El último cohete de los fuegos artificiales que anunció el final oficial de la Feria de 2016 es el mismo con el que dio comienzo el dispositivo de limpieza para devolver al Parque Juan Carlos I el aspecto anterior a los festejos.
Sin embargo, con las casetas y las atracciones aún repletas de gente, las labores limpieza no pudieron comenzar inmediatamente. Entre los trabajadores del turno de las 7:00 de la mañana estaban Luis Rodríguez y Mohamed Hadi. Ayer no fue la primera vez que cogieron la escoba ya que hace años habían estado empleados en la anterior empresa concesionaria del servicio de limpieza. Sin embargo, sí era la primera vez que se ponían manos a la obra en mucho tiempo. Antes de ser contratados para la feria, Mohamed Hadi llevaba dos años en paro y Luis Rodríguez, tres. La alegría de haber sido elegidos para reforzar el servicio de limpieza durante la Feria no es absoluta. Ya que el primero ha sido contratado por sólo cinco días y el segundo por nueve y, aseguran, perderán la antiguedad en la lista del paro y las opciones de conseguir un trabajo mejor u otra clase de ayudas. Tampoco han tenido mucha suerte durante las labores de limpieza. En ocasiones, mientras hacen su trabajo, aparece algún ‘tesoro’ olvidado. Este año no han encontrado ni una sola moneda entre los objetos y basura que fueron retirando a lo largo de la mañana de ayer. “La gente tiene el bolsillo cosido”, afirma, “este año ha habido montones de patatas tiradas por el suelo, pero ni un euro hemos encontrado. Otros años aparecen pulseras o algún anillos”. Esta vez, los hallazgos han sido para dos de sus compañeros que recorren otra zona del recinto ferial. El ‘tesoro’ de uno de ellos está compuesto por tres dardos olvidados por algún feriante, una cadena de metal rota y un martillo, que probablemente quedó atrás durante el desmontaje de las atracciones. Su compañero se llevará a casa una pequeña pelota de las que se podían ganar en las tómbolas y que apareció ayer en un rincón del recinto ferial. Nada comparable, aseguran, a la tablet que apareció hacen un año. Unos y otros, los que habían tenido más fortuna y los que menos, pertenecían al turno de mañana, el mismo que a las doce de la noche tenía previsto regresar al recinto ferial para continuar con el trabajo. Las labores de limpieza se prolongarán aún unos días. A medida que las casetas van siendo desmontadas, los empleados del servicio de limpieza van retirando residuos a los contenedores de basura. A veces realizan el trayecto acompañados por un enjambre de insectos que revolotean a su alrededor y que parecen abejas o avispas. Sin embargo, ni Luis Rodríguez ni Mohamed Hadi se inmutan con su presencia. “No son avispas. Son zánganos, vienen al azúcar de los restos de caramelo”, aseguran mientras continúan retirando todo tipo de residuos. Cuando se desmonte la última caseta y se recojan restos de basura que queden, aún ‘continuará’ la Feria unos días más para los empleados del servicio de limpieza. Entonces llegará el momento de empezar utilizar métodos como el agua a presión para eliminar los restos y manchas sobre el pavimento y que no quede ni rastro de los festejos de este año. Sólo cuando el parque urbano Juan Carlos I recupere su aspecto habitual, habrá finalizado la Feria para todos, incluidos los trabajadores del servicio de limpieza.
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