Desde los inicios de la época portuguesa –pronto se cumplirán seis siglos de ello- a los habitantes de la ciudad de Ceuta se les otorgaron determinados beneficios económicos y fiscales, con la deliberada intención de crear unas condiciones tales que permitieran su arraigo en un territorio reducido, carente de recursos básicos, aislado del resto de la nación y frontero con un país en muchas ocasiones hostil. De ahí las denominadas “tensas” o “moradías”, que –con cargo a fondos públicos- se abonaban a cuantos aquí vivían, a modo de un Plus de Residencia generalizado. De ahí también, ciertas exenciones tributarias de las que hay constancia en el Archivo de Torre de Tombo de Lisboa, como pudo verificar, hará unos treinta años, el entonces Miembro de la Cámara de Comercio José María Baeza Herrazti, empresario aficionado al estudio del derecho foral, ya fallecido.
A raíz de la opción adoptada por los ceutíes en favor de la monarquía española, tras la revolución secesionista protagonizada por el portugués Duque de Braganza en 1640, tanto Felipe IV –tras acoger a Ceuta en sus Reinos “de ahora en adelante para siempre jamás como comprendida en ellos”- como después la Reina Regente Dª Ana de Austria, tuvieron buen cuidado de reconocer y garantizar “los fueros y privilegios” de que venían gozando quienes aquí vivían.
Reflejo de aquellas medidas fue la declaración de Puerto Franco efectuada en 1859, y asimismo el actual REF, cuya actual versión tuvo origen en la Ley de Bases sobre Régimen Económico y Financiero de Ceuta y Melilla, de 22 de diciembre de 1955, y que ha sido unas veces empeorado y otras mejorado en posteriores modificaciones. Porque las circunstancias de aislamiento, de reducida extensión territorial, de escasez de recursos básicos y de ciudad fronteriza han seguido manteniéndose a través de los siglos, lo que hace necesaria la existencia de exenciones y bonificaciones fiscales, así como de incentivos de carácter económico, capaces en su conjunto de promover el arraigo poblacional y el desarrollo de la ciudad. Ese ha sido el propósito de los gobernantes y legisladores que fueron configurando el REF, hasta llegar a la actual situación, cuya garantía y perfeccionamiento ha solicitado en el Senado-con éxito (al menos inicial), aunque con el voto en contra del partido del Gobierno- el ceutí Nicolás Fernández Cucurull.
Los recelos de la Administración
Frente a esa singularidad económico-fiscal de Ceuta, que resulta vital para la atracción de inversiones, el establecimiento de empresas, la creación de puestos de trabajo y, en definitiva, el arraigo de la población, se ha alzado casi siempre una recalcitrante postura obstructiva de la Administración, que tanto bajo el anterior régimen autoritario como en la actual época democrática –cualquiera que sea el color del gobierno de turno e incluso pasando por encima de sus criterios políticos- ha venido mirando con los mayores recelos los beneficios de nuestro REF.
Como prueba de lo anterior, basta recordar lo sucedido hará unos treinta años, cuando en un buque fondeado en la bahía de Ceuta -adonde hizo escala exclusivamente con el fin de suministrarse de combustible para seguir después su ruta- se aprehendió cierto cargamento ilegal de tabaco. Pues bien, en un escrito cuya copia ha de encontrarse en la Cámara de Comercio, la Dirección General de Aduanas indicaba textualmente que esa operación se había producido “en la sospechosa zona contrabandista de Ceuta”. Estimo que el ejemplo anterior es suficiente como botón de muestra de la perenne resistencia administrativa a nuestras singularidades fiscales y de la enorme suspicacia que el mismo despierta en altas esferas de inspección y control. Nunca les agradó el REF ceutí; nunca comprendieron sus razones; siempre estuvieron incómodos con él, y reiteradamente se esforzaron en poner obstáculos a su lícita aplicación.
Las “reglas de origen”
Cuando en 1985 se suscribió el Tratado de Adhesión del Reino de España a la entonces denominada Comunidad Económica Europea (hoy Unión Europea), Canarias, Ceuta y Melilla, por su condición de territorios francos a efectos aduaneros, tuvieron un tratamiento especial que se plasmó en el Protocolo nº 2, cuyas prescripciones, al situarnos fuera del territorio aduanero comunitario, nos consideran a tales efectos como “tercer país”, previéndose, no obstante, que los productos originarios de estas ciudades, en el momento de su puesta en práctica en el territorio aduanero comunitario, se beneficiarán de exención de derechos arancelarios si se cumplen determinadas condiciones, que son las que, en definitiva, vienen a establecer las Reglas de Origen, cuya actual redacción, recogida en el Reglamento (CE) nº 8272001 del Consejo, fue estimada como muy favorable para la creación de empresas industriales en nuestra ciudad, dedicadas a lo que técnicamente se denomina “transformación suficiente” de materias primas, con la finalidad de obtener un producto que, a su entrada en el área aduanera de la UE, quedara exento del pago de derechos arancelarios.
Aquí, tras la entrada en vigor del referido Reglamento, tuvo lugar un interesante seminario, promovido desde la Ciudad Autónoma, en el que se resaltaron las posibilidades ofrecidas por dicha norma, incluyéndose en la interesante “Guía para invertir en Ceuta”, publicada por Procesa en el año 2003, una amplia información sobre las Reglas de Origen, con la finalidad de atraer inversores. Al mismo tiempo, se iniciaron las obras de construcción de un Polígono industrial –por fin ya culminadas- previsto para atender, con carácter prioritario, las posibles demandas de empresas encaminadas a esa “transformación suficiente”, con vocación exportadora al amparo de las citadas Reglas.
