Categorías: Cultura y Tradiciones

“La fotografía es la expresión artística que más ha evolucionado”

Con decir que hoy se asoma a estas páginas Pepe Gutiérrez prácticamente sobran muchas presentaciones, porque se trata de un ceutí muy conocido tanto por su faceta profesional como su afición por la fotografía y el mundo de la investigación.

Además de dejar constancia en papel de la historia de los plenos de la Asamblea -entre otras muchas funciones-, reparte sus horas libres entre la familia, la investigación histórica que le apasiona y, sobre todo, la fotografía.
El mundo de la imagen le cautivó desde que era muy joven aunque no fue hasta los diecinueve años -cuando empezó a trabajar- cuando adquirió su primera máquina, una Olympus OM-1, con tan mala suerte de que se la robaron del interior de su vehículo un día antes de contraer matrimonio.
Desde entonces se ha comprado otras dieciséis cámaras más con las que ha captado miles de momentos, sobre todo de nuestra ciudad. Ha participado en cuarenta y seis exposiciones -de ellas once colectivas- y ha investigado la presencia ceutí en América, encontrando catorce topónimos de Ceuta.
Ahora acaba de abrir las puertas de una nueva colección particular para dejar constancia de que la fotografía es la expresión artística que más ha evolucionado con el paso de los años. Al menos, así lo piensa.

