Kudia Tahar, "El Combate de las Laureadas"

Una de las acciones más destacadas realizada por el Tercio de Extranjeros, en sus mas de cien años de existencia, fue la liberación de una posición cercana a Tetuan.  Así sucedia la acción de Kudia Tahar, llamada también “el Combate de las Laureadas” entre los días  tres y trece de septiembre de 1925.

El día 8 de septiembre de 1925, fecha del Desembarco de Alhucemas, legionarios y Regulares reciben la orden de dirigirse a Ceuta para socorrer las posiciones situadas sobre el macizo de Gorgues (Zona de Tetuán) a causa de la ofensiva llevada a cabo por Abdelkrim y que podría poner en peligro la estabilidad de la zona. Su objeto era distraer tropas del desembarco y así poder retrasarlo o anularlo

Poco antes del desembarco franco-español en la bahía de Alhucemas, el  caudillo rifeño atraía la atención de los españoles al enviar a sus hombres a la conquista de Tetuán que se encontraba protegida por un cinturón de posiciones y romper su línea defensiva, siendo Kudia Tahar la más importante junto a Ben Karrich, Tazarines y Nator.

La posición a la que nos referimos, se encontraba ocupada por la 1ª compañía perteneciente al Batallón Expedicionario del Regimiento Infante nº 5 de guarnición en Zaragoza, al mando del Capitán José Gómez Zaracibar, contando con el apoyo de un destacamento de Artillería bajo el mando del Teniente Angel Manjón Carrasco, Sargento Miguel González, un cabo y 20 artilleros con cuatro piezas de montaña 70/16 mm junto a un heliógrafo con los cabos telegrafistas Ramón Caba Vera y Felix Hernando Gimeno y dos soldados.

Al amanecer del día tres, los rifeños de la kábila de Beni Hosmar al mando de El Heriro las harcas enemigas ocupaban una línea paralela al sur del sector Nator-Kudia Tahar-Tazarín con unos dos mil hombres sobre el collado de Dar Rai, con nueve piezas de artillería de 70 mm y 75 mm, morteros y ametralladoras en el alto de Hafa Duira a menos de 1500 metros de la posición,  rompiendo fuego a las 06.20 horas quedando destruidas las tiendas y parte del polvorín. A los 30 minutos de iniciado el cañoneo sobre la posición quedaron inutilizadas tres piezas artilleras causando las bajas del oficial, el sargento y 18 artilleros que componían el destacamento artillero.

Los rifeños avanzan desde primeras horas del día, con fuego de fusilería y de las armas de apoyo sobre las defensas de la posición, destruyendo el parapeto y  llegando hasta las alambradas donde fueron rechazados en una lucha cuerpo a cuerpo.

En la jornada siguiente, la situación empeoraba por momentos, escaseando las municiones, los víveres y el agua mientras no cesaban los ataques de los rifeños, cada vez más numerosos que impedía la llegada de socorro alguno desde el exterior, teniéndose que enterrar los cadáveres entre el parapeto y la alambrada por la descomposición y el hedor que desprendían.

Ese mismo día tres, el Alférez Florencio Yagüe Romero recibe la orden del Capitán Zaracibar de marchar a la posición de Nator Principal en busca de auxilio de fuerzas y medios para la defensa.

Un equipo artillero se incorpora a la posición a las 17:30 bajo el mando del Teniente Joaquín Fuentes Pila, de la Brigada Automovilista de Artillería, procedente de la Comandancia General de Ceuta, compuesto por el sargento García Martorell, dos cabos y once artilleros.

En el cuarto día del asedio, empeoraba la situación, y no llegaba la ayuda solicitada desde el exterior mientras continuaba la presión sobre los defensores. La única pieza útil que quedaba realizaba fuego contra el enemigo mientras el Teniente Fuentes reparaba una de las piezas inutilizada por el impacto de una granada rompedora, momento en el cual un proyectil enemigo le alcanzaba seccionándole ambas piernas causándole la muerte instantánea. Su cuerpo fue recogido y entregado a su hermano en Ceuta.

