En los últimos días de agosto de 2013 Ceuta vivió una avalancha de vehículos y pasajeros que, según el balance de días posteriores, superó cualquier marca de la Operación Paso del Estrecho en las doce ediciones precedentes. Los turismos que llegaban sin freno desde Marruecos buscando el ansiado puerto y el salto a la Península llegaron a colapsar la ciudad de un extremo a otro de madrugada,
desde la misma Avenida Cañonero Dato hasta la calle Independencia, provocando un auténtico caos circulatorio. Delegación del Gobierno adujo entonces que poco podía hacer ante una llegada masiva de esas características y avanzó que pondría todos los medios a su alcance para evitar que volviera a reproducirse.
Algo de eso debe de haber funcionado este año, porque el temido último fin de semana de agosto, el de la anunciada masificación, no ha llegado por suerte a producirse. La jornada de mayor presión en la zona de preembarque fue el viernes, cuando las navieras tuvieron que decretar prácticamente la anulación de horarios y lanzar la consigna de “llenar los barcos al cien por cien y zarpar en cuanto se pueda”. Las esperas se prolongaron ese día una media de dos horas, pero la explanada de preembarque no llegó nunca a colapsarse ni a completarse en su totalidad. Hubo quejas, como cada año, pero el fantasma de la edición de 2013, por estas mismas fechas, nunca llegó a materializarse. Incluso a última hora del viernes se habilitó el área de la explanada de Juan XXIII con presencia policial y de la Guardia Civil, pero no llegó a dársele el uso intenso para el que se había previsto.
¿Qué ha ocurrido para que la supuesta avalancha haya menguado este año a solo retrasos de un par de horas? Según Delegación del Gobierno, a que ha habido una llegada más escalonada como primer factor. De hecho, los datos acumulados de la fase de retorno (desde el 15 de julio hasta hoy) en la línea Ceuta-Algeciras revelan un sustancial incremento del 23,4 por ciento en el número de pasajeros (216.094 hasta este domingo) y del 26,3 por ciento en el capítulo de vehículos (46.566 frente a los 36.862 de 2013) y, sin embargo, ese escalada no se ha hecho notar en el puerto más que el viernes.
También ha pesado, indican, el contacto directo con Marruecos. De hecho, la explanada de Juan XXIII se preparó tras conocerse que el puerto de Tánger se había cerrado el viernes a mediodía. Lo que ocurra en 2015, todo un misterio.