La barriada reclama presencia policial fija ante la división política

El hartazgo de los vecinos del barrio del Príncipe es palpable. Y tiene una explicación: se sienten diferentes. Y los hechos que se han ido produciendo en estos últimos meses hace que cualquier persona termine dándoles la razón. En el barrio suceden cosas, demasiadas, que hacen pensar que algo está fallando: amenazas de muerte, demasiados tiroteos, gente que acude a quemar un establecimiento cuando todavía es de día cargando con las petacas de gasolina por toda la calle, y también asesinatos. Como el de Karim. Mientras hay quienes caen en el error de buscar siempre explicaciones a los asesinatos, la barriada grita como nunca por su situación.

Se sienten solos, desamparados, apartados. Ni la farándula de las últimas elecciones que les hizo sentirse importantes, ni las promesas políticas de toda clase calan hoy hondo en la barriada. La muerte de Karim ha sido la gota que colma el vaso de las injusticias. Y por qué no, de las atrocidades. Y algo ha cambiado en el barrio. Varios vecinos han acudido a la Jefatura Superior para, motu propio, declarar. Aportar datos, detalles sobre lo que ellos vieron: algo que pueda ayudar a encarrilar la investigación.  Además han comenzado a unirse para la concentración de hoy.

Ese hartazgo vecinal tiene un respaldo, el de la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos (FPAV). Su presidente José Ramos recordaba ayer al fallecido. De él destacaba su buen comportamiento, su carácter extrovertido y sobre todo su capacidad de colaboración. “Nadie tiene por qué acabar así con una vida”, mostraba contrariado Ramos.
Lo que está ocurriendo en el barrio y su entorno no pasa desapercibido a la Federación. Y por eso van a buscar una reunión con las fuerzas policiales en la que tocar no sólo la oleada de coches quemados (como habían anunciado) sino también la inseguridad existente. Ramos recuerda esa Policía de Barrio, de la que reclama su vuelta, que haya una mayor presencia en los diferentes puntos. No tiene críticas hacia la Operación Guadiana, ya que, dice, ha servido para mejorar la labor de prevención. Pero esos halagos no impiden que hable claro y que reconozca que algo está pasando en las últimas semanas para que otra vez se repitan los tiroteos, los heridos y, ahora, un muerto. “Han ocurrido cosas en estos últimos días que es para sentarse y hablar de qué está pasando. No hay que ser alarmistas, pero hay que analizarlo”, sentenciaba Ramos, que ya ha cursado la petición de reunión con mandos de la Policía Nacional y Local para hincarle el diente, de nuevo, a la inseguridad ciudadana.
Y sobre la mesa, otra vez, el debate: ¿hace falta una comisaria en la barriada? Los vecinos la quieren porque, contra cualquier aseveración policial o política, ellos dicen que a las patrullas ni se les ve. Tras la muerte de Karim, no se vio en la barriada agente alguno hasta pasadas casi las dos horas, ni tan siquiera para acordonar el lugar exacto en el que había caído herido de muerte. Fueron los vecinos los que tuvieron que tapar la sangre y recoger los casquillos que un hermano del asesinado entregó a los agentes policiales.
Las fuerzas políticas no se unen en esta reclamación. El Partido Popular evitó ayer hacer declaraciones aunque este medio se las solicitó al portavoz del Gobierno, Guillermo Martínez. Caballas y PSOE sí que opinaron en la ronda de reacciones recogida por ‘El Faro’.
Para la coalición está claro: hace falta esa comisaría. “Clama al cielo lo que está pasando y que no se tomen medidas preventivas reales”, indicó el portavoz Mohamed Alí, quien recordó la de veces que han pedido un acuerdo plenario precisamente para arrancar esa unidad de partidos y pedir que se aborde esta propuesta en la próxima junta de seguridad. “Hace falta un compromiso real. No se toman medidas y se hace mutis por el foro. El problema del Príncipe es que la administración se cree que el único problema que tiene es el del ladrillo: el urbanismo. Y hay más. Que haya una comisaría en la barriada implica el compromiso de la administración”, señaló Alí que denunció que la actual comisaría de Los Rosales no satisface las necesidades de seguridad para la barriada ya que su papel es “meramente testimonial”. “Nosotros reclamamos que haya una comisaría y que se adopten políticas preventivas de todo tipo”, apostilló, pidiendo además que se aclararan los hechos.
Postura contraria es la que defiende el PSOE. Su secretario general y diputado en la Asamblea, José Antonio Carracao, pedía sosiego. “Siempre que ocurre un hecho como el de ayer” -por el domingo- “saltan las alarmas”, indicó. Carracao recordó que los informes hechos por la Policía Nacional desaconsejan la ubicación de una comisaría en la barriada, ya que se tiene estudiado que su presencia no es impedimento para que se rebaje la criminalidad en una zona concreta. El socialista dijo, no obstante, no tener una opinión formada en este asunto, sino que se guía por las valoraciones policiales y por lo que sucede también en otras ciudades con barriadas más o menos problemáticas en las que tampoco hay comisaría. “Tendemos a pensar que una comisaría sería una solución, pero los informes concluyen que no habría más denuncias”, avanzó, matizando que “sí hay presencia policial” en la barriada aunque en ocasiones “no es visible”, apuntando a las patrullas de agentes de paisano.
Para Carracao la clave de todo esto está en tener una visión global y apunta a la petición de crear una comisión de estudio para saber cómo actuar en todos los niveles. Recordó el ejemplo de Sevilla y los avances que está habiendo en el Polígono Sur. “Ellos andan el camino y sirven de ejemplo”, apostilló.
Por su parte Mohamed Haddu Musa, quien fuera diputado por IU, advirtió del miedo real entre los ciudadanos y entre los padres de familia por lo que está ocurriendo y pidió una intervención inmediata porque “la cadena es interminable”. Transmitió el pesar de las familias que sienten el miedo de que les vaya a ocurrir algo.
UPyD también se ha posicionado sobre lo ocurrido, adhiriéndose en primer lugar al “dolor de su familia y amigos, y trasladarles nuestro más sentido pésame”, destacó.
“Estamos seguros de que las fuerzas de seguridad emplearán todos los medios necesarios para localizar y detener a los autores del criminal hecho, y que más pronto que tarde estarán a disposición de la justicia. No se nos escapa que la barriada del Príncipe Alfonso adolece de las condiciones mínimas de habitabilidad, que redunda en una difícil convivencia. Pero también estamos seguros de que no existen soluciones únicas, sino que, si se tiene verdadera voluntad de mejorar las condiciones de vida de sus vecinos, son necesarias soluciones desde un punto de vista multidisciplinar: educación, ordenamiento urbanístico, limpieza, estudio sociológico real, vigilancia policial igual como mínimo a la de otras zonas de la ciudad, son algunos de los parámetros que, estudiados en su conjunto, proporcionarían una visión verdadera (y no electoralista) que desembocaría en una actuación integral en aras de hacer que esa barriada periférica no siga condenada a seguir siendo marginal”, indican.
Los de Rosa Díez recalcan que Karim, “como trabajador de las brigadas cívicas”, se prestaba voluntario “para proteger a los servicios públicos cuando tenían que subir a su barrio, para evitar que les agredieran. Luchó para que en su barrio no le ocurriera a nadie lo que le ha ocurrido a él”, destacan.
A través de facebook y en la página web de El Faro (elfarodigital.es) se enviaron multitud de mensajes solidarizándose con los compañeros de las brigadas cívicas y apoyando a la familia del fallecido.