El equipo de gobierno tiene muy claro que desea el mantenimiento de la paz social con los empresarios de hostelería, después de los últimos conflictos que se produjeron hace unas semanas, tanto con la fiscalidad como con la cuestión de las autorizaciones. La consejera del área, Susana Román, reconoció ayer que durante los últimos días había mantenido una reunión con los dirigentes de estos empresarios con la intención de analizar algunas cuestiones sobre las que mantienen posturas diferentes como son los toldos que tienen algunas determinadas terrazas.
Por lo visto, en las diferentes inspecciones que están realizando los técnicos del área de Fomento, la consejera reconoce “que las estructuras de estos toldos están dando más de un dolor de cabeza a los mismos”.
Aseguró que se podía entender la posición de algunos de estos empresarios, quienes reconocen que por la situación de su negocio es muy difícil tener únicamente un toldo oblicuo que salga de la pared y que necesitan unos reforzamientos mayores. El punto de encuentro sería el reconocimiento de cada una de estas casuística especiales en la reforma que se prepara de la ordenanza.
Y, por otro lado, como igualmente se está trabajando en los horarios que sigue siendo otro de los caballos de batalla, porque no se puede olvidar que el horario de las terrazas está ligando de manera directa con los horarios de los establecimientos interiores, cuya competencia es del área de Turismo cuyo máximo responsable es Premi Mirchandani.
Además, aprovechó la consejera Román ayer para rogar nuevamente a los empresarios que todavía no han presentado la solicitud para contar con una terraza para que lo hagan, “porque hasta personalmente me he desplazado hasta cafeterías y bares para pedirselo”.
Aseguró que lo debían hacer porque no vaya a ser que luego cuando se apruebe la nueva reforma de la ordenanza sea imposible atender alguna petición concreta.
En el caso de estos hosteleros, que situó en unos veinte que aún no habían entregado en registro la petición de contar con la terraza, manifestó que “puedo entender que tengan dificultades porque es la familia quien atiende el local y las horas administrativas coinciden con los periodos de mayor trabajo, pero asimismo llevar un papel a registro y entregarlo tampoco creo que suponga mucha pérdida de tiempo”.