Los flashes de las cámaras que cientos y cientos de caballas habían sacado de sus casas harán que quede el de ayer como un día inolvidable. El objetivo, inmortalizar un desfile que todos los años se repite, pero cada año es completamente diferente, porque las reinas de de las fiestas se encargan de ello. En las carrozas, ellas con sus vestidos de flamenca y ellos con su traje de gitano, amenizaron y divirtieron a todas las personas que por allí se acercaron.
Pero además de eso, el desfile tenía muchas otras coas buenas. Por ejemlo, la diversión que los acróbatas y malabaristas aportaron a todos os ceutíes, pero sobre todo a los más pequeños, con sus juegos y sus acrobacias. Algo que hicieron, además, acompañados por dos gigantescos animales, un león y un a serpiente. Ellos abrían el desfile.
Lo hacían seguidos de la banda de música ‘Ciudad de Ceuta’, cuyos músicos marcaban con su buen hacer el ritmo del desfile de los dos gigantes, debidamente escoltados por una variopinta corte de cabezudos, entre quienes no faltaron un legionario, un torero, o los siete enanitos, que se encontraban con los niños haciendo las delicias de los más pequeños.
La música la pusieron, en esta ocasión, los bailes de todos los personajes de ‘Las tortugas ninja’, que compartieron escenario junto con los de ‘Barrio Sésamo’, entre los que no faltaba ni uno de los más importantes.
Y por fin, las reinas de las ferias llegaban exultantes en sus carrozas, escoltadas por un séquito de jóvenes debidamente ataviados. Ellas, con sus vestidos más coloridos y adornados. Ellos, con sus trajes de campero.
Carmen Pérez, Julia Atienza y Alejandra López, la reina absoluta, la juvenil y la infantil, saludaron con alegría a todos los ceutíes que habían ido hasta allí para, en definitiva, verlas y disfrutar de la noche del domingo. El rastro de la feria quedó ampliamente patente, una vez terminó, por las marcas de tiras de confeti y de papeles de colores que lanzaban con entusiasmo los niños.