Dice nuestro refranero que la mentira tiene las patas muy pequeñas y esto es lo que le está pasando a Alba Vergés, la que fuera consejera de Sanidad de la Generalitat, ahora vicepresidenta del Parlament. A Vergés un subordinado, el exsecretario de salud pública, acaba de señalarla directamente como autora de la orden de NO VACUNAR contra el Covid en la primera fase de vacunación a los miembros de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía destinados en Cataluña.
Según los whatsapp y mail que ha aportado la defensa del exsecretario de salud pública fue la actual vicepresidenta del Parlamento la que decidió que la VIDA de guardias civiles y policías no valía nada.
Tal vez pensó que como somos, a juicio de los independentistas, fuerzas de ocupación y ni nuestra vida ni la de nuestras familias merecía el esfuerzo de emplear tiempo en vacunarnos como sí se estaba haciendo con otros cuerpos de seguridad catalanes.
Esta orden dada por Alba Vergés no se produjo hace cuatro días, la dio en el peor momento de la pandemia sabiendo que ponía en riesgo la vida de unos trabajadores públicos. Era el 24 de marzo de 2021 los españoles aun atravesábamos la tercera ola y tan sólo llevábamos unos pocos meses vacunando a las personas de riesgo, entre ellos nos encontrábamos todos los miembros de las FCSE, Policías Autonómicas y Locales.
La exconsejera sabía que esta vacunación era importante por eso sí había vacunado a más de un 70% de otros cuerpos policiales catalanes.
En cambio, como denunciamos en su momento desde AEGC, para guardias civiles y policías solo habíamos tenido vacunas para menos del 3’6%. Y posiblemente nos hubiéramos quedado mucho tiempo en esas cifras si el TSJC no hubiera ordenado en mayo de ese año a la Generalitat que nos vacunara de inmediato.
La exconsejera sabía que esta vacunación era importante por eso sí había vacunado a más de un 70% de otros cuerpos policiales catalanes
Los whatsapp que ahora ha puesto a disposición judicial el exsecretario de salud pública no solo sirven para conocer la X que estaba detrás de la orden de no vacunarnos, estos whatsapp nos dejan conocer la “política de limpieza” que se pretendía llevar a cabo desde la Consejería de Sanidad, de ciudadanos de primera con derecho a todo y los que no llegábamos ni a regional estábamos condenados a enfermar y a hacer de cobayas con nuestras familias a las que cada día poníamos en riesgo.
Estas órdenes nos dan la razón: en la España de la pandemia mientras unos nos arriesgábamos por seguir sirviendo a nuestro país y a sus ciudadanos, otros, desde sus despachos, iban más lejos y dictaban órdenes discriminatorias siendo conscientes de que además ponían en riesgo vidas. Ahora a los guardias civiles que denunciamos estos hechos solo nos cabe esperar que la justicia haga su trabajo.