Desde Ben Karrich se ordena la salida de una columna de socorro al mando del Comandante Emilio González Salón, compuesta por dos compañías de Cazadores del Regimiento África núm. 6, un convoy de intendencia al mando del Teniente de Intendencia Miguel García-Almenta Gutiérrez con veinte cargas de munición y quince artolas para la evacuación de heridos y una sección de la 2ª compañía del 6º Regimiento de Zapadores Minadores al mando del Teniente Ángel Sevillano Cousillas con los sargentos Nabor García y Germán Fernández, el cabo José González y veintiséis zapadores con objeto de reparar los desperfectos ocasionados por el ataque, consiguiendo entrar en la posición a las 15 horas y 30 minutos de ese mismo dia.

Desde Gorgues partían al mando del Teniente Bartolomé Muntané Cirici, cincuenta askaris de la Mehal-la Jalifiana de Tetuán núm. 1 llevando cantimploras de agua, tabaco, coñac y otros efectos llegando a la posición a las cinco de la madrugada del día 8. Una vez dentro de la posición fueron avistados desde el punto de Nator Principal, y en la creencia que eran fuerzas enemigas fueron atacados por fuego amigo causando bajas varios askaris a la vez que otros desertaron llevándose armas y municiones. A la salida fueron descubiertos, teniéndose que refugiar en una pequeña posición adyacente llamada Tienda Fortificada bajo el mando del Teniente Rafael Arjona Monsó.

Cuando más intenso era el fuego enemigo, el Capitán Zaracibar remitió un telegrama al comandante Jefe de su Unidad indicándole que defendería el puesto a toda costa como indicaban las ordenanzas.

"El día catorce las fuerzas libertadoras desfilaron por Tetuán iniciando su regreso hacia Melilla para incorporarse e intervenir en el desembarco de Alhucemas"

Al mediodía del día cinco, el Capitán Zaracíbar es herido de muerte por un disparo en el pecho, haciéndose cargo del mando de la posición el Teniente Sevillano Cousillas que a pesar de haber sido gravemente herido por metralla de la artillería rifeña; se encontraba organizando la defensa de la posición, dando a todos ánimo para rechazar los continuos ataques del enemigo ante la gravedad de la situación por las bajas sufridas, conservando la disciplina y la moral de los defensores mientras el enemigo solicitaba que se entregaran respetándoles sus vidas cosa a lo que se negaron.

Ante la imposibilidad de salir del reducto, alrededor del cercado de una tienda quemada, ordenó que se depositaran más de 20 cadáveres que ante la imposibilidad de ser inhumados, fueron cubiertos con sacos terreros.

Con el empleo del heliógrafo, bajo un intenso fuego enemigo, solicitó la necesidad del abastecimiento de agua potable, pues carecían de ella, siendo apoyados por la Aviación que aprovisionaba sobre la posición munición y cantimploras con bebida refrescante e hielo aunque no todas llegaban a los sitiados a la vez que se bombardeaba las posiciones enemigas.

Ordenada la evacuación de la posición, mandó al Teniente Ocasar Blanco que saliera con los demás oficiales y tropa que no necesitaran medios de evacuación, quedándose él junto al Teniente García-Almenta con los heridos hasta que llegara la columna para liberar la posición.

La situación era tan grave que Primo de Rivera ordenó que el día once, una fuerza al mando el general Sousa Regollos, se dirigiera hacia Kudia Tahar compuesta por tres columnas:

Una primera columna procedente de Alhucemas del Tercio de Extranjeros al mando del Teniente Coronel Amado Balmes Alonso integrada por dos Banderas, la 2ª al mando del Comandante Francisco Borras Esteve y la 3ª con el Comandante Francisco García Escámez al frente y el 2º Tabor de Regulares Indígenas de Melilla núm. 2 al mando del Comandante Ramón Gómez Romagosa, con la misión de limpiar de enemigos el barranco de Sekin, Dar-Gazi y las inmediaciones de Kudia Tahar.

Una segunda columna al mando del coronel Joaquin Fanjul Goñi compuesta por un batallón de los Regimientos de Infantería Toledo núm. 35 y Ceuta núm. 60, una compañía de Cazadores y una batería de Artillería.

Y la tercera columna al mando del coronel Joaquin Perteguer Astudillo formada por un Tabor de Fuerzas Regulares Indígenas de Ceuta núm. 3, Batallón del Regimiento de Infantería del Serrallo nº 8, fuerzas de intervención de Beni Hozmar, de la Harca y Mehal-la de Tetuán y una batería de Artillería.