Esencialmente, han sido dos las industrias creadas en Ceuta por inversores que decidieron establecerse aquí atraídos ante las posibilidades ofrecidas por las Reglas de Origen: “Producciones Alice” y “Ceuta Alimenta”, dedicadas, respectivamente, a la elaboración de productos de base derivados de la leche y del azúcar, para su introducción en el territorio aduanero de la UE con derecho a exención de aranceles, habiendo creado un interesante número de puestos de trabajo.
Pero este prometedor sector está siendo víctima de una crisis capaz de dar al traste con las perspectivas que, en principio, se crearon.
Los responsables de la crisis
Ante las injusticias, ante los abusos, ante actitudes casi siempre infundadas y arbitrarias que, poniendo bajo sospecha a todo un pueblo, lo condenan de manera colectiva al paro y al desánimo, creo que lo digno es salir de una vez al paso y responsabilizar de ello a quienes así han venido actuando Desde mi punto de vista, que –como siempre- someto a cualquier otro mejor fundado, opino que de la crisis que afecta al sector de las Reglas de Origen:
* Es responsable la Administración del Estado, central y periférica, y en especial la aduanera, la fiscal y la sanitaria, sin olvidar al departamento de Agricultura, por estar erosionando con su permanente actitud de recelo los legítimos derechos de toda una ciudad, Ceuta, cercenando sus posibilidades de desarrollo, en la obsesión de evitar el supuesto de que alguna persona aislada pudiera cometer fraude. Han puesto todas las pegas imaginables a la entrada en el territorio aduanero de la UE, libre de aranceles, de productos elaborados en Ceuta que cumplían con las previsiones de las Reglas de Origen; han realizado interminables inspecciones, para terminar, después de dos años, reconociendo que no existía defraudación alguna; han llegado a denegar a “Alice” su derecho a las restituciones, lo que fue corregido por Bruselas, donde las autoridades comunitarias expresaron su extrañeza ante la inusitada postura de las españolas, ya que era la primera vez que desde un Estado se ponían trabas al desarrollo de industrias establecidas dentro de su territorio; han montado también, con una aparatosa parafernalia, determinada operación referida a la matriculación de embarcaciones de recreo en Ceuta, que muy probablemente acabará en lo que la sabiduría popular define como “mucho ruido y pocas nueces”, pero que cercenará cualquier expectativa sobre establecimiento en esta ciudad, con la lógica creación de puestos de trabajo, de empresas dedicadas al alquiler de ese tipo de naves; miran con toda clase de prevenciones y suspicacias cualquier acto de aplicación del REF o de las Reglas, cuyas meras vigencias parecen molestarles de tal modo, que dan la impresión de preferir que no existieran; por su parte, desde Agricultura, a través de respuestas opacas a cuantas consultas le han sido elevadas sobre posibles aplicaciones de las Reglas de Origen, han creado una inseguridad jurídica tal, que por sí sola ha ahuyentado a diversos posibles inversores.
* Es igualmente responsable quien, desde la Administración estatal, esté impidiendo el abono a “Alice” de las restituciones a las que tiene derecho y que vienen siéndole retenidas desde el año 2001, ocasionando una seria crisis financiera en dicha empresa, que va a desembocar de modo inmediato en la suspensión del contrato de más de diez trabajadores ceutíes.
* Son también responsables los organismos de la UE con competencia sobre la materia, al haberse dejado influir por “lobbies” holandeses o germanos, hasta el punto de acordar, en primer lugar, la supresión de restituciones a la leche cuando venga destinada a Ceuta o a Melilla, perjudicando así no solamente a la industria, sino también a todos los habitantes de ambas ciudades, mientras mantenían las citadas restituciones en los demás casos para los que estaban previstas, y ello tras haber reconocido previamente, pese a la posición defendida por España, que “Alice” tenía pleno derecho a percibirlas, y, en segundo lugar, al situar tanto a Ceuta como a Melilla fuera de la denominada Cuota C, que favorece y abarata, mediante una política de subvenciones, la importación de azúcar, pero manteniendo dicha Cuota C para Canarias, Madeira, Azores, etc., medidas ambas que condicionan muy seriamente no solo la supervivencia de “Producciones Alice” y de “Ceuta Alimenta”, sino que, al mismo tiempo, resultan disuasorias para cualquier potencial inversor e influyen en una sensible disminución del movimiento portuario de mercancías.
* Es asimismo responsable la administración española encargada de las relaciones con la UE de no haber hecho nada, o casi nada, salvo una mera protesta “pro-forma” y “a posteriori”, ante los expresados acuerdos, pese a que ambos resultan extraordinariamente perjudiciales para nuestra ciudad, cuyos legítimos intereses no han defendido de modo adecuado, y todo ello a pesar de que, tras las últimas elecciones generales, por fin “hemos vuelto al corazón de Europa”.
Aunque me constan las gestiones efectuadas por los parlamentarios ceutíes, por el Gobierno de la Ciudad Autónoma y por “Procesa” para tratar de solucionar –hasta conseguirlo en algunos casos- los continuos problemas relacionados con la aplicación de las Reglas de Origen, creo llegado el momento de insistir ante el Gobierno de la nación y ante las autoridades europeas, con respeto pero igualmente con la mayor energía, en protesta por la situación actual, con la petición de que se adopten las medidas necesarias a fin de que Ceuta pueda desarrollar sin cortapisas las potencialidades que legítimamente le otorgan tanto su especial régimen económico y fiscal como las Reglas de Origen acordadas por la UE.
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