–¿Desde cuándo te apasiona la fotografía?
–De toda la vida, de hecho tengo una foto con un año con una máquina de fotografía en la mano en una playa de Rota. Sin embargo, en plan serio desde los quince años ya que mi padre hacía fotos y me gustaba, aunque en aquella época hacía pocas cosas porque el analógico era caro, sobre todo por los revelados.
–¿Cuándo adquieres tu primera cámara?
–Me compré mi primera cámara con diecinueve años aunque la primera que utilice fue una Zeiss Ikon LK. La que yo adquirí fue un privilegio en aquellos momentos porque se trataba de una Olympus OM-1, que era muy buena, pero me la robaron del coche un día antes de casarme.
–¿Cuáles fueron tus primeras inquietudes fotográficas?
–Me fijaba en las puestas de sol que era lo más recurrente así como hacía fotos de mi novia y, de vez en cuando, algún detalle, pero llegó un momento donde me planteé si quería tirar fotos o hacer fotos.
–¿Qué diferencia hay entre tirar o hacer fotos?
-La preparación de la fotografía, es decir, buscar el encuadre ideal, que esté todo distribuído armónicamente, tener la luz necesaria, diafragmar (profundidad de campo) y luego otros conceptos como imagen vertical o horizontal, con lo cual me introduje más en este campo.
–¿A qué te llevó esta reflexión sobre la imagen?
–Sobre todo a leer sobre fotografía porque al principio pensaba que mis fotos eran las mejores pero luego te das cuenta de que tienes muchas carencias.
–¿Quién te abrió los ojos en este sentido?
–Unas fotografías de Juan Cabrera  y de Juan Pérez de la Torre, ya que cuando las ví me dí cuenta que había que investigar más y, por ello, contacté con Juan Cabrera, que trabajaba en el diario ‘El Faro’.
–¿Fue Juan Cabrera tu verdadero maestro?
–Sí, me enseñó desde hacer una fotografía en blanco y negro hasta las reglas de oro ya que era un manual andante de la foto porque disfrutaba de su profesión. Curiosamente, al cabo de los años suplí a Juan en el laboratorio del periódico hasta que buscaron a otra persona. Tato Ferrer me pidió el favor y estuve un tiempo desempeñando esa labor, siendo una época muy bonita pero estresante por el trabajo acumulado.
–¿Cuáles fueron esas reglas de oro?
–En aquellos momentos eran cosas básicas porque no había muchos medios, de ahí que te aconsejaba la velocidad a 125, el diafragma a 5,6 y apretar el objetivo. Hoy en día los nuevos sistemas están adaptados para que la foto salga aunque no estén perfectas.
–¿Es la fotografía donde más han avanzado las nuevas tecnologías?
–Sí, estoy plenamente convencido de ello pero hay que tener claro que hay fotógrafos y fotógrafos, es decir, existe el reportero que tira fotos pero que no tiene tiempo para más porque no puede por su trabajo y luego está la persona que se pasa hasta más de dos veces por un sitio para sacar una instantánea. No obstante, en casos como una procesión o un partido de fútbol no te puedes recrear mucho, por lo que está claro que el fotógrafo profesional no puede competir con el que está cinco horas en un lugar esperando el momento idóneo para captar con su cámara.
–¿Quieres decir con todo ésto que hoy en día hace fotos cualquier persona?
–Las nuevas técnicas han provocado que haga fotos cualquiera porque la máquina está adaptada. En mi última exposición demuestro que se ha producido una renovación y que el cambio del analógico al digital no afecta siempre que domines la cámara.
–¿Han mejorado los avances el producto final?
–Sí porque ya no tienes que entrar en un laboratorio y mancharte con los líquidos del revelado. También se ha ganado en tranquilidad al ve la foto en el momento que la haces y poder rectificar e incluso borrarla. Igualmente, se ha avanzado en la facilidad de almacenaje y que no te quedas sin carrete, además de la calidad del soporte digital a la hora de ampliar.
–¿Y me imagino que también se habrán perdido cosas por el camino?
–Sí, se ha perdido la parte artesanal de la fotografía. Recuerdo cuando mi hija Rocío se metía en el laboratorio de mi masa y esperaba para que saliera la foto; cuando aparecía la imagen me decía que yo era un mago y eso me hacía mucha ilusión. Estas cosas se han perdido, al igual que el olor de los ácidos del laboratorio y las manchas del revelador, aunque ahora es todo más económico.
–¿Es necesario estar siempre adaptado en estos tiempos tan cambiantes?
–Sí, cada cámara es un mundo y hay que reciclarse continuamente porque todo está en una evolución constante. El día que deje de evolucionar dejaré de hacer fotos.
–¿Sería difícil decir las fotos que han recopilado en estos cerca de cuarenta años?
–Con la digital ya tengo millones de fotos. Tengo todas las cámaras guardadas en mi casa y he usado dieciséis en estos actual, además de la actual que es una Canon 40-D que aunque es un poco antigua me sigue valiendo.
–¿Qué fotografía guardas con más cariño?
–Muchas, sobre todo una de unos niños pastores del Alto Atlas. Cuando los ví me dio tanta pena de ver cómo sobrevivían y pasaban frío que tengo la foto en un pasillo de mi casa por el efecto que tiene. También me agradan otras que hice en Venezuela con los niños del pueblo.
–¿Qué género te gusta más retratar?
–Me encantan las fotos de niños y también las de reportaje, ventanas, detalles, texturas, reflejos o colores, decir, un poco de todo.
–¿Qué supone una exposición?
–Contar a la gente lo que yo siento en ese momento porque no sé hacerlo con otro medio porque no sé pinta ni escribir, de ahí que con la foto describo lo que estoy viendo, es decir,es una especie de diario escrito con luz. Ya llevo cuarenta y seis exposiciones.
–¿Guardas todas las fotos?
–Sí, las tengo ordenadas por fechas en un archivo externo y sigo manteniendo unos archivos de diapositivas y analógicos, además de que los estoy digitalizando poco a poco.
–Cambiando un poco de tercio ¿De dónde nace tu afición por la investigación?
–Siempre me ha gustado leer y he tenido una necesidad de escribir. Un día me puse a trabajar con Pepe García Cossío y participé con él en la primera investigación sobre la “Ceuta en América”. Al cabo de varios años ví que nadie seguía su estela, pedí permiso a su familia y me dediqué a investigar.
–¿A qué te ha llevado esa indagación histórica?
–He localizado catorce topónimos de Ceuta en América, cuatro de ellos en México con el nombre de Ceuta, dos en Venezuela, dos en Cuba y uno en Colombia, siendo el resto ríos, montes o lagos. He publicado dos libros muy trabajados donde me ayudó mi hija Rocío que aportó su tinte periodista.
–¿Satisfecho de tu actividad profesional en el Ayuntamiento?
–Sí, es una parte administrativa pero se escribe la historia política de la ciudad ya que los plenos son una parte de esa vida cotidiana. Escribir un pleno es bastante complicado.
–¿Con qué te quedas de tu trabajo?
–Me considero un funcionario servidor del pueblo en general, no tengo colores políticos y no te debes significar nunca en este negociado.

 

40 años en el Ayuntamiento

FICHA. José Gutiérrez Álvarez o Pepe Gutiérrez para los amigos acaba de cumplir cuarenta años de carrera en el Ayuntamiento ya que es funcionario de la Administración Local desde el año 1971.
Casado y padre de dos hijas (Remedios y Rocío), este ceutí, nacido en el año 1.952, es el mayor de una familia de tres hermanos cuyo padre fue conserje durante muchos años de la Comandancia de la Marina.
Desde hace casi veinte años tiene la plaza en propiedad de Jefe del Negociado de Actas del Palacio Autonómico, aunque previamente había estado nueve años de secretario de Festejos con Luis Fort, Juan Lazpita, Manuel Pérez Gutiérrez, Folch Palau y Albert Rosano como jefes.
También ha estado destinado en el Negociado de Cultura, en el Registro y en la Oficina Técnica de Obras.
Le encanta viajar y la lectura.

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