La Benemérita cerró el año con 10 toneladas de hachís intervenidas

Ceuta, puerta de entrada y salida de la  droga; canal para el tránsito de estupefacientes y ruta clave para las organizaciones dedicadas al tráfico de hachís.

El puesto que ocupa la ciudad autónoma en el ránking de decomisos de narcóticos sigue siendo destacado. Las fuerzas de seguridad se afanan en la detección de la droga, pudiendo conocerse así al menos una parte del negocio que rodea el mercado del narcotráfico: el que se intercepta. ¿A cuánto asciende? Eso nadie lo sabe. Lo que sí se conoce es el daño económico que ha causado a los narcos la Guardia Civil gracias a los decomisos llevados a cabo el pasado año. Según los datos oficiales facilitados por el Instituto Armado a El Faro, 2013 se cerró con la aprehensión de diez toneladas de hachís. Kilos y kilos interceptados en su amplia mayoría en el puerto y cuya valoración económica supera los 15 millones de euros. Las intervenciones de narcóticos se han estabilizado, retornándose a los periodos de 2007, después de que en 2012 se batieran todos los récord tras la aprehensión de hasta 16 toneladas de hachís.
Ha habido menos intervenciones en el mar, pero siguen manteniéndose los pequeños pases de hachís, con una media de entre 40 y 50 kilos. Sigue el goteo de culeros y personas que llevan adosada la droga, así como el de los enlaces que se las ingenian para colar droga en los sitios más insospechados: carritos de bebé, entre alimentos y mobiliario... de cualquier manera con tal de trasladarlo al otro lado.
La ristra de detenidos confirma esa presión. En 2013 hubo 1.154 personas interceptadas, de las que 775 fueron por delitos contra la salud pública, es decir, por ser sorprendidos llevando droga. No hay perfil concreto, fueron de distintas nacionalidades, nuevos en estas lides o incluso ex presidiarios, pero todos detenidos por una misma práctica: el tráfico de hachís. En este mismo periodo se recuperaron 409 vehículos usados para la ocultación de estupefacientes.
2013 se cierra con dos meses estrella en intervenciones: marzo, con 2.700 kilos y septiembre, con casi 800. La droga estaba oculta en vehículos, en el último de los casos, y en una batea, en el primero. La labor investigadora de la Benemérita se quedó, en el caso de la batea, en la localización del hachís.  A pesar de que se explotaron varias vías de investigación, a pesar de que existieron sospechas puestas encima de la mesa por la Policía Judicial, no se pudo detener al dueño de la droga ni intervenir en el local en el que, presuntamente, había sido cargada.
Buena parte de las diez toneladas aprehendidas han sido ya trasladadas a la península para su posterior destrucción, toda vez que gracias a las denuncias de Septem Nostra y AUGC se consiguió terminar con la práctica de la quema de la droga en el campo, al constituir un atentado medioambiental.
En el grueso de aprehensiones que forma parte de esta estadística oficial se incluyen las partidas de hachís decomisadas en intervenciones llevadas a cabo por la Policía Judicial en el interior de domicilios que servían para al abastecimiento a los culeros, como forma de pase habitual que emplean los narcos para dar salida al hachís a pequeña escala.

La otra cara del delito: los que se dan en la carretera

La amplia mayoría de los detenidos lo fueron por asuntos de drogas, pero el pasado 2013 también destaca por un aumento de las detenciones de personas vinculadas a delitos contra la seguridad vial. En este caso fueron 176 los que fueron sorprendidos bien circulando sin carné, sin puntos o cometiendo cualquier tipo de infracción vial. Este tipo de actuaciones se enmarca en un año en el que la Benemérita también ha sido noticia, y lo ha sido por la cantidad de multas que ha interpuesto en las carreteras bajo su competencia. Polémico el asunto, porque llegó a ser abordado en sesión plenaria y ha motivado que EQUO, socio político de Caballas, haya preguntado en el Congreso a qué se debe tanto sanción y tanto correctivo en la carretera por parte de los agentes de la Comandancia de Ceuta y los encuadrados en los grupos de Tráfico desplazados al efecto a la ciudad. Sin que todavía haya habido respuesta, sí que el Instituto Armado vinculó ese aumento de las denuncias con la actuación que se estuvo llevando a cabo durante semanas en la Almadraba con motivo del inicio de la obra del tercer carril de la frontera destinado al servicio público. Carril que ahora, por cierto, ha perdido cualquier efectividad debido a las colas y los bloqueos transfronterizos organizados a diario.

90.000 euros del tabaco de contrabando

Hace unos años era impensable pensar que el contrabando de tabaco pudiera absorber buena parte del trabajo que la Guardia Civil desarrolla en puerto y frontera. Hoy, la realidad manda y cada vez son más las aprehensiones que lleva a cabo el Instituto Armado, dando pie a un tipo de actividad penada con multa. El mercado del tabaco chino, popularmente conocido como perruno e introducido desde Marruecos, es practicado por personas de forma individual o grupos perfectamente organizados. No hay estamento profesional que se libre, algo a lo que ya ha apuntado en varias de sus denuncias la AUGC, señalando incluso a funcionarios policiales que buscan la forma de ganarse un sobresueldo.
Según las estadísticas de 2013 que maneja la Benemérita, en este periodo se intervinieron 40.000 cajetillas, valoradas en 90.000 euros. Todo tabaco de contrabando localizado en dobles fondos de coches, dentro de ruedas, adosado al cuerpo de las personas o incluso en el interior de una ambulancia. Todas estas cajetillas fueron localizadas, en su amplia mayoría, en el puerto, ya que los controles en frontera (por donde entra el tabaco, incluso cargado por los porteadores y trabajadores transfronterizos que pasan a diario el Tarajal) son más escasos.
Lo curioso de este tipo de actuaciones es que ya se han convertido en habituales, constituyendo uno de los trabajos más rutinarios que lleva a cabo la Guardia Civil en el puerto.
Al margen de estos decomisos, destacan los 42 vehículos que han sido recuperados (tanto coches como motos) después de haber sido sustraídos en mercados europeos, y que tenían como finalidad ser introducidos en Marruecos para su posterior venta y colocación en el mercado negro.