Nuevos embotellamientos en la carretera nacional en sentido frontera del Tarajal y colapsos colaterales por la saturación de coches en Príncipe Felipe, ascenso a Loma Margarita y Almadraba.
Las retenciones, que se mantuvieron la mayor parte de la tarde en Miramar Bajo aunque en algunos momentos alcanzaron Juan XXIII, volvieron a dejar en evidencia las limitaciones de la N-352 para soportar esa intensidad en el tráfico rodado.
Según pudo conocer este periódico de fuentes de total solvencia, el atasco se generó porque Marruecos cerró su lado de la frontera durante unos 45 minutos e impidió el avance en la circulación hacia su territorio. Los déficits de la N-352, pendiente de una reforma que persigue desahogar esta arteria fundamental para parte de las barriadas periféricas, estrangularon aún más el tráfico. El cuello de botella que forma la frontera del Tarajal solo empeora las cosas.
Como ya ocurrió en atascos anteriores, los servicios de transporte público fueron los principales perjudicados junto a los vecinos de barriadas como el Príncipe Alfonso, Felipe y otras zonas colindantes ya que quedaron atrapados hasta que la situación se suavizó en estos carriles.