La diversidad enriquece. ¿Cierto?

Saben aquel del egipcio que trabaja de portero en el hotel ‘Danieli’ de Venecia y que no acepta recibir órdenes directas de su inmediato superior porque es una mujer, y la dirección del hotel, bajándose los pantalones, ha puesto un enlace masculino entre la mujer que da las órdenes y el egipcio? ¿Y saben que la empresa del hotel se plegó a la misoginia del egipcio porque dijo que “era un empleado muy apreciado por los clientes y por los compañeros”? Gracioso, ¿verdad?
¿Y saben aquel otro en que varios salafistas trataron de impedir que los comerciantes franceses del mercado ‘Chemin Bas Avignon’ de la ciudad francesa de Nimes vendieran productos del cerdo, bebidas alcohólicas y ropa ligera de mujer porque decían que van contra sus principios religiosos y morales? Muy gracioso también, ¿verdad?
¿Saben ese que en otra ciudad francesa la comunidad islámica ha pedido a las autoridades municipales que pongan un horario en las piscinas para que puedan asistir sólo las mujeres musulmanas? Para partirse de risa, ¿no es cierto?
¿Y aquel otro que comunidades islámicas de varias ciudades europeas piden que se les deje aplicar la ley islámica, la ‘sharia’, en sus barrios y limitar la libertad de expresión respecto del islam para no ofender ni herir los sentimientos de los sensibles musulmanes? ¿No se ríen? Es gracioso, ¿no?
¿Saben aquel otro que un grupo de estudiantes holandeses no musulmanes fueron con sus profesores a visitar una mezquita en una ciudad holandesa y el director de la misma comparó a los niños “no musulmanes” con los perros, y que las autoridades holandesas, bajándose también los pantalones, se limitaron a calificar el asunto como un “inapropiado incidente que el director de la mezquita compare a los niños no musulmanes con los perros”? No me digan que no es para partirse de la risa. ¿A que sí?
¿Saben este otro que empleadas de la ORA en Mallorca que trabajaban cerca de una mezquita sufrían maltrato verbal de los musulmanes y el Ayuntamiento decidió enviarlas a otra zona para evitar males mayores, y no se tienen noticias de que las asociaciones feministas hayan dicho algo al respecto? ¿Qué risa, verdad?
¿Y saben ese tan gracioso que un musulmán que vive en Suecia dice que llamar “putas” a las mujeres suecas es un comportamiento normal en el hombre? ¿A que es graciosísimo? ¿No?
¿Saben ese otro tan divertido que un partido llamado ‘Sharia 4 Belgium’ dijo: “Nosotros, los musulmanes, no tenemos ni un gramo de respeto por vosotros, infieles”? Este sí que es para revolcarse de risa. ¿Cierto?
¿Saben ese de Riay Tatary, sirio nacionalizado español, líder de la UCIDE, miembro del Tabligh, que en una entrevista en ABC, el domingo 12-02-06, el periodista le requirió su opinión sobre la muerte del cineasta holandés Theo van Gogh, que hizo un documental sobre la mujer en el islam, y que fue asesinado por un marroquí, y el tal Tatary se descolgó diciendo: “Quien provoca la violencia va a recibir la violencia”? Para reír a mandíbula batiente. ¿Verdad?
¿Saben aquel que una niña musulmana de 8 años de nombre Rugaya tomó la palabra ante un Congreso de fundamentalistas en Sydney, Australia, para expresar su amor por la yihad. Ante 600 personas alentó a los jóvenes a combatir para la restauración del Califato islámico, un gobierno mundial único regido por la Sharia. Y la Primera ministra australiana, Julia Gillard, se mostró horrorizada ante la imagen de niños exhibiendo pancartas incendiarias en Sydney. Una de ellas decía: “¡Decapiten a los que insulten al profeta!” Otra: “Nuestros muertos están en el paraíso, los vuestros, en el infierno”? Este sí es bueno, ¡eh!    
¿Saben aquel tan divertido que en Holanda las estadísticas han revelado que el 80% de los jóvenes marroquíes que viven en el país ya tienen antecedentes policiales? ¿Les hace gracia? ¿A que sí?
¿Saben aquel otro que en el pueblo italiano San Giovanni Incaro, del Lacio, un centenar de inmigrantes ilegales que llegaron con motivo de la primavera árabe desde Libia y Túnez reclamaron violentamente que les dieran “viviendas dignas para vivir” (ahora viven en un hotel habilitado), después de haber conseguido que se les diera una paga diaria de 5 euros? Gracioso, ¿verdad?
Tengo otros muy sabrosos sobre las mafias chinas y sobre las bandas latinas. Pero, bueno, ahora sin ironía, parece que, en este caso, no está demasiado claro que la diversidad enriquezca, al menos, no cuando se entra en contacto con culturas que se niegan a ver a los otros como sus iguales. No sé si habrá un islam de “las Luces”, pero este que vemos y sufrimos a diario en nuestro país y en nuestro continente y en nuestras sociedades occidentales no es tal, es un islam de “la Oscuridad”, retrógrado, medieval y discriminador. Esta intolerancia y falta de cordialidad y de empatía con quienes no son musulmanes no es producto de la casualidad. Ese desprecio por los ‘infieles’ está en los genes del islam: un dios combatiente, consignas guerreras en el Corán y un profeta, por tanto, armado,  guerrero y combatiente. Todo ello es el punto de partida de la “senda belicista” del islam. Se puede comprobar con tan sólo ojear un libro de historia. Alardear de tolerancia y convivencia parece, cuando menos, un sarcasmo. El filósofo italiano Armando Massarrenti lo ha expresado meridianamente claro de esta manera: “El islam es una religión, pero también una política que se presenta como una religión de conquista a lo largo de la Historia”. ¿Me estaba usted diciendo, amigo, que la diversidad enriquece? Usted mismo.