Categorías: Tribunales y justicia

La Fiscalía pide 3 años y 2 meses de cárcel para los juveniles de la AD Ceuta

Visto para sentencia el juicio contra los tres futbolistas detenidos con un kilo de hachís cada uno de ellos. Fiscal y Defensa chocan en sus tesis: una parte considera que actuaron juntos y la otra cree que lo hicieron por separado

Que fueran detenidos en la mañana del 12 de octubre del pasado año en las dependencias del Puerto de Ceuta, instantes antes de embarcar rumbo a la Península y con una cantidad similar de hachís que escondían de idéntica manera, fue toda una casualidad, un hecho azaroso del que ellos mismos se sorprendieron.
De tal modo valoran las detenciones los tres futbolistas mayores de edad del equipo juvenil de la AD Ceuta que fueron descubiertos por la Policía Nacional con droga en el Puerto cuando iniciaban el viaje hacia Sevilla donde iban a disputar un partido contra el filial del Real Betis en la capital hispalense.
Sin embargo, la tesis, mantenida por los propios futbolistas y por los dos abogados defensores, no fue respaldada ayer por el Ministerio Fiscal, que consideró durante la celebración del juicio en la sala del Penal número dos, que los tres acusados, así como un cuarto menor, que ya cumple condena de un año y seis meses tras ser enjuiciado por un Tribunal de Menores, sí se pusieron de acuerdo y actuaron movidos por un fin común, predeterminado y acordado con antelación.
Por tal motivo, el Ministerio Fiscal solicita para los tres acusados una pena de prisión por espacio de 3 años y 2 meses así como una multa de 24.190 euros por estimar que incurrieron en un delito contra la salud pública con el agravante de notoria importancia.
La petición elevada por la Fiscalía fue argumentada tras escuchar las declaraciones de los tres acusados mayores de edad y del cuarto y que por aquel entonces era menor de edad –ahora ya ha cumplido 18 años–, de  hasta cuatro agentes –dos hombres y dos mujeres; dos en persona y dos a través de videoconferencia–;  así como la información detallada por el perito.
Según el Ministerio Fiscal quedó constatado que la droga que llevaban los acusados, que en concreto era de 1.999 gramos B.A.D., 878,62 gramos R.T. y de 968,80 gramos M.H.H. –el menor llevaba 1.954 gramos– y con índice de pureza que oscilaba de 16% a 21%,  había sido producto de un acuerdo  en base a que los tres fueron los últimos en pasar el control, iban relativamente juntos, la cantidad de droga y su distribución era similar, necesitaban dinero por tener problemas económicos individuales y familiares, tal y como aseguraron los acusados, que la droga tenía como primer origen Marruecos y porque las versiones de los tres sufrieron contradicciones justo en los puntos referentes a la actuación conjunta, según estimó la Fiscal.
Por su parte, ambos letrados defensores coincidieron en pedir para sus tres clientes una sentencia absolutoria y en el peor de los casos una condena del mínimo de prisión, es decir dos años de cárcel, al entender que no existen pruebas que los situaran antes del día de autos organizando el pase de manera conjunta y que no quedó acreditado en momento alguno que los tres incurrieran en el agravante descrito por la Fiscalía, el concerniente a una supuesta notoria importancia en el delito cometido.
Por tanto, y tras las versiones escuchadas por el magistrado del Penal dos el juicio contra los tres futbolistas juveniles del AD Ceuta acusados de cometer un delito contra la salud pública quedó visto para sentencia con la petición del Fiscal de tres años y dos meses y la solicitud de absolución de la Defensa.

 

“Pagué 600 euros por  2 kilos de hachís y quería venderla por 1.100”

