La Cámara de España afirma que no vendrá a Melilla hasta que no esté “todo liquidado”

Uno de los trabajadores despedidos afirma que esta liquidación “podría ser inviable” a corto plazo.

La Cámara de Comercio de España afirmó ayer, en palabras a El Faro, “que no va a actuar en Melilla hasta que el actual órgano cameral proceda a su liquidación total”. Esto mismo ya fue expresado en el pasado mes de marzo a este medio. Esta medida contraviene, según este ex empleado cameral, a la ley que recoge que “todas las provincias españolas habrán de tener una cámara”, y a la que afirma que “en caso de incapacidad de gestión económica de las entidades de Melilla o Ceuta, la Cámara de España actuaría directamente en estos territorios”.

‘Ley de Cámaras’
Así lo confirmó Jaime García Legaz,  Secretario de Estado de Comercio, el pasado 7 de abril de 2015. “Esta enmienda –aseguró- da estabilidad a la actividad cameral, que quedará garantizada, y nadie tendrá que preocuparse de la existencia o no de dificultades financieras, y si las hay, la cámara central tendrá a bien instalarse en cualquiera de estas ciudades autónomas”.
Sin embargo,  y hasta el momento, este organismo no contempla acudir a Melilla para retomar la prestación de los servicios que anteriormente prestaba la cámara local. No hasta que ésta abone todas las deudas contraídas, algo que podría ser “inviable” a corto plazo según uno de los trabajadores despedidos.

Deuda desorbitada
“La deuda sobrepasa con creces los 400.000 euros – explica el empleado-, y a nosotros tan sólo nos han comunicado mediante la carta de despido que existe una cuenta a nombre de la Cámara de Melilla con 5.089,29 euros. Pretenden que repartamos esa cantidad entre nosotros y después, ‘cuando se disponga de más tesorería’, acometer el resto de los pagos”.
Este trabajador despedido relata que la deuda es inasumible a corto plazo, y todo el tiempo que esté cerrada la cámara melillense, la central estará contraviniendo su propia regulación, aquella que buscaba amparar a los empresarios de la ciudad autónoma en el caso de llegar a una eventualidad como la actual.
“Aparte de las deudas generadas por el funcionamiento diario, se nos adeudan los finiquitos; las indemnizaciones por despido; al no haber sido avisados con quince días de antelación, nos deben dos semanas más a los 16 meses que llevamos sin cobrar, nos deben el dinero de las sentencias de los EREs y ERTEs realizados por el organismo (la Justicia los declaró ilegales), etcétera. Una auténtica transgresión contra una gran cantidad de los derechos de los trabajadores, pues podrían ser constitutivos de delito, y de los cuales los miembros permanentes del pleno podrían llegar a ser corresponsables”, afirmó.
Tras la solicitud de disolución de la Cámara de Comercio de Melilla al Ministerio de Economía y Competitividad, este organismo aprobó el proceso de disolución y la apertura de la sede dependiendo de la entidad cameral nacional, pero su homólogo melillense aún no ha presentado ningún plan de liquidación.
Éste es un requisito indispensable para que el Ministerio traslade la oferta a la Cámara de España, pero desde el ente local “no ven la manera de cuadrar la liquidación de ninguna manera, puesto que no hay dinero ni lo va a haber”, expresó uno de sus ex empleados.
Por lo tanto, y en vistas de cumplir la ley que ella mismo redactó, la Cámara de Comercio de España se habrá de plantear qué hacer si el tiempo pasa y su delegación en Melilla sigue cerrada a cal y canto.
El Faro intentó contactar reiteradamente tanto con la presidenta de la Cámara de Comercio local como con uno de los miembros más activos de su pleno, Jerónimo Pérez, pero esta vez no respondieron la llamada de este periódico.

Podría ser la segunda vez que su presidente olvida a Melilla

El actual presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, tiene en sus manos el futuro de su organismo en nuestra ciudad. Si finalmente decide dejar sin representación al organismo cameral local, sería la segunda vez que Bonet se olvida de Melilla. En el año 2000, cuando era presidente de Freixenet, esta marca bodeguera lanzó un spot publicitario en el que estaban representadas -en forma de las ya clásicas “burbujas navideñas”- todas las autonomías españolas excepto Melilla y Ceuta. Como respuesta, se organizó un boicot a dicha empresa catalana que hizo disminuir sus ventas esa misma Navidad un 95%, según reconoció en su momento el distribuidor de la marca en la ciudad autónoma, Juan Ramírez Sogorb.
El Ministerio de Economía y Competitividad, tutelante de estas entidades, ya dio la orden de liquidar el organismo melillense y trasladar las competencias a la Cámara de Comercio de España.
Sin embargo, esta institución no ha emitido, hasta hoy, ninguna declaración que ayude a pensar que van a responsabilizarse del patrimonio de la cámara, de las deudas contraídas por la misma y de los servicios que han dejado de prestarse desde el despido de sus últimos trabajadores.