Karim y Mohamed llevan solo unos meses en Ceuta. Ambos
marroquíes, de 17 años, dejaron atrás sus hogares en Oued Lau y Tetuán. De frente tienen sus sueños:
Karim Benaboura ser futbolista; Mohamed Kharbach, seguir con su formación en peluquería. En lo que coinciden los dos es en ser un ejemplo para el resto de compañeros que viven en el centro Al Jarafe, en Piniers, gestionado por Samu. Hoy se sienten un poco héroes y no es para menos.
Han salvado la vida a un joven, otro adolescente como ellos, vecino de nuestra ciudad, que estuvo a punto de ahogarse en la
playa del Chorrillo. Mª Jesús Contreras Hidalgo, responsable educativa del centro, valora el gesto de quienes califica como residentes ejemplares por sus buenas formas y capacidad de adaptación desde que llegaron a Ceuta, Karim hace tres meses bordeando el espigón de Benzú en uno de los temporales más críticos y Mohamed hace mes y medio, haciendo lo propio por el Tarajal. Ambos estaban este lunes realizando una actividad de tiempo libre con más chicos del centro acompañados de Samra Hajjaj, auxiliar técnico educativo del centro. Así lo cuentan para FaroTV.
“Estábamos en la playa y vimos a un grupo de tres chicos ceutíes nadando. Mohamed se dio cuenta de que uno se ahogaba, lo vio y no dudó en acudir a su rescate. Se metió a ayudarlo a salir a la orilla. Karim siguió a Mohamed y entre los dos consiguieron sacar al chico mientras yo llamaba a
Emergencias y tranquilizaba a los
menores y a los amigos del chico”, explica Samra. Los jóvenes participaban en una actividad organizada por el centro cuando fueron testigos del suceso. Ambos saben nadar perfectamente. No tuvieron miedo. Ni se lo pensaron a la hora de acudir a ayudar a otro chico de su misma edad que estaba en apuros.
“Ellos entraron nadando, saben nadar y son muy generosos y dispuestos a ayudar a quien sea. La figura del menor tutelado está como muy deshumanizada, tachada de conflictiva, no todos son así. La mayoría de los chicos quieren buscar un mejor futuro y son buenas personas”.
El gesto de Karim y Mohamed rompe con esos generalismos que desprecian al colectivo de menores extranjeros no acompañados. Por eso su historia debe ser contada como la que es, la de unos chavales que no dudaron en echarse al mar para ayudar a quien no conocían.