A las once menos dos minutos de la mañana la sala del Penal número dos de Ceuta se llenó de personas en un santiamén. Familiares, amigos y  agentes de la Polícia Nacional accedieron al interior de la habitación para sentarse en el banquillo. Y por supuesto entraron también los tres acusados de cometer un delito contra la salud pública, tres jóvenes que hasta el día de los hechos, el 12 de octubre del pasado año, pertenecían al equipo juvenil de la AD Ceuta con el que pretendían tomar un barco que les llevara a Algeciras desde donde iban a desplazarse posteriormente hasta Sevilla para jugar un partido contra el filial del Real Betis.
Pero no lo hicieron porque fueron detenidos. “Sospeché que algo pasaba”, decía ayer la agente de la Policía Nacional encargada aquel día de controlar el pasaje de embarque, “sobre todo porque el último de los chicos estaba haciendo ademanes de nerviosismo, se tocaba entre las piernas y vi que había algo que se movía debajo del chándal que no era normal”.
Entonces la agente invitó a pasar al joven a una sala, donde un colega suyo procedió a realizar un cacheo que dio con el extraño objeto “anormal”: M.H.A. llevaba oculto 969,80 gramos de hachís, “una droga que venía dispuesta en placas adosadas en el abdomen y en   una ristra de bellotas que colgaban de las piernas, bajo la prenda deportiva, todo el material envuelto en un papel transparente típico en estos casos”, declaró la agente de la Policía Nacional.
Ya con el jefe del Servicio que estaba esa mañana a cargo del dispositivo de seguridad  del tráfico de estupefaciones personado en la habitación de cacheo tras ser advertido por un compañero, se procedió al cacheo de todos los miembros de la plantilla, que buena parte de ella aguardaba ya en el ferry a que llegaran los cuatros últimos, los cuatro futbolistas con droga.
En el cacheo conjunto se descubrió que cuatro llevaban hachís, y según coincidieron en señalar los cuatro agentes de la Policía Nacional quer declararon ayer, bien en persona, bien a través de videoconferencia, la droga estaba colocada de una manera muy similar y ocultada bajo la ropa deportiva.
“A mí la droga me la trajo un amigo desde Tánger un día antes”, decía M.H.H., “con el que acordé que me pagara el dinero, 600 euros, en Algeciras, un acuerdo que alcancé con él un mes antes de lo sucedido el día 12”.
Asimismo, M.H.H., quien dijo que iba a firmar un contrato laboral en noviembre, un mes después por tanto, aseguró que no se había puesto de acuerdo con sus compañeros para el pase de la droga “sino que todo fue una casualidad”.
Para explicar “la casualidad”, el joven rememoró lo que hizo aquella mañana antes de llegar al Puerto a las 07:30 horas: “Salí de casa a las seis y media, de Bermudo Soriano fui al monte, donde me adosé en unos cuatro minutos yo sólo la droga y luego anduve hasta el Puerto, tardando unos 40 minutos hasta llegar”.
M.H.H. dijo también que el hecho de que sólo supieran el día antes si iban a viajar, porque ese es el momento en el que el entrenador da la lista de convocados, “hace más difícil que nos pusiéramos de acuerdo en pasar la droga juntos”.
Sobre el hecho de que el menor inculpara a él y a los otros dos menores, M.H.H., quien como sus compañeros señaló en varias ocasiones que no tenía antecedentes penales, aseguró que “lo haría porque no quería verse sólo como único condenado”.
Por su parte, R.T. señaló que la droga, que llevaba adosada en el abdomen y distribuida en tabletas, “la compré en el Príncipe  un día antes, pagué 300 euros  por un kilo y la pensaba vender por 800 euros”. Para ello, el chico había dado el teléfono al que le compró la droga,  sujeto que lo llamó más tarde para decirle que “en Algeciras me iba a llamar una persona para quedar en el parque de autocares”.
R.T. dijo también que “en las tres ocasiones anteriores que viajé con el equipo no hice nada de esto y que ésta vez lo hice porque necesitaba dinero, una decisión que no consensué con nadie, una casualidad”. Sobre sus otros compañeros advertidos con droga, R.T. señaló que “la relación era sólo de compañeros, nada más” y a una pregunta acerca de si actuaba sabiendo lo que le podía pasar, respondió que “no sabía las consecuencias”.
Por último, el tercer detenido mayor de edad, B.A.D. aseguró que “Sufian, un amigo de Tánger, me trajo la droga, 2 kilos de hachís, tras pagar 600 euros y queriendo venderla a 1.100 euros”.
Para ello, la intención del joven era aprovechar el tiempo destinado para el desayuno, “que siempre se suele hacer en Algeciras”, para ir por el Puerto “preguntando ‘¿quieres comprar droga?’ y poder ganar un dinero que iba  a destinar a ayudar a mi padre”.  Además B.A.D. dijo que su idea era pasar la droga, que guardaba en casa desde hacía tres semanas, en el fin de semana del anterior partido de Liga que el equipo iba a jugar fuera de Ceuta pero que no pudo hacerlo ese día “porque no fui convocado”.

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