La enseñanza vista como un negocio urbanístico

Con toda la solemnidad que requería la ocasión, el martes de la pasada semana se firmó el Convenio de Colaboración entre el Ministerio de Educación, la Ciudad Autónoma de Ceuta y las Universidades de Granada y de Educación a Distancia que permitirá la construcción y uso del futuro Campus Universitario de Ceuta en el antiguo Cuartel del Teniente Ruiz, y al que se le dotará de comedor y residencia universitaria.
El proyecto en sí y la construcción del Campus no ha estado exenta de polémica. Ya cuando gobernaba en esta Ciudad el GIL, se planteó el mismo. Proyecto que rescató el Partido Popular y que, ahora, parece que puede ver la luz. Para muchos, dicho plan no era más que una de las operaciones inmobiliarias especulativas del grupo GIL, aunque adornada, eso sí, de nobles intereses educativos. Para otros, es la culminación de las legítimas aspiraciones de los ceutíes de contar con unas instalaciones modernas y preparadas para lo que es la función universitaria. Yo pienso que es una cosa y otra. En cualquier caso, no obedece a un plan de desarrollo de la actividad universitaria en la ciudad, ni es la consecuencia de un análisis de nuestra realidad o de nuestras necesidades.
¿A qué se compromete cada una de las partes firmantes?.
El Ministerio de Educación, que en los casos de Ceuta y Melilla, mantiene las competencias sobre creación, modificación y supresión de centros universitarios, que en el resto del país tienen las Comunidades Autónomas, se compromete a impulsar el traslado de las sedes, a financiar, de acuerdo con las posibilidades presupuestarias, la prestación de la enseñanza universitaria y la dotación de medios materiales y tecnológicos al nuevo Campus, y a fomentar la actividad universitaria, mediante la creación de nuevas titulaciones y la realización de estudios de viabilidad. Es decir, lo que ya hacía y poco más.
La Ciudad Autónoma de Ceuta, a promover la construcción del campus, incluyendo una residencia y un comedor universitario, cediendo sus instalaciones a la Universidad de Granada, a conceder a la UNED el espacio que necesite para su actividad y a ceder el actual edificio de la UNED a la Facultad de Ciencias de la Salud durante diez años.
La Universidad de Granada, a desplazar la actividad docente al campus, a estudiar con la Ciudad de Ceuta la posibilidad de ampliar la oferta de titulaciones y el desarrollo de otras actividades científicas, a dotar equipamientos y a abonar al concesionario de los servicios de restauración, u otros, la prestación de los mismos. A cambio, cede a la Ciudad Autónoma de Ceuta el edificio de su Facultad para uso educativo, preferentemente Instituto de Educación Secundaria.
Respecto a la Universidad Nacional de Educación a Distancia, aparte del traslado de su actividad y las mismas funciones de colaboración que la Universidad de Granada, poco más, pues el centro de Ceuta es propiedad de la Ciudad y está gestionado por un Consorcio que preside la misma.
¿Cuánto costará el Campus y cómo se financiará?. De esto no se contempla nada en el acuerdo. Pero si son ciertas las informaciones que se han dado hasta ahora, superará los 20 millones de euros. Esto, en un cálculo generoso de financiación, no baja del millón de euros anuales (dependiendo del tiempo que se tarde en amortizar), que habrá que pagar (entre todas las partes) a la empresa concesionaria, que a su vez, posiblemente gestione los comedores universitarios y la residencia de estudiantes.
Es decir, las instalaciones van a ser positivas para la enseñanza universitaria de Ceuta, siempre que a las mismas se les sepa dar un uso adecuado. Pero en el fondo no dejan de ser más que unas instalaciones de restauración y hostelería, que alguien gestionará, y al que pagaremos por esos servicios y por las aulas que nos construyan. Los estudios de viabilidad de nuevas titulaciones y necesidades se harán después.
Y digo yo. ¿No hubiera sido mejor comenzar la casa al revés?. Primero, los sesudos técnicos del Ministerio de Educación, en coordinación con las otras partes, especialmente con la Ciudad Autónoma de Ceuta, estudian nuestras necesidades reales. Después se hace un plan de actuación coordinado, incluyendo un sistema de becas a los alumnos que tengan que estudiar fuera de Ceuta, y otro de subvenciones del billete de barco, para facilitar el transporte a los estudiantes que quieran venir aquí.
Y por último se le compra el cuartel al Ministerio de Defensa, y el Ministerio de Educación destina una partida presupuestaria para construir las instalaciones universitarias adecuadas. Pero ya se sabe, la educación y la política parece que siguen estando, cada vez más, al servicio de las necesidades del mercado. Inmobiliario en este caso.
Ahora que con lo de la crisis financiera se ha vuelto a poner de moda lo de la eficiencia del gasto público, ¿a alguien se le ha ocurrido que quizás se debería de haber hecho previamente un estudio coste beneficio, por ejemplo, para analizar la rentabilidad social de esta inversión?. A mí me da que no. Aunque tampoco quiero dar ideas, porque estos son capaces de encargárselo a alguien, aunque sea a posteriori. Mejor si es de fuera. Así sale más caro.