Protagonizó una persecución en las inmediaciones de la frontera que separa Ceuta de Marruecos cuando se saltó los controles de la
Policía Local y de la
Guardia Civil e intentó atropellar a los agentes, que se vieron obligados a disparar contra el vehículo. Ocurrió el 22 de diciembre de 2017 y ayer, tras la celebración de la vista oral en el Juzgado de lo Penal número 1, N.H. fue condenado a dos años y medio de cárcel y a la privación del derecho a conducir durante un periodo de un año y un día.
El acusado, un marroquí de 41 años que se dedica a la actividad de porteo, solo cumplirá las dos terceras partes de la condena, momento en el cual la pena privativa de libertad será sustituida por la expulsión del territorio nacional durante un periodo de cinco años.
N.H. reconoció
los hechos de los que se le acusaba, un delito de atentado y otro de conducción temeraria que se produjo cuando circulaba con un vehículo, propiedad de otra persona, por la
frontera del Tarajal. El hombre conducía en dirección a Marruecos cuando en un momento determinado giró el coche y se dirigió a gran velocidad hacia la zona española, atravesando los controles de la Guardia Civil y la Policía Nacional. En esta carrera, a punto estuvo de arrollar a los agentes de la Compañía Fiscal, que tuvieron que apartarse apresuradamente para no ser atropellados.
Los guardias civiles se vieron obligados a disparar para frenar la huida del vehículo
Comenzó entonces una persecución en la que dos de los agentes destinados en la frontera se vieron obligados a disparar al vehículo para lograr la detención del conductor. N.H. continuó su fuga perseguido por los agentes hasta que se detuvo a la altura de la iglesia de la Almadraba. Uno de los proyectiles alcanzó al hoy condenado en el brazo por lo que tuvo que ser trasladado hasta el Hospital Universitario de Ceuta, donde se le intervino quirúrgicamente.
Un día después de los hechos, el propietario del vehículo se personó en Ceuta al tener conocimiento del suceso y presentó la denuncia del robo de su coche. Declaró que le habían sustraído el automóvil y 40 sacos de almendras de 25 kilos que había en su interior e insistió en que no tenía ninguna relación con los hechos ocurridos 24 horas antes en la frontera del Tarajal. En sus primeras declaraciones N.H. justificó su actuación por los nervios que sintió ante la posibilidad de que en la frontera marroquí le retiraran la mercancía que trasladaba, lo que le llevó a emprender la huida de regreso a la ciudad, sin respetar los controles de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. Generó una alarma importante.
A tiros tras saltarse los controles