El empresario marroquí adquiere la mercancía mediante un ‘cambista’ en Fuenlabrada que paga en cash y luego le cobra ese dinero más una comisión
La operación Shopping contra el fraude fiscal ha vuelto a girar todas las miradas hacia el polígono industrial Cobo Calleja en Fuenlabrada, Madrid. También las de los empresarios del Tarajal que destaparon el engaño al fisco que resta competitividad a sus productos en el comercio transfronterizo y que ahora intentan atajar las autoridades tributarias. De este ‘paraíso chino’ procede la mayor parte de la mercancía que, empaquetada en bultos, sale de Ceuta y Melilla a Marruecos con la salvedad de aquella suministrada por proveedores sobre todo de Francia, Italia o directamente de China.
“Solo tienes que ir a cualquier restaurante o hotel de Fuenlabrada para encontrarte a personas de Castillejos que están colaborando con las naves. Cuando les preguntas qué hacen allí, te dicen: ‘A comprar al zoco, al de Cobo Calleja”, comenta un empresario que prefiere guardar el anonimato y que está reexportando sus artículos a la Península porque Ceuta está bloqueada. Este polígono madrileño ha sido objeto de varias operaciones de la Agencia Tributaria, en colaboración con distintas fuerzas de seguridad, por la economía sumergida en el sector de la importación, distribución y venta de productos procedentes de China. Unos ‘golpes’ que le han valido el título de ‘paraíso fiscal’ porque supuestamente los negocios no cobran impuestos de valor agregado por los productos.
Para explicar el circuito que realiza la mercancía hasta que el porteador la descarga en forma de bulto al otro lado de la frontera, hay que desplazarse a ciudades marroquíes como Casablanca o Rabat, desde donde los empresarios alauíes adquieren los productos en la Península a través de la figura del ‘cambista’ para eludir sus aranceles. El sistema es muy sencillo, vox populi, pero quienes mejor lo conocen son los propios empresarios del Tarajal: “Estos señores tienen corresponsales allí –Fuenlabrada– que se encargan de pagar al chino en cash y el empresario marroquí después paga al cambista su dinero más la comisión que cobra”. A continuación, transportan la mercancía hasta Ceuta, donde la almacenan en casas de barriadas en los aledaños de los polígonos, en los almacenes nodriza y acaban entrando en Marruecos por el paso ‘Tarajal II’.
Una práctica de dominio público ya que incluso las autoridades se han propuesto en varias ocasiones ‘cazar’ a los defraudadores que facilitan que los bultos de mercancía presuntamente fraudulenta cope los flujos del comercio transfronterizo. Una asignatura pendiente que ha llevado a los comerciantes del Tarajal a emprender medidas de presión que obliguen a las administraciones a erradicar las consignas y sus fardos de confección de los polígonos.
El modus operandi en este fraude en la importación parte de que siempre facturan por debajo de los 2.500 euros, de modo que un camión puede trasladar a Ceuta mercancía de una decena de personas con sus respectivas facturas por un montante inferior a esa cantidad. Así la transacción puede realizarse sin mediación de una entidad bancaria. El valor que utilizan es de un 1,80 por ciento del real, sirva como ejemplo que aquella mercancía que vale diez se factura a dos. Estos cálculos se traducen en que un camión por valor de 300.000 euros se está declarando en 25.000 o 22.000 euros, lo cual conlleva que en vez de pagar al erario 30.000 euros por el 10 por ciento de IPSI, paga 2.200 y, por tanto, el empresario marroquí tiene un margen mayor para poder pagar hasta los 120 euros que desembolsa por cada bulto que sale a Marruecos. Por otra parte, supone la explicación de por qué los porteadores prefieren cargar esos fardos a los de los negocios legalmente establecidos en el Tarajal.
Dos puertas de los polígonos abren a diario pese al cierre
Comerciantes discrepan de que, por su culpa, el ‘Tarajal II’ permanezca inactivo desde hace un mes ya que la entrada del paso de mercancías está fuera de los polígonos. No obstante, se oponen a que las filas de los bultos de las consignas se formen dentro de su propiedad, trayecto que adoptaron las autoridades después de que varias porteadoras se despeñaran por una vaguada. En cualquier caso, dos de las puertas permanecen abiertas desde las 7.00 –Línea Cocina e ITV– porque son los accesos que usan empresarios y plantilla para llegar a sus negocios, que siguen trabajando para los clientes. “Así que si quisieran abrir el Tarajal II, lo harían”, dijeron varios empresarios.