La popular barriada vivió ayer su día más importante acompañando a la Virgen del Carmen por la playa y las calles cercanas al templo. En el acto religioso se tuvo un emotivo recuerdo por quienes fallecieron en el mar trabajando o buscando una vida mejor
Devoción, fervor, recuerdos, cariño, compañerismo... Son algunas de las palabras con las que se pueden intentar definir un 16 de julio en el popular barrio de la Almadraba, pero sólo hay una forma de entenderlo: viviéndolo. Un año más, el barrio marinero se engalanó para sacar a su playa y por sus calles a la Reina de los mares, a la Patrona de los marineros, cumpliendo así con una de las tradiciones más arraigadas de la ciudad autónoma.
Desde muy tempranas horas las puertas de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen y de todos los Santos se abrieron para que los vecinos y los demás ceutíes pudieran visitar a la Virgen. Pero el momento de mayor fervor tuvo lugar a partir de las siete de la tarde, cuando decenas de devotos se agolpaban ya a las puertas del templo de la Almadraba para estar junto a la Reina de los Mares en este 16 de julio aún más especial, ya que este año se cumplen 75 de la celebración de la primera Eucaristía –tuvo lugar el 1 de noviembre de 1940–.
Poco antes de las ocho de la tarde salía la Virgen por la puerta del templo y era llevada hasta la playa, donde se llevó a cabo la Misa. Allí, numerosos devotos abarrotaban el arenal para estar junto a la Virgen del Carmen en este día tan especial.
La Misa fue oficiada por José Manuel González. En ésta se pidió que los países desarrollados sean solidarios con los del sur y se pidió por los vecinos que han colaborado en la Iglesia y por mantener la devoción hacia la Virgen del Carmen.
González recordó, tanto en la Misa como en el momento en que la Virgen tocaba el mar en la orilla, a quienes fallecieron en el mar, ya sea trabajando, defendiendo nuestras costas o buscando en Europa un mundo mejor, los inmigrantes que perdieron la vida intentando mejorarla.
Finalizada ya la Eucaristía, los portadores –había una cuadrilla de hombres y otra de mujeres– llevaron a la Virgen a la orilla de la playa, justo detrás de la Iglesia. Allí, a la voz de “¡Eduardo –quien dirigía a los portadores–, al agua con ella!”, la Virgen era colocada sobre el mar para bendecirlo. En ese momento también se lanzó un cohete que indicaba que el barrio estaba viviendo su momento mágico del año.
Este momento fue seguido por centenares de ceutíes: unos desde el arenal y otros desde barcos. A continuación, en la misma orilla fueron ofrecidos aquellos niños que fueron bautizados en la Iglesia de la Almadraba.
Seguidamente se inició la procesión terrestre, recorriéndose las barriadas de Colonia Romeo, subida a 12 de Diciembre pasando por Villa Aurora y bajando de nuevo para adentrarse por Miramar Bajo y las viviendas de Juan XXIII. En las puertas de los domicilios donde se hubiera producido una enfermedad grave o la ausencia de un familiar se realizaron paradas como signo de intersección por parte de la Virgen del Carmen ante su hijo.
Tras una procesión en la que la Virgen del Carmen estuvo acompañada por numerosos ceutíes, la Imagen volvió al templo, comenzando los vecinos a contar los días para la próxima salida de 2016.
FOTOS Reduan Ben Zakour
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