puerta nos topamos con mucho dolor, con muchas familias indignadas que ven cómo en su casa, con cinco o seis miembros mayores de 18 años, nadie encuentra trabajo en los últimos tres o cuatro años. La gente está muy dolida y lo compartimos profundamente. Hay que acabar con eso ya, y para ello queremos constituirnos en la llave del cambio.

–¿Ser mujer y musulmana en la Ceuta del Siglo XXI es un obstáculo adicional para liderar una lista?

–Las mujeres hemos avanzando, pero las trabas existen. Muchas veces no denunciamos, por ejemplo, por comentarios sexistas para no caer en que se nos pueda acusar de victimismo. Preferimos afrontar el obstáculo, enfrentarnos a ello, y demostrar que la capacidad y valía de las personas están por encima de todo, y que ser mujer, lejos de ser un handicap, puede aportar mucho al panorama político. No suelo incidir tampoco en el aspecto de llevar o no pañuelo, que es una cuestión personal. Estoy muy orgullosa de ser musulmana y en el día a día encuentro muestras de cariño por parte de toda la ciudadanía. Estar en política y recibir cariño no es algo de lo que pueda presumir mucha gente. Y ese cariño viene de diferentes edades, credos y orientaciones políticas. Las trabas existen, pero lejos de achicarnos nos hacen crecer antes las adversidades, igual que ante las trampas, tretas y estrategias que usan algunos para desprestigiar a MDyC y a mí misma con ataques personales. Es triste que la ciudadanía tenga que asistir a espectáculos de cruces de tiritos y acusaciones.

–¿Conformar una lista en la que el cien por cien de sus integrantes son musulmanes implica asumir el riesgo de la estigmatización, de que se le acuse de ser “el partido de...”?

–Entiendo que no, porque la formación no obedece a un credo religioso. Lo importante es la actitud, la capacidad de la personas, la honradez y la dignidad. Y las personas que forman la candidatura están muy dispuestas a trabajar por su ciudad, no venden sus ideales ni principios por nada a pesar de que desgraciadamente hay personas o formaciones que intentan entre sus tretas intimidarles y acosarles para que dejen la lista y se vayan a otra formaciones. Lo que hay que destacar de nuestros 28 candidatos es que están dispuestos a dejarse la piel por su ciudad. Hace pocos años encontrábamos listas que, si nos queremos ceñir a ese credo o confesión, que es algo privado, eran también monoculturales. Y por ese hecho nadie se rasgó las vestiduras. Lo que no vamos a tener jamás son listas florero, ni cremalleras, interesadas en hacer tetris de cara a la galería. Nos interesan las personas dispuestas a trabajar y eso es lo que por suerte tenemos. Si el resto quiere hacer teatro que lo haga.

–Desde hace meses insiste en ese argumento, en que hay quien prefiere no verle sentada en la Asamblea. ¿Le están poniendo zancadillas?

–Nosotros hemos enarbolado un gran número de denuncias contra la gestión del desgobierno. Hemos sacado a la luz todas las irregularidades detectadas, y no nos vamos a callar ninguna. Si la ciudadanía, aparte de tener voz en la Asamblea para presentar sus propuestas, quejas y críticas, quiere realmente a personas que fiscalicen la acción de cualquiera que tenga la gobernabilidad en Ceuta, no va a encontrar mejor representación que en MDyC. No miramos a un lado u otro si eres empresario deluxe o empresa conocida. Hemos denunciado todo lo que hemos encontrado, fuese quien fuese el que lo cometía, porque el compromiso con la ciudadanía está por encima de todo. El interés es que el ciudadano conozca a qué se dedican los recursos públicos, cómo se gestionan, que se tenga información de primera mano, objetiva. De hecho, a fecha de hoy jamás se ha desmentido ninguna de las denuncias que hemos presentado. Nunca ha salido el Gobierno del señor Vivas, ni ninguno de sus consejeros, para decir que lo que denuncian MDyC o Fatima Hamed es falso o mentira. Lo hacemos con responsabilidad, con documentos técnicos, con asesoramiento de primera mano. Hemos demostrado responsabilidad y seriedad, y no solamente hemos estado para realizar propuestas, que también, sino para intentar mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y denunciar lo que se hace mal. Pero todo en general, lo que hacen unos y lo que hacen los otros.

–¿Sigue creyendo que fue una decisión oportuna abandonar Caballas?

