La Agencia Tributaria organiza un amplio operativo en las naves del Tarajal

Distintos organismos se desplegaron por sorpresa a primera hora de la mañana en La Chimenea para proceder a la inspección de las naves ubicadas al lado del Biutz. Hubo decomiso de mercancías y cierre de locales con clausura de las puertas soldándolas.

La Agencia Tributaria coordinó en la mañana de ayer un importante operativo de inspección en las naves del Tarajal, actuando de manera más específica en el polígono de La Chimenea. Se requirió de la colaboración de los organismos y fuerzas de seguridad con competencia, desde la Guardia Civil hasta el CNP (UPR y Servicio Cinológico) pasando por el GOA de la Policía Local, Parque Móvil, Obimace, Servicios Tributarios, Inspección de Trabajo, Aduanas o Fomento y Ciudad Autónoma, entre otros. Un amplio despliegue que tenía como objetivo actuar en el conglomerado de naves operativas en el polígono al objeto de empezar a poner orden para, así, intentar, desde este ámbito, aminorar la presión que, a diario, se está registrando en el Tarajal, con cada vez mayor número de porteadores que llegan a Ceuta atraídos por el precio del fardo, que ha llegado a alcanzar los 130 euros.
Ya el pasado lunes, se intervino en un almacén de la Almadraba, de donde se llevaron varios vehículos por incumplimiento de la Ley de importación de vehículos así como bultos. Ayer se ponía en escena una acción similar de lucha contra el fraude a todos los niveles pero de mucho más calado, puesto que afectó a varias naves, tal y como pudo comprobar in situ El Faro. Las inspecciones se hicieron con todo detalle, comprobándose el estado de la mercancía, si ésta presentaba el etiquetado correcto o si había prendas falsificadas o material de China. También se inspeccionó el estado de regularización de todas las naves, si disponían de la licencia de apertura, de sus trabajadores en regla y qué material guardaban o para qué tipo de venta tenían dada de alta la nave.
Los resultados empezaron a aflorar pasadas las once de la mañana. Mientras en el paso del Biutz el nuevo grupo de la UIP organizaba las colas de salida de bultos, que llevaban un ritmo mucho más lento que en otras ocasiones, algunas de las naves situadas frente a este tubo enrejado con clausura prevista en el calendario eran inspeccionadas con todo detalle. Cada organismo implicado llevaba a cabo su labor. Mientras unos registraban la mercancía, otros hacían lo mismo con la documentación de las naves y se dejaba para las fuerzas policiales el registro exhaustivo, con canes-policía incluidos, de todos los almacenes.
Tras las inspecciones se procedió al decomiso de varios bultos de mercancía que estaban siendo guardados en naves que funcionan a modo de consignas, es decir, que ejercen solo un papel de almacén de fardos que son cargados directamente por los porteadores sin que sean inspeccionados en su interior para saber cómo por uno de esos bultos se puede abonar hasta 130 euros, como así está ocurriendo. Mantas o trapos no llevan precisamente. De hecho en varias intervenciones se han hallado material tecnológico de calidad o ropa de marca. También hay casos en los que el elevado precio solo obedece a cuestiones de blanqueo pretendido por testaferros marroquíes que operan en zonas de Casablanca, como ya denunciara este periódico.
Miembros de Obimace y del Parque Móvil llenaron un camión de mercancía que quedó intervenida, mientras otros operarios ejecutaban la orden de clausura dictada en los almacenes que no tenían la documentación en regla ni licencia y que, por tanto, no podían estar abiertas al público. Hasta cuatro órdenes de cierre estaban preparadas en el día de ayer para ser ejecutadas. Para su clausura se requirió a miembros del Parque Móvil que se encargaron de soldar las puertas de acceso para impedir que éstas vuelvan a abrir, garantizando que dicha orden no iba a ser violada por los afectados, como ha ocurrido cuando tan solo se han colocado precintos.
Operativos como el de ayer se van a seguir desarrollando en todo el espacio Almadraba-Tarajal-Príncipe para, en este ámbito, recorrer el camino perdido y empezar a darle vuelta a los números y estadísticas que hoy por hoy sitúan el polígono en un foco de abandono, con un tanto por ciento de naves muy bajo que se encuentran totalmente en regla. El funcionamiento de consignas que despachan mercancía que viene directamente de fuera y que están sirviendo de plataforma de salida de fardos cuyos auténticos dueños no están siquiera en Ceuta está incidiendo en el descontrol en el que, hoy por hoy, se ha sumido la frontera.
Y en el otro lado de la balanza, ¿quiénes están? Los comerciantes que disponen de almacenes en regla, que despachan mercancía propia, que pagan sus impuestos, tienen a sus trabajadores en regla y disponen de la licencia de apertura y los permisos necesarios. Ellos se están convirtiendo en víctimas de un particular estado de sitio que se aplica en el polígono, imponiéndose normas y criterios que les atacan directamente y que inciden en el buen funcionamiento de sus negocios, sin que tengan nada que ver con el incremento del tráfico de porteadores que se está produciendo ni este absoluto desbarajuste que termina bloqueando la frontera.
Con la llegada de un nuevo grupo de la UIP se está restringiendo el paso a clientes que quieren llegar a estos almacenes, permitiendo la entrada solo a dos, a los que hacen entrega de tickets. Pero ayer ni eso. Mientras se desarrollaban inspecciones en las consignas, los almacenes carecían de clientela porque ni siquiera se permitía que sus clientes, compradores de mercancía, llegaran. Como explican los afectados, ya ni siquiera dejan pasar a esos dos compradores, por lo que se quedan con la mercancía vendida en el almacén mientras ven pasar a cientos y cientos de camalos que se nutren del material almacenado en las consignas. Los comerciantes carecen de apoyo porque ni siquiera las entidades como la Cámara de Comercio se ha interesado por esta situación. “Nos están obligando a que tengamos que cerrar”, lamentan. Derechos no tienen, sí obligaciones.

Día de inspección y 1.000 en avalancha

Durante toda la mañana y mientras se desarrollaban las labores de control e inspección en el polígono, el tráfico en la frontera del Tarajal estuvo controlado. Pero fue sobre las 15.00 horas cuando se repitieron los momentos de tensión cuando unas mil personas, según estimaciones de las fuerzas de seguridad, volvieron a protagonizar una avalancha para sacar sus bultos al otro lado. Y esto pasaba en Ceuta, pero en el lado marroquí la situación era también crítica debido a la acumulación de personas que querían entrar en la ciudad para ejercer de porteador. Marruecos ha empezado a restringir el paso y hubo, también en su lado, intentos de entrada masivos hacia Ceuta.