“La competencia para desplegar la unidad de intervención es de Castellví”

La Policía Nacional no pasa por sus mejores momentos. La falta de medios sigue siendo evidente, así como la insuficiente plantilla que continúa mermada y que no aumenta a pesar de las reivindicaciones sindicales. El último episodio acontecido en el barrio del Príncipe, con policías encañonados y acorralados por individuos que ayudaban a un pistolero a huir, no ha mejorado la situación. El secretario provincial del SUP, Jesús González Miaja, habla claro con El Faro sobre una situación que está, más que nunca, en alerta roja. Se pronuncia, además, sobre las relaciones que mantiene el CNP con la Benemérita después de una serie de episodios que ha causado malestar en las filas de ambos Cuerpos. Entre ellos, la avalancha del pasado 4 de marzo.
–Acabamos de conocer que la Policía ya tiene identificados a varios de los que apabullaron y a quien encañonó a agentes del Cuerpo en el Príncipe ¿Cómo valora lo que ha pasado?
–Han sucedido unos hechos muy graves y los vecinos de la barriada tienen que entender que para que nosotros podamos trabajar allí necesitamos de su colaboración. No es la primera vez que suceden hechos similares y hay que poner remedio. Nosotros con más medios y personal para intervenir y ellos, mostrándonos su apoyo.
-Me habla de la necesidad de más medios... ¿cuántos agentes subieron esa tarde al Príncipe, cuatro?
–Normalmente suben primero los camuflados, porque si acudes directamente con todas las unidades los delincuentes te ven venir. El problema es que los coches camuflados son ya muy conocidos, cuando se acercan a la zona del Puente Quemadero ya los tienen fichados, pero si se sube directamente con la UIP o la UPR, los que están implicados se escapan. Hay que entrar lo más rápido y disimulado posible pero resulta muy complicado porque tenemos lo que tenemos.
Entendemos que los vecinos pidan que la seguridad allí mejore y que quienes nos atacan o apedrean forman un grupo concreto, pero para erradicar esto hace falta la colaboración de los ciudadanos como en todos los sitios. Solo pedimos un mínimo de colaboración y, sobre todo, no justificar ciertas actitudes. Porque el Príncipe tiene que saber que de todo esto el perjudicado es el propio vecino porque tiene un pistolero dando vueltas por el barrio. Eso que lo tengan claro, la gente tiene que concienciarse de esto.
–¿Nota que se está produciendo un ambiente más preocupante para los policías teniendo en cuenta los últimos episodios acontecidos?
–Es evidente que si los delincuentes se sienten protegidos e incluso ensalzados por quienes les apoyan, los agentes se arriesgan a más. Hay que poner remedio y eso solo se consigue con personal y con medios  para trabajar.
–¿Pero qué medios les hacen falta?, ¿tan mal están?
–El problema es que no tenemos nada en Policía Judicial, no hay ni una cámara para hacer fotos, ni se dispone de medios. Estamos trabajando  con los de hace veinte años, que hoy no sirven para nada. Qué menos que disponer de unos medios adecuados a las circunstancias... pues no tenemos ninguno. Hace veinte años se podía funcionar así, hoy en día ya no se puede seguir. Se necesita grabar, tener imágenes...
–Luego los jueces les piden mucho para dictar autos de entrada en prisión para los detenidos...
–Claro que te piden. Yo entiendo al ciudadano que nos viene y nos dice eso de todo el mundo sabe que fulanito es el pistolero, pero nosotros no nos podemos llevar a fulanito detenido y presentarlo ante el juez. Tienes que llevarle al detenido, con la pistola, con una grabación en la que se vea al susodicho guardando el arma en otra casa –porque nunca la esconde en la suya– y detenerle in fraganti para llevárselo al juez. Y para conseguir todo esto hace falta medios y gente.
–Bueno, pero hace poco les trajeron vehículos nuevos, ¿no?
–Cuatro coches nada más. Los zetas, sí es verdad, los consiguió el jefe superior, pero los demás que nos dijeron que iban a venir, en el camino se han quedado.
–No sé en cuántas entrevistas le he escuchado la misma reivindicación. Si el sindicato reclama, si su propio jefe superior lo pide en Madrid, ¿qué es lo que está pasando?
–Lo que ocurre es que siempre nos dicen que sí, que nos van a tener en cuenta, pero a la hora de la verdad... hay lo que hay. Es más, después de todo lo que está pasando en Ceuta, del tema de la frontera, tiroteos, avalanchas, porteadores... después de todo esto en la orden general que salió publicada el martes figura para Ceuta la  increíble y alucinante cantidad de un policía.
–No me diga que eso es lo que va a venir destinado este año a Ceuta...
–Un policía para cubrir bajas, fallecimientos y jubilaciones. No es que vamos a más, vamos a menos. Eso es lo que hay: un policía, tres oficiales y dos subinspectores. Esto es todo lo que va a venir a Ceuta y no va a servir para aumentar la plantilla. Este año nada más que fallecidos han sido tres, a eso suma jubilados y gente que se va de la ciudad... A las peticiones de medios y personal, la respuesta ha sido, de policía policía, uno.
–Pues... pinta mal...
