La cruda discordia que se avecina

El espectáculo de los partidos políticos es altamente mediocre pero al parecer todavía no ha sido suficiente pues de alguna manera es asimilable por el bulto social que, para ellos, constituimos todos los que habitamos la ciudad.

Los partidos políticos son círculos cerrados dónde se produce el reparto del poder que todos quieren alcanzar; en este ambiente la cantidad y no la calidad es la divisa que cotiza al alza. Se tortura el término democrático hasta sacarle el jugo que la canalla, reunida entorno a los mediocres, desea para justificar sus atropellos y abusos. Aquí seguimos en esta era pospolítica en la que la discordia entre los partidos políticos es infinita pues viven y sobreviven de la continua pelea entre clanes rivales, ya sea dentro o fuera de los partidos políticos, por el territorio de las urnas.
El dictamen de las urnas es el santo Grial de los mindunguis de la democracia que como nuevos ricos de la política se enseñorean en un país como el nuestro que ha llegado tarde a muchas citas con la historia contemporánea europea. Algo parecido al fenómeno de las casas adosadas que hace 20 años comenzó en nuestro país y todos los catetos urbanos querían tener una como signo de distinción y progreso social. Hacía mucho que los habitantes de otros países europeos conocían este divertido fenómeno de atontamiento de las masas burguesonas pero en España fue todo un bombazo. Mientras la desafección hacia los partidos políticos va creciendo la oligarquía de estos partidos continua desoyendo el descontento crónico fácilmente comprobable si se revisan los datos de participación en las elecciones que se convocan.
La respuesta de los políticos profesionalizados está siendo proponer medidas que frenen la aparente escalada de corrupción que afecta a las pléyades de aprovechados y codiciosos que se acercan a la política para llenarse los bolsillos o en el caso de muchos otros para poder tener unos ingresos dignos todos los meses. Los equilibrios de poder entre clanes (meros cosechadores de votos sin más mérito que el convencer prometiendo) lleva a formar las listas inefables que vemos en todos los partidos políticos. Una cosa lleva a la otra y como esto del escaño político es una inversión de mercado en el caso de que no lo vea claro salto a buscar nuevas posibilidades de supervivencia en este delirio que constituye la profesionalización de la política. Cuesta mucho trabajo hacerse un hueco en un partido político y hay miríadas de personas con carnet de partido que no pueden ascender dentro del partido porque está todo repartido entre esta o aquella facción. Al otro lado, muchas personas que incrementan las bolsas de la abstención dejan mucho que desear con sus actitudes éticas ante los demás y otras simplemente no participan y se aferran al limbo de la pospolítica.
Nuevos partidos han nacido del descontento y salen a la subasta pública para probar suerte, muchos son partidos durmientes que solo despiertan cuando se avecinan las elecciones. Si no entendemos que la participación en el gobierno de todos y en la acción social para beneficio mutuo es un principio crucial que nos hace profundamente humanos estamos dejando que la descomposición política que lleva acarreada la era de la pospolítica tome el control. Muy pocos asumen los principios del apoyo mutuo cuando se trata de una gran concentración de seres humanos. Hay que comprender que todos formamos una gran familia política de la que debemos beneficiarnos a la vez que colaboramos todos. Está claro que construir una gobernanza común que satisfaga a todos es una utopía de la que los seres humanos debemos ser conscientes pues el “todos” es ya tan voluminoso que se hace inabarcable e intolerable para la percepción humana. Y mientras las masas humanas crecen, el mecanicismo y las vidas sin plenitud ni significado impregnan nuestras sociedades.
Estamos todos atrapados pero confortables dejando hacer y conformándonos con distintos tipos de escusas que nos exculpan ante nuestra pequeña conciencia; a saber, somos dimisionarios porque ya nos encontramos en “buenas manos” o bien porque nos asquea la política o porque se tiene suficiente con sacar una vida adelante o porque algunos se están beneficiando económicamente del actual estado de la cuestión y no conviene pisar ningún callo. Como este relato de lo contradictorio, desconcertante e intensamente alienante que es la sociedad moderna, se estuvo gestando ya en tiempos muy anteriores tengo que reconocer una vez más que me encantan los cuadros del Bosco pues como nadie destaca la imposibilidad de la humanidad de encontrar un equilibrio satisfactorio entre su ser y el mundo. En el ámbito de la gestión del poder político y la sociedad de irresponsables que la promueve por acción u omisión creo que el carro de heno sería un gran ejemplo de cómo un visionario acertó en su predicción sobre nuestra especie. En lo que se refiere al aprovechamiento complaciente de todos, con el actual sistema, nuestras sociedades no han cambiado mucho y los graves e incesantes incrementos poblacionales no ayudan a generar la evolución mental que necesitamos. Algunos afirman que estamos ante la mejor de las sociedades posibles quizá porque existe mucha información disponible pero se olvidan de reflexionar sobre la aceleración constante de nuestras vidas que nos impide disfrutar de ellas y asimilar que no visualizar la información que se genera. Por otro lado, el consumismo y el confort nos ha esclavizado y nos aleja de nuestra naturaleza más esencial. Esta indisposición ante la vida nos disminuye y nos llena de miedos psicóticos a los que por more de nuestro cerebro está nuestra especie bien predispuesta. Nuestra sociedad es el inevitable producto del mecanicismo y de la mercadería económica.
Otras formas de convivencia social vendrán (o volverán pues nunca nos han abandonado) pero la factura a pagar será traumática. Mientras tanto, el sórdido espectáculo de los partidos políticos continúa en la marinera ciudad. Además, esta nueva campaña electoral se promete especialmente cruda y despiadada pues la situación económica y el desgaste político y ético del gran mandarín lo está empeorando todo. De hecho, es la primera vez que vemos un portavoz del gobierno que no cesa de insultar a diestro y siniestro en un estilo pésimo que trasmite a la perfección la desesperación, del actual partido en el poder, por mantener la mayoría en el próximo gobierno. Los otros partidos políticos también están peleando encarnizadamente para conseguir votos y una nueva herramienta para la propaganda de campañas, dirigida por mercenarios, parece que se pondrá en marcha para contrarrestar a la otras maquinarias que sirven al poder establecido. Una buena dosis de darwinismo social viene en camino así que sálvense los más brutos y agresivos y púdranse el resto. Vivas como un tótem del poder delirante será llevado de un lado para otro para regocijo de unos y martirios de otros.
Nosotros intentaremos encontrar los resquicios que podamos para mostrar las deficiencias del sistema y del gobierno en materia ambiental, cultural y de la sostenibilidad en general y seguir defendiendo nuestras tesis en beneficio de todos.