El de este jueves, el ejercicio ‘Baraeco 2011’ fue un simulacro a gran escala, pero programado al milímetro, y preparado con reuniones tanto generales como por grupos.
Como si de una película se tratara, todo estuvo perfectamente calculado y temporizado. Eso es, precisamente, lo que se quiere evaluar con otro simulacro que se producirá dentro de unos meses. Según explicó el director de Protección Civil (la entidad coordinadora del ejercicio), Ángel Gómez, se realizará un nuevo simulacro para probar los tiempos de reacción. “Todos estaban avisados y preparados esta vez. Queda saber y probar cómo sería la reacción en tiempo real, y para ello se preparará un simulacro en el que los participantes no sabrán con exactitud los detalles. Sabrán aproximadamente cuándo, pero dentro de ese día, por ejemplo, podría empezar en cualquier momento”, explicó Gómez.
En este sentido, el nuevo simulacro se realizará sin la Unidad Militar de Emergencias. “En una situación real ellos no hubieran estado y tardarían entre 4 y 6 horas en llegar, así que debemos probar qué haríamos con los propios medios que hay en la ciudad”, añadió.
Ésa fue una de las conclusiones a las que se llegó después de la reunión de ayer por la mañana, en la que participaron representantes de los diferentes cuerpos, exponiendo sus impresiones tanto buenas como malas. Desde Protección Civil se agradeció la participación a todos y el buen nivel mostrado. “La valoración es muy alta, un nueve alto. Todos estamos muy satisfechos. Hemos estado muy coordinados”, resaltó el director de Protección Civil.
Por otra parte, en la reunión, que duró más de tres horas, se pusieron de manifiesto los aspectos que ha aportado esta experiencia. Quizá, el más práctico, ensayar la comunicación y coordinación entre todas las instituciones que actuarían en caso de catástrofe, así como la prueba de los diferentes medios de que se disponen.
En caso de que la catástrofe fuera de gran envergadura y hubiera que llamar a la UME, el BIEM II de Morón de la Frontera ha llegado a conocer bastante bien la orografía del terreno.
Además, el propio simulacro ha servido para que los profesionales de las emergencias sepan cómo trabajar. Quitada la presión de víctimas reales, han experimentado dificultades de este tipo de situaciones que les han servido de entrenamiento, y han aprendido cómo se coordinarían en el caso de tener que actuar entre ellos.
Sin embargo, antes de esta prueba de los tiempos de reacción, que se realizará en tres meses como pronto, el Helipuerto albergará otro simulacro de cierta envergadura, en el que se verá cómo actuar en caso de que un helicóptero tuviera un siniestro. Se trata de uno de los que anualmente se deben realizar en estas instalaciones, aunque con más dimensiones que en años anteriores.