–No, mal no, muy mal. Se ha pedido por activa y por pasiva, se ha solicitado una comisión de servicio que nos la han denegado... Aquí todo el mundo dice que va a poner medios, que van a estudiarlo, que van a tener en cuenta Ceuta... pero, nada de nada.
–Habla de falta de medios y de la situación en que se encuentra la Policía. Ante este panorama debería entenderse que la relación con la Benemérita tendría que ser más estrecha que nunca, ¿cómo está siendo esa relación?
–Una vez que se indicó cómo se tenía que abordar el tema de los porteadores y la Guardia Civil asumió lo que eran sus competencias la situación ha mejorado. Se mantienen reuniones constantes, aunque haya sus discrepancias se están coordinando servicios y cada uno asumiendo sus competencias.
–¿Eso solo a nivel de control de mercancías?
–Y también en el tema de las avalanchas se está trabajando. La coordinación está empezando a funcionar un poco mejor, como debería haber funcionado hace mucho tiempo.
–Ese ‘está empezando’ al que alude ¿significa que antes no estaba la situación tan bien?
–No, ya lo dijimos y denunciamos en varias ocasiones, reclamando que hicieran un trabajo que era suyo. Últimamente se está intentando coordinar algo más para funcionar mejor.
–Esa visión choca con lo vivido el pasado lunes. Tras aparecer varios fardos de hachís entre Calamocarro y Benzú, las fuerzas de seguridad se peleaban por ver quién hacía las diligencias...
–No ha habido tanto enfrentamiento. Tampoco tendría sentido, porque la recogida de estos fardos es porque los ha echado el mar, no fruto de una operación o investigación... tiene poca trascendencia. En este sentido no ha existido mala relación.
–¿Tampoco la hubo con el episodio de los disparos en el Polígono que dejaron a un joven herido? Lo digo porque mientras que CNP tenía toda la investigación, la Benemérita se quedó con la detención del autor tras presentarse éste en su cuartel. Lo lógico es que no se diera tal separación, ¿no?
–Lo más lógico es que habiendo unas diligencias instruidas por parte del Cuerpo Nacional de Policía, hubieran entregado el detenido al CNP. En este sentido quizá haya que mejorar la comunicación, pero al final es el juez el que dictaminará quién es el que se hace cargo de la investigación y marcará las pautas por donde hay que ir.
–¿Habría que aplicar esa mejora en la comunicación a lo ocurrido en la avalancha del 4 de marzo? Se lo pregunto porque en la primera, la de las 4.40 horas, se llamó al menos en tres ocasiones a la Sala del 091 solicitando apoyo de UPR y UIP ante la alerta de entrada de mil personas y éstos no aparecieron. Llegaron solo unos zetas... ¿qué es lo que falló aquí?
–Teniendo en cuenta que haya sido así, que la Guardia Civil haya reclamado nuestras unidades de intervención, la autorización para que estas se desplegaran tiene que partir del jefe regional de operaciones, que es el señor Castellví. Si él, por lo que sea, no ha dado la orden, sabrá el motivo. No sé que circunstancias se dieron, si esa petición fue o no formal, no tengo el dato para opinar en ese sentido, pero lo que sí está claro es que la competencia para dar la orden y desplegar a la unidad de intervención es del señor Castellví. Si la Guardia Civil pide explicaciones, él tendría que darlas y decir por qué no consideró oportuno el despliegue.
–Tiene claro de dónde parte la decisión...
–La orden la tiene que dar él JERO, el jefe. No le puedo decir si se produce o no la llamada del COS porque no lo sé, pero, insisto, es el jefe de operaciones el que debe valorar si se tiene que desplegar o no la unidad y él es el que tiene que saber los motivos. En ese momento el que está sobre el terreno es el coordinador de servicio pero también depende directamente del jefe.
–El coordinador de servicio no puede ser responsable entonces de dar esa orden ni de asumir las posteriores consecuencias de no haberla dado...
–No. Es el jefe el que tiene que transmitirlo porque el coordinador depende directamente de él y le informa de forma directa de todo lo que está sucediendo.
–Con las directrices que se están difundiendo desde el 6-F, parece que se está dejando a los agentes entregados a un ‘cuerpo a cuerpo’ en esa orden de contención de la inmigración. ¿Cómo lo ve?
–Se tiene que instaurar un protocolo claro de actuación en el que se dictamine cómo se debe actuar y qué medios pueden o no usarse en Ceuta y Melilla. A raíz de todo lo que ha pasado no lo tenemos nada claro. Ahora hay muchas reticencias al uso de medio antidisturbios, lo que está teniendo como consecuencia que los agentes terminen enfrentándose ‘cuerpo a cuerpo’. Tenemos a la Guardia Civil formada cual legión romana y nosotros no somos eso. Si no quieren que se use, me parece  muy bien, pero que nos digan qué usamos. Nosotros insistimos mucho en la necesidad de un protocolo.
–...lo pedirán por escrito, imagino...
–Por supuesto, que dejen todo claro, porque después el que se ve sentado delante de un juez es el agente. Nosotros somos los que al final siempre pagamos el pato. La inmigración no es un problema policial, tiene que implicarse la ONU, la UE... y al último que le llega toda la ineficacia de las grandes instituciones es a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. El último que llega paga la cuenta y en este caso somos nosotros.