Juanma García 'Lucas', toda una vida centrada en el fútbol

Su nombre es Juanma García, pero en el día a día todos lo conocen como 'Lucas'. Un nombre que llegó por parte de su abuelo y que, prácticamente, comparte toda la familia. Lucas es conocido en muchos ámbitos de la vida, pero si en alguno ha destacado, y continúa destacando, es en el mundo del fútbol de Ceuta.

Como todo aficionado a este deporte, los primeros pasos fueron cuando “era un crío”. Sus comienzos fueron con tan solo ocho años en el ‘54’, donde conoció a grandes amigos como “Ayora o Carlos del Sarchal”, quienes “me vieron y me pidieron que jugara con ellos”. Así comenzó una andadura “muy bonita” dentro de los terrenos de juego.

En sus principios también tiene presente a jugadores reconocidos en la ciudad como “Chito, Arques o Niebla”, quienes “era mayores que yo”. Con ellos participó en un campeonato, donde “varios equipos me vieron y entre ellos el de Manzanera”. Un Manzanera del que tenía las riendas Antonatti y donde recuerda haber vivido “unos años muy buenos”.

De sus primeros pasos con este equipo, Lucas recuerda que “era una liga muy competitiva. Teníamos un buen equipo en el que estaban Santi, Barba, Pineda. Teníamos un equipo muy competitivo. Competimos con lo que era el Ceutí, que era muy fuerte. Los agustinos de aquella época, que los obligaba el cura a jugar, tenían muy buen equipo. Era muy diferente el fútbol de aquellos años, pero tuve una juventud muy bonita de fútbol”.

En esa época el equipo de Manzanera no contaba con equipo infantil y Lucas quería seguir jugando al fútbol: “Paquirri se interesó por mí para que me fuera al Ceutí y ahí me pegué toda mi vida”.

Guri era el encargado del equipo infantil del Ceutí, persona a la que Lucas reconoce como “un maestro y una gran personas”. Junto a él también estuvo “Manolo Borrego” o “Salvador Chure”, quien “cerraba la imprenta y se venía a los entrenamientos”.

Unos entrenamientos que se realizaba en las instalaciones del Ángulo: “Allí nos pegábamos tres o cuatro días a la semana. Era lo que había, pero era lo mejor”.

Estando con los infantiles, Salvador Durán, que era el entrenador de Liga Nacional, se fijó en Lucas. “Yo despuntaba un poco. Ahí empecé a jugar en Liga Nacional. Tuve la oportunidad de jugar contra el Sevilla. También pude jugar contra la Peña Madridista de Melilla. Fueron siete u ocho partidos que jugué en esa temporada. Fueron partidos muy bonitos”.

Lucas también fue uno de los niños que tuvo la posibilidad de competir con la Selección Norteafricana, donde “de Ceuta se llevaban a la mayoría de los jugadores y de Melilla tres o cuatro”. Una época en la que conoció a grandes amigos como “Emilio Cózar” con el que destaca una anécdota en uno de los campeonatos: “Jugábamos en Gibraltar. Una noche Emilio bajó preocupado porque no encontraba mi ficha. Le dije que me llamaba Juanma y empezó a maldecirme porque el buscaba mi ficha con el nombre de Lucas”.

Uno de las característica de Lucas era la valentía, pues con tan solo 16 años, “hubo un campeonato en la Marina contra la AD Ceuta. Pepe Almagro, que era entrenador de Aficionados, quería que jugara. Era un crío. Me presente en la Marina, empezó a dar la lista y dijo el seis, Lucas. A mí se me quedó grande. Enfrente tenía a Goyo de portero, porque el Ceuta baja a todos sus jugadores para que no ascendiéramos, pero con 16 años yo ya mordía. La gente me decía que yo era muy duro jugando al fútbol”.

Un año después, con tan solo 17 años, la vida de Lucas cambiaría por completo. “Para algunos podría ser una desgracia pero para mí fue suerte. Con tan solo 17 años tuve un hijo que ahora mismo tiene 34 años”.

Últimos años como jugador

Con la llegada de su hijo, la vida de Lucas cambió y con ello, su rumbo en el fútbol. “Ganaba más dinero en Regional que en Tercera. Un equipo de tercera me daba 50 mil pesetas. Con eso no podía mantener a mi familia. El Atlético de Ceuta, que ascendió al año siguiente, me ofrecía un puesto de trabajo, 10 mil pesetas por partido ganado y 5 mil por empatar. Amigos míos me decían que era muy exigente en el campo, pero ellos no sabían lo que yo tenía detrás. Cada uno tiene su historia”.

Su carrera deportiva finalizó muy pronto, pues “estaba cansado del fútbol”. En ese momento, Lucas estaba en el O’Donnell “que entrenaba Eugenio Canas”. Las cosas no salieron como se esperaba por lo que “echaron a Eugenio y trajeron a Paco Conejo”. A pesar del cambio, Lucas “estaba muy quemado. Paco Conejo vino a buscarme a mi casa para que me quedara con él. Finalmente le dije que me retiraba”.

A partir de ese momento, Lucas se decantó por el fútbol sala, donde “tuvimos años muy buenos”.

De vuelta a jugar al fútbol

El fútbol siempre ha acompañado a Lucas en su vida, por lo que diez años después de retirarse, volvió a los terrenos de juego con el equipo de Veteranos. Una vuelta que recuerda con cariño y que lo hizo retroceder a recuerdos vividos años atrás: “Nosotros con 17 o 18 jugábamos con tres toques y goles de cabeza. Eso fue un fútbol que hicimos con Salvador y con muchos de los que estamos en el grupo de Veteranos. Hoy en día es algo que estamos retomando”.

De normal, este grupo de veteranos viajaban a lugares cercanos a Ceuta para disputar algunos partidos con otros equipos, pero fue con la llegada de Nayim cuando realmente “comenzó este grupo de veteranos”.

Desde ese momento, este grupo de futbolistas tuvieron el placer de ir más allá y jugar con equipos como el Tottenham, el Bayern, el Real Madrid, el Barcelona o el Mallorca.

Unos años que “han sido muy buenos y que espero que lo sigan siendo porque viene sabia nueva detrás y es una cosa muy bonita”.

Carrera

Juanma García, también conocido como Lucas, comenzó su trayectoria en el fútbol con ocho años. Un recorrido al que puso fin muy joven, pues a los 27 años decidió colgar las botas. Pero su amor por este deporte hizo que volviera a los terrenos de juego hace diez años con los Veteranos, donde espera continuar durante muchos años más.