Buenas son aquellas denuncias que se hacen para intentar poner el parche antes de que la herida sea mayor. Hoy se trae a portada la situación en que se encuentran los calabozos de la Guardia Civil tanto de Ceuta como de Algeciras, masificados con la presión ejercida por los culeros. Yo no sé lo que persigue la AUGC con dicha queja, pero sí sé que, por lo que saca a la luz, esas condiciones no deben mantenerse por más tiempo porque se está presagiando males mayores. Con la queja de la asociación he recordado las múltiples advertencias del SUP en torno al Biutz y sus avalanchas. No hace falta que les recuerde cuándo se adoptaron soluciones. Ahora AUGC nos habla de más detenidos de los recomendables en los calabozos, de culeros que duermen en el suelo, de cuando tienen que defecar en la propia celda porque el único váter está ocupado... todo ello porque en plena crisis se está produciendo un auténtico efecto llamada y cada vez es mayor el trasiego de hachís utilizando a los belloteros. Personas éstas que son capaces de arriesgar sus vidas con tal de ganarse la comisión.
Los juzgados, las fuerzas de seguridad y hasta la propia Delegación reconocen el aumento que ha habido en este tipo de intervenciones hasta romperse todas las estadísticas. Al margen del informe que sobre este asunto la AUGC quiere presentar ante Fiscalía y ante el Defensor, la propia Delegación del Gobierno debería tener muy en cuenta lo que hoy se pone de manifiesto. Más que todo para que luego no pase que dentro de dos años anuncia investigaciones de hechos denunciados tiempo ha, como está sucediendo, por ejemplo, con las tramas que rodean a las embarazadas marroquíes.
La asociación lo advierte: ha habido enfrentamientos entre detenidos, fugas e intentos de escapada, además de momentos de tensión entre los arrestados debido a las pésimas condiciones en que se encuentran las instalaciones. Las buenas denuncias hay que estudiarlas, hay que tenerlas en cuenta, sin complejos para que luego, sencillamente no lamentemos el no habernos acordado de ello.