A primera hora del día once, a las 8:30 de la mañana, se iniciaba la acción avanzando la 2ª Bandera por el flanco derecho y la 3ª Bandera por el centro y más retrasada, constituyendo la reserva, el Tabor de de Regulares de Melilla. Se decidió vivaquear y fortificar la zona para y continuar el avance el día siguiente.

Al amanecer del día doce parten iniciándose a las 16:00 el asalto del Tabor sobre un bosque y unas casas próximas al poblado de Dar Gazi y la 3ª Bandera más la 4ª y 15ª Cía. de la 2ª Bandera sobre las casas más próximas.

El día trece, tras diez duros días de asedio, se consiguió liberar Kudia Tahar, ocupada por 34 hombres, 22 de ellos heridos siendo relevadas por el Tabor de Regulares Ceuta núm. 3. En las posiciones más cercanas quedó la 2ª Bandera; mientras la 3ª Bandera limpiaba las restantes posiciones donde había presencia enemiga.

El día catorce las fuerzas libertadoras desfilaron por Tetuán iniciando su regreso hacia Melilla para incorporarse e intervenir en el desembarco de Alhucemas.

La acción para liberar la posición fue llamada “El Combate de las Laureadas”, donde consiguieron la preciada condecoración, la Cruz Laureada de San Fernando, el Comandante Francisco García Escámez, jefe de la 3ª Bandera, encontrando un enemigo fuertemente atrincherado en el barranco de Sekin, frente al poblado de Dar Gassi, que frenaba el avance de la Columna de apoyo a la posición. Dándose cuenta de la gravedad de la situación, pidió voluntarios para ocupar el citado grupo de casas, y, reuniendo unos 25 hombres, se lanzó al frente de ellos al asalto llegando cuerpo a cuerpo sufriendo doce bajas, consiguiendo con ello que se venciera la tenaz resistencia del enemigo, abandonando sus posiciones en precipitada huída, dejando en el campo más de cien cadáveres con armamento.

También fue destacada la actuación del Teniente José Martínez Anglada de la 2ª Bandera, 4ª compañía que recibió órdenes de apoyar a las fuerzas que ocupaban una casa del aduar de Dar Gazi, batida por el intenso fuego del enemigo que ocupaban otras del poblado, sufriendo durante el avance la baja de quince legionarios.

El Mando juzgó necesaria la ocupación de una de las casas desde la que el enemigo, parapetado, oponía tenaz resistencia y al pedir un Oficial y tropa voluntaria para el asalto, se presento el Teniente Martínez Anglada, con unos veinte legionarios de la 2ª y 3ª Banderas, se lanzaron al asalto hasta las primeras tapias organizadas para la defensiva La lucha fue brutal, combatiéndose casa a casa empleándose exclusivamente la bayoneta y granadas de mano.

Por esta acción de la defensa de Kudia Tahar, fueron recompensados con la Medalla Militar el Capitán José Gómez Zaracibar, Teniente Ángel Sevillano Cousillas, Teniente Carlos Ocasar Blanco, Alférez (Teniente) Florencio Yagüe Romero y el Alférez José Soler Lacambra, todos ellos pertenecientes al Regimiento de Infantería Infante nº 5; Teniente Joaquín Fuentes Pila de la Comandancia de Artillería de Ceuta y el Teniente de Intendencia Miguel García-Almenta Gutiérrez del Grupo de Intendencia de Ceuta siendo impuesta la recompensa por el general Miguel Primo de Rivera el 25 de noviembre de ese mismo año.

Posteriormente después de Juicios Contradictorios llevados a tal fin fueron recompensados con la Cruz Laureada de San Fernando el Capitán de Infantería José Gómez Zaracíbar (fallecido), Capitán de Infantería Miguel Rodrigo Martínez, Teniente de Ingenieros Angel Sevillano Cousillas, Teniente de Artillería Joaquín Fuentes Pila (fallecido), Teniente de Infantería Bartolomé Muntané Cirici, Teniente de Infantería, observador de aeroplano Teniente Antonio Nombela Tomasich y el Sargento de Infantería, Mariano Azcoz Cabañero.

En dos próximos artículos, veremos la actuación de algunos de los defensores recompensados como se ha visto en los párrafos anteriores.