La efeméride: Expo-Ceuta 87

Eran otros tiempos. En el horizonte se barruntaba una más que incierta e irreversible crisis comercial inmediata para la ciudad. Y ya en plena vía de consumación de lo que había venido siendo su tradicional modelo económico, nacía Expo – Ceuta 87, tal semana como ésta, de hace un cuarto de siglo.
Aquella no fue una auténtica feria de muestras como las de la Plaza de África de la primera mitad de los años 30, sino una exposición extensa y variada de cuanto Ceuta podía vender u ofrecer. Se ubicó a lo largo y ancho de los terrenos de lo que hoy es la Gran Vía, sobre unos 4.500 metros cuadrados de superficie, con una muestra de 350 firmas la gran mayoría ceutíes, a las que se dio preferencia, en 82 stands. La falta de un mayor espacio impidió acoger las demandas de algunos expositores foráneos, tras haberse presentado en las cámaras de comercio de Jerez, Sevilla, Cádiz y Algeciras.
Expo – Ceuta fue posible gracias al esfuerzo de los empresarios locales, que cifraron un gasto aproximado de participación de unos 75 millones de pesetas. Electrónica, perfumería, automóvil, cristalería, menaje de hogar, libros, informática, relojería, hidromasaje, bebidas, hostelería, alimentación, moda, fotografía, muebles… Y hasta un stand reivindicativo de la Autonomía, que instaló el Ayuntamiento, con las banderas de Ceuta y de España.
Nuestro periódico quiso estar también presente en la muestra, trasladando a la misma diversas piezas y aparatos de la todavía sofisticada maquinaria de la época, junto con un amplio despliegue de panales con las portadas más relevantes de la actualidad de los últimos 52 años, la edad que por entonces tenía este diario.
La foto muestra la visita a nuestro stand de las primeras autoridades de entonces, el delegado del Gobierno, Ramón Berra, el alcalde, Aurelio Puya, y el Comandante General, Rafael Casinello, recibiendo las explicaciones del presidente del Consejo de Administración del periódico, Rafael Montero, sobre el material técnico expuesto, ante la atenta mirada de Diego Sastre e Higinio Molina, regente de talleres y redactor jefe, respectivamente.
Como ya sucediera en la Feria de Muestras de los años republicanos, en la Expo – Ceuta 87 hubo lugar también para degustaciones gratuitas en los stands de Almacenes Rafa, Cruz Campo, Zapico y Ríos, Luís Moreno Naranjo y Camping Ceuta. Valga como curiosidad que el primer día se llegaron a dispensar unos 750 litros de cerveza.
El acceso al recinto se realizó por la Plaza de África, previo pago de la entrada al precio de 50 pesetas. La respuesta popular fue masiva.
El primer día la recaudación en taquilla ascendió a 150.000 pesetas, el equivalente a unos 3.000 visitantes, y 250.000 el segundo.  
La muestra permitió operaciones importantes. La firma Toyota, por ejemplo, a la media hora de la apertura al público había hecho ya operaciones que sobrepasaban los cuatro millones de pesetas. Eran buenos tiempos para el sector automóvil, que ofreció la presentación oficial del nuevo modelo de la firma Citröen, el AX, coincidiendo con la inauguración.
Con la apertura de la Verja de Gibraltar, un lustro atrás, y muy especialmente con el paso de automóviles y mercancías liberalizado hacía dos años, la sostenibilidad de nuestro patrón económico estaba tocado de muerte sin que los gobiernos socialistas adoptaran medida compensatoria alguna para Ceuta. Expo – Ceuta 87, en ese sentido, supuso un reto buscando la posibilidad de acercar grandes transacciones, siendo de destacar la visita de profesionales de la Península y de Marruecos, en este último caso gracias a la colaboración de la Cámara de Comercio de Tánger.
Ante la difícil realidad que comenzaba a vislumbrarse en el panorama económico local, en Expo – Ceuta se habló, y no poco, de un posible desarrollo industrial. Valga la anécdota del apunte que en ese sentido hizo Andrés Casinello a Aurelio Puya, a lo que el alcalde le respondió:
- General, yo, particularmente, intenté llevar adelante una industria de jabones con tan mala fortuna que todavía sigo pagando letras…
25 años después, aquí seguimos con un modelo económico agotado y con escasas perspectivas futuras, sin industria, un comercio bajo mínimos, sin iniciativas emprendedoras y con una total dependencia del sector público.