–Soy una persona que cuando toma las decisiones las medita, sobre todo cuando tengo una responsabilidad. Y después de tomar la decisión ya no miro atrás, tiro para adelante con todas las consecuencias. Estoy satisfecha con la decisión que tomé, y día a día se corrobora de una forma u otra. Siempre he interpretado la política del lado de la gente, ni delante ni detrás, junto a sus problemas. Si el problema es que falta una farola en la calle lo que estoy obligada a hacer es denunciarlo, estar con mis vecinos, y lo que tiene que hacer un concejal es solucionarlo. No estamos para discutir de competencias que se escapan de nuestras manos, sino para solucionar los problemas de la ciudadanía. Si las becas, por ejemplo, a mediados de mayo no han llegado aún a los estudiantes, lo voy a denunciar cuatro o cinco veces, o las que haga falta. Es una vergüenza total y absoluta. Lo sé de primera mano, porque yo he necesitado esas becas: si no las había, se acababa todo. Sé por tanto cuál es la frustración de esos padres y madres. Algunos igual no lo entienden porque no lo han necesitado, pero otros entendemos que nuestro futuro depende de esa ayuda. Por eso entendemos que es necesario priorizar los problemas de la gente. Necesitamos que los universitarios tengan cubierta esa beca en el primer trimestre, sobre todo porque se puede hacer, no hay ninguna traba. Si no se hace es porque no hay voluntad política de hacerlo. Este tipo de denuncias o peticiones, llegadas de personas que te dicen que su hijo ha tenido que darle un trozo de bocadillo a un compañero del colegio porque su madre no tenía para metérselo en la mochila, nos parece durísimo. Esos son los problemas que hay que atajar, los que afectan al día a día, independientemente de acudir a otras instancias nacionales. Es lo prioritario, lo que incide en la calidad de vida y en el futuro de las próximas generaciones.

–¿Dice de forma implícita que ese espíritu se ha perdido en Caballas?

–Hablar del pasado poco o nada me aporta a mí ni a la ciudadanía, igual que hacer hipótesis de futuro tampoco. Importa el presente, y ahí MDyC va a llenar un vacío. La ciudadanía nos dice que había perdido la ilusión y la esperanza, y por eso apuestan por el cambio. Y si confían, los que formamos la candidatura no les vamos a fallar. Porque estamos hartos e indignados del panorama de esta ciudad, hay que cambiarlo y se puede. Si hay voluntad política se pueden solucionar los problemas: no de la noche a la mañana, pero sí de forma progresiva.

–¿Mantiene alguna relación personal con Mohamed Ali y Juan Luis Aróstegui?

–No, no tengo ningún tipo de relación con ellos.

–¿El reconocimiento judicial a su derecho a participar en los plenos en igualdad de condiciones fue su primera gran victoria?

–Considero que se hizo justicia. Era una cuestión de demostrar al desgobierno de Vivas y a sus cómplices, porque recordemos que encontró el apoyo de los otros dos grupos parlamentarios, que los acuerdos y pactos políticos no están por encima de las leyes. Ha sido una forma de demostrar y de decir a todo el mundo que cuando alguien considera que se estará cometiendo una injusticia lo que hay que hacer es luchar, no nos podemos rendir, tirar la toalla porque el de enfrente sea más poderoso. Han sido 24 contra uno, pero afortunadamente han prevalecido las leyes y la justicia. Ya lo dije: nadie, ni ningún acuerdo, alcalde ni cómplice está por encima de la Constitución. Y si fuera así correríamos un grave problema. El tiempo me ha dado la razón, tanto en la primera instancia en los juzgados de Ceuta como en el posterior recurso ante el TSJA.

–¿El lema de la Ceuta multicultural es real o una frase recurrente? ­

–A nivel político se podría hacer muchísimo más. Hemos tenido un vivir de cara a la galería, vender la foto, hablar de crisol de culturas cuando a lo mejor esas personas que lo pronuncian tienen serios y claros prejuicios que salen a relucir de manera algunas veces más tácita. Tenemos que hacer autorreflexión y autocrítica de por qué la ciudadanía ceutí no está en muchos casos lo cohesionada que debería. Pero por fortuna también hay que decir que en la mayoría de los casos la gente se relaciona entre sí. A mí me lo enseñaron así, sin distinguir entre apellidos ni color de la piel. Tenemos la oportunidad de demostrar al resto de España, e incluso del mundo, que realmente Ceuta es ejemplar en muchos aspectos, pero para eso necesitamos que haya políticas orientadas a ello, reales, por convicción, no de cara a la galería. No me sirve que alguien dé un mensaje de multiculturalidad una vez al año cuando no se hace nada por fomentarlo luego. Nuestra ciudad es un gran puzzle en el que todas las piezas tienen cabida: podemos ser diferentes en credo o ideología, pero debemos estar cohesionados porque en esta ciudad cabe todo el mundo.

–Una de las últimas encuestas le otorgaba incluso un escaño. ¿El éxito pasa por esa representación?

–Lo que hemos venido realizando desde el principio es trabajar con ilusión, esperanza, aportando esfuerzo. Y lo que buscamos es que los ciudadanos se vean identificados con ello día a día, convencerles de que se pueden hacer las cosas de otra manera. Y que la política, aunque haya personas que se muestren reacias, nos afecta desde que salimos por la puerta de la casa, incluso cuando estamos dentro. Tenemos que aportar algo diferente, por el cambio, dar oportunidad a los que trabajamos desde la honradez y la honestidad, a los que no tenemos chiringuitos ni intención d e mantener a allegados ni a familiares... Algunos quizás por eso tienen miedo: ven que el chupete de la política se les puede terminar. Lo importante es conseguir el mejor de los resultados. Confiamos en la ciudadanía y esperamos que eso que palpamos se traduzca el 24 de mayo.