Hubo barricadas, lanzamiento de piedras, proclamas y exhibición de banderas en el lado marroquí, llegando a bloquear la frontera sin que las fuerzas del vecino país llegaran a actuar
En el lado español se tuvo que impedir el tránsito de los vehículos a Marruecos por cuestiones de seguridad, blindando la zona con agentes
Pasadas las 15.30 horas, los vehículos podían por fin cruzar la frontera del Tarajal en uno y otro sentido después de una jornada caótica, de cierres constantes, que requirió la presencia de las fuerzas de seguridad de intervención tanto de la Guardia Civil (GRS) como de la Policía Nacional (UIP). Y todo ello provocado por un tumulto de personas que hicieron fuerza en el lado marroquí hasta el punto de provocar el cierre de la frontera. Protestaban por los controles que desde hace un par de semanas ha puesto en marcha la Delegación del Gobierno pero la situación fue a más hasta el punto de efectuarse un auténtico tapón que impidió la entrada de vehículos desde Marruecos a España lo que llevó a que, en nuestro lado, también se impidiera la salida ya que hubieran quedado atrapados en mitad del puente.
Así, por razones de seguridad, la frontera estuvo bloqueada varias horas, y los agentes de ambos Cuerpos desplegados frente a la puerta ante cientos de marroquíes en bicicletas, coches o sin ellos. El caos fue absoluto.
Algunos de los participantes en esta manifestación llevaban la voz cantante, exhibiendo banderas marroquíes, lanzando todo tipo de proclamas y ejerciendo el control en el espacio fronterizo sin que las fuerzas de seguridad del vecino país pudieran intervenir. El espacio de su frontera quedó controlado por este tumulto de personas, en su mayoría hombres.
Según fuentes policiales españolas, se apreció el lanzamiento de botellas y piedras así como la formación de barricadas en el lado marroquí. El despliegue de las fuerzas de seguridad españolas y el cierre de la frontera frenó la generación de otra algarada mayor que pudiera haber afectado al lado español, como ya ocurrió en julio de hace tres años, dejando un componente policial herido y varios detenidos por disturbios.
Según fuentes consultadas por este medio, la protesta se llevó a cabo como respuesta al sistema de control impuesto en la frontera y anunciado en tiempo y forma por la Delegación. Sistema resumido en un control exhaustivo sobre los vehículos para frenar lo que la Ciudad Autónoma definió como “sabotaje” de los vehículos patera. Los que quedaron en el lado marroquí sin entrar protestaron por lo ocurrido y amenazan con volver a hacerlo, efectuando este tipo de plantes que ayer, sin ir más lejos, obtuvo la falta de reacción de los agentes fronterizos marroquíes hasta el punto de dejar el territorio controlado por ellos.
En el lado español quedaban también muchos porteadores bloqueados, bien a bordo de motos y bicicletas o bien en sus coches. Protestaban en declaraciones a este medio por la situación en que tienen que trabajar y denunciaban que algunos de esos controles son tan exhaustivos que incluso afectan a turistas.
El hecho es que el bloqueo fue absoluto en una jornada que había comenzado con cierta tranquilidad en el ‘Tarajal II’. A medida que iba avanzando la mañana y conforme los vehículos patera eran rechazados, la situación fue arrastrando una mayor tensión hasta explotar en esta algarada.
Algunos turistas y ciudadanos ajenos al tráfico de mercancía que cruzaban hacia Ceuta se vieron literalmente acosados por los manifestantes hasta el punto de requerir auxilio de las fuerzas de seguridad para poder entrar. En el lado español no consta que se produjera altercado alguno al estar las puertas completamente blindadas por las fuerzas de seguridad. Este dispositivo se mantendrá también hoy, durante toda la jornada, ante la posibilidad de que puedan producirse más altercados.
Mientras el ‘Tarajal II’ sigue funcionando después de que ayer Marruecos efectuara algunos cambios en la entrada de los porteadores a Ceuta. En vez de acceder por la vía de siempre, ahora en obras, cruzaron por la frontera, accediendo por el lugar más próximo a la calle del río para entrar directamente al paso de mercancía.
Tal y como viene siendo habitual solo se dispensaron unas mil tarjetas y la mercancía que volvió a salir fue la del bulto, generando crispación entre los comerciantes que ven que no están vendiendo nada porque, critican, se está favoreciendo la reventa de estos tickets para que salga solo determinada mercancía. Es curioso que ayer, tras una semana de cierre del paso, las entradas al polígono fueran muy pocas y solo para sacar determinados bultos que, denuncian, son de las naves consignas y no de las que sacan la mercancía habitual.
SOBRE EL TERRENO Gritos, cánticos y protestas hasta cerrar la frontera
Cientos de personas llegaron a conseguir el cierre de la frontera. Gritaron, exhibieron banderas, efectuaron cánticos y clamaron por la huelga en la frontera, en su lado marroquí, ocupando el espacio que debería haber estado protegido por las fuerzas de seguridad. Montaron barricadas y arrojaron las vallas, sorprendiendo a los vehículos que en ese momento se encontraban para cruzar a la ciudad sin poder hacerlo. El cierre de la frontera lo efectuó Marruecos lo que llevó a que las fuerzas de seguridad se desplegaran en el lado español ante la posibilidad de que pudieran producirse altercados. Estuvieron en la zona tanto componentes de los GRS como de la UIP.
LA DENUNCIA Venta de tickets y algunos falsificados
Ya se han detectado algunos tickets falsificados y también se ha denunciado la reventa de estos en el interior de las naves. Algunas personas solo cruzan los primeros por ‘Tarajal II’ para coger una de esas tarjetas que luego venden por 250 dirhams en el propio polígono. Con esa tarjeta se va directamente a sacar unos bultos en concreto que son los que están saliendo y por los que pagan en Marruecos 500 dirhams, de esta manera el que los ha sacado se ha ganado la diferencia. Comerciantes denuncian a este medio que con este sistema solo está saliendo una mercancía concreta ya que hay marroquíes que cruzan pero ya no han recogido la tarjeta en la primera hora y no adquieren en sus locales.