Supongo que si digo que el entrenador del Ceuta es Juan Ramón, los que todavía sigan la dubitativa trayectoria de la AD Ceuta FC en el grupo X de la Tercera división pensarán que eso ya lo saben, pues lo es desde hace un par de semanas, tras el cese de Masegosa, Juan Ramón Martín, el que fuera jugador y capitán del Ceuta en Segunda B y posteriormente su entrenador en la temporada 2014-15, hasta que una breve racha de malos resultados –tras un gran comienzo- provocase su precipitada destitución.
Lo curioso es que, hace ya muchos años, allá por la temporada 1960-61, el entrenador del entonces llamado Atlético de Ceuta era Juan Ramón. Otro Juan Ramón, claro, porque el actual ni siquiera había nacido. Aquel era Juan Ramón Santiago, un vasco que triunfó como defensa en el Valencia desde 1934 hasta 1949, quince años en los que (con el triste parón de la Guerra civil) destacó por su “viril dureza”, como dijeron los cronistas de entonces, y que, como capitán de aquel equipo recibió la Copa entonces llamada “del Generalísimo” en el año 1941, llegando a ser internacional en dos ocasiones. Según se conoció después, Juan Ramón Santiago –dueño de una característica nariz- había sido militante en el Partido Nacionalista Vasco, y no simpatizaba nada con Franco, quien daba título a dicho trofeo. Así eran las cosas por entonces.
Con Juan Ramón Santiago al frente, el Atlético de Ceuta cuajó una temporada inolvidable para los aficionados que aún podemos recordarla, transcurridos ya más de medio siglo. Con un equipo lleno de excelentes jugadores, muchos de los cuales habían jugado o jugaron después en Primera, el Ceuta (así se le conocía, como siempre se ha hecho con el club representativo de la ciudad) fue líder durante muchas jornadas en el segundo Grupo de la Segunda división, disputándose dicho puesto con el Tenerife.
Cuando, ya en la segunda vuelta, se celebró el “encuentro en la cumbre”, Ceuta-Tenerife, el estadio Alfonso Murube registró un lleno hasta entonces desconocido. Pancartas, constantes “jota-jos” (los casi olvidados gritos clásicos para animar al equipo), algunos soponcios por los nervios… y, al final, un decepcionante empate a cero que, junto con un mal encuentro contra el Hércules, nos dejó en el segundo puesto. El Tenerife ascendió a Primera automáticamente, y el Ceuta jugó la promoción de ascenso contra el Elche.
El primer partido tuvo lugar aquí. Otro llenazo, con un resultado corto. El Ceuta ganó, pero solo por uno a cero. El encuentro de vuelta fue un desastre, a los pocos minutos el Ceuta se había quedado con nueve jugadores. Total, cuatro a cero, y generalizado disgusto ¡Estuvimos tan cerca de la proeza! Por añadidura, algo más vino a colmar el vaso del enfado: a los pocos días se supo que Juan Ramón Santiago no renovaba, porque había fichado para entrenar … al Elche. Ni que decir tiene que la noticia despertó sospechas, nunca confirmadas.
Como más arriba dije, en aquel histórico equipo había muy buenos futbolistas, algunos de los cuales jugaron en Primera: los porteros Zúnica y Alonso, los medios López y Lora, Rifé. Álvarez, Tomás, Padreño… Y, además, otros muy recordados, como Giner y Curro. De colofón, un admirado canterano, Paco Anta. Eran tan buenos, que al finalizar la temporada, muchos de ellos, habiendo sido seguidos por ojeadores, ficharon por equipos de Primera, quedando el Ceuta tan desvalido que en la siguiente temporada acabó en el penúltimo puesto y descendió a Tercera, al no haber en aquella época Segunda B.
Solo resta desear al actual Juan Ramón los mayores éxitos como entrenador del Ceuta. Ha iniciado su nueva andadura con una de cal y otra de arena: el empate en casa del líder y el empate en Alfonso Murube con un equipo al que se tenía que haber vencido, ambas igualadas a cero. Ojalá gane hoy en Castilleja de la Cuesta e inicie así una remontada que sirva para que la dormida afición despierte y vuelva al estadio.
Sigo siendo del Ceuta –ya dije otro día que me duele- y también lo es mi hermano, ambos octogenarios. Todos los domingos por la noche hablamos por teléfono (él vive en Sevilla) y siempre se interesa por el resultado de nuestro equipo.
En esto del fútbol hay también viejos rockeros.