La suerte y también las favorables condiciones meteorológicas en el Estrecho han querido que el último capítulo relacionado con la inmigración ilegal en nuestras aguas haya terminado favorablemente para los cinco subsaharianos que ayer fueron rescatados a la deriva en una balsa, y en perfecto estado de salud.
Pasadas las doce del mediodía, uno de los buques de FRS que efectuaba el trayecto entre Ceuta y Algeciras avistó una balsa a la deriva en la que viajaban cinco inmigrantes. De inmediato alertó a Tarifa Tráfico que, a su vez, puso en marcha el dispositivo necesario para el rescate de los subsaharianos.
La Salvamar Gadir inició las tareas de rescate, y a las 13.00 horas alcanzaba el lugar en el que se encontraban los náufragos, llegando a tierra sobre las 13.25, donde los inmigrantes fueron filiados por funcionarios de la Policía Nacional para su posterior traslado al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes, CETI.
En esta ocasión fueron cinco los inmigrantes, de origen subsahariano, que viajaban en una balsa neumática, similar a la que viene siendo habitual en este tipo de odiseas. En dos metros y medio de eslora viajaban hacinados los cinco ilegales hasta que fueron encontrados a diez millas al norte de la bocana del puerto.
Con edades comprendidas entre los 22 y los 28 años, los subsaharianos mostraban unas condiciones saludables por lo que no fue necesaria la atención médica. En el interior de la balsa no se encontró ningún tipo de material, en la línea de como viene siendo habitual en la que los ilegales se lanzan al mar con lo puesto, aunque sí llevaban chalecos salvavidas.
Último rescate
Hace tan solo tres días, el pasado martes, se vivió un nuevo rescate, en este caso de seis subsaharianos, entre ellos una mujer, que fueron localizados en la playa de Fuente Caballo después de que naufragaran a bordo de otra balsa neumática. En este caso, uno de los inmigrantes llegó a pie hasta la Jefatura Superior para alertar del estado de sus compañeros, agotados después de haber protagonizado una travesía complicada por el temporal que ese día asoló el Estrecho, e incluso uno de ellos con una herida en la cabeza tras golpearse con una roca, y el corte de digestión que sufrió la única mujer de la balsa.