Como presidente de la Ciudad, Juan Vivas sólo tiene buenas palabras para Ceuta, pero también es realista y conocedor de los retos que aún tiene por delante nuestra ciudad. El Día de Ceuta es un buen momento para reflexionar sobre lo que Ceuta es, lo que ha sido para llegar donde está y lo que quiere ser para seguir avanzando en el futuro como lo ha hecho hasta ahora.
-¿Qué tienen de especial este día para nuestra ciudad?
-Es el Día de Ceuta y por tanto es un día en el que celebramos de distintas formas, porque cada uno puede tener su percepción. Desde el punto de vista institucional, tratándose del Día de Ceuta, corresponde que se celebre el autogobierno, es decir, su estatuto de autonomía. Que se rinda homenaje, como se hace en otras comunidades autónomas, a instituciones y personas que han contraído méritos suficientes para tener este reconocimiento público. Que además son trayectorias vitales que sirven de ejemplo para los demás.
Que también aprovechemos la ocasión para estimular el sistema que permite la expresión, el amor propio. Contar las bondades de nuestra ciudad y de su gente. Que hagamos un recordatorio de cuáles son los retos a los que nos enfrentamos para poder seguir avanzando y mejorando el nivel de calidad de vida, en beneficio de todos los ceutíes. Y para algo fundamental: nuestro autogobierno se fortalece por el sentimiento de amor a España. Nosotros no somos una autonomía que utilice el autogobierno para marcar distancias, somos una autonomía que utiliza el autogobierno como factor de puesta en valor de este doble sentimiento que forma parte del mismo corazón, de ser ceutí y ser español. No se concibe Ceuta sin España y España sin Ceuta. Eso también es bueno ponerlo de manifiesto el Día de Ceuta porque ese es el principal activo, la principal fortaleza, el vínculo vital de nuestra ciudad.
-¿Y para usted?
-Desde el punto de vista de responsable y de alcalde y presidente de la Ciudad, significa una reflexión acerca de varias cuestiones. La primera de ellas, el constatar que tenemos motivos para celebrar el autogobierno. Es la historia de cómo se llega a esta figura de la ciudad autónoma. Es una historia llena de dificultades también, porque la aspiración era la aplicación de la transitoria quinta, no se aplicó la transitoria quinta, se aplicó otro artículo de la Constitución, otra posibilidad constitucional, y nos convertimos en una de las diecinueve autonomías que tiene España: 17 comunidades autónomas y dos ciudades autónomas.
Los miedos que había en torno a no ser comunidad autónoma yo creo que el tiempo ha contribuido a disiparlos notablemente. Por tanto, esa quizás es la primera constatación. El miedo que había era el hecho de si somos diferentes, ese apartarnos de lo que es común, puede perjudicar la cuestión fundamental que los ceutíes tenemos de confirmar nuestra condición de españoles, de ciudad española, como no cabe la menor duda.
Creo que qué ha pasado lo contrario. Desde que somos ciudad autónoma estamos mucho más presentes en los foros nacionales, en los grandes acontecimientos de alcance nacional; tenemos un mayor nivel de interlocución con el Gobierno de la Nación y con el resto de poderes del Estado; participamos de decisiones que afectan al interés nacional, como una autonomía más. Al final se ha demostrado que el modelo de ciudad autónoma es un modelo que está justificado, por nuestras peculiaridades territoriales si nos comparamos con otras con otras comunidades autónomas. Está justificado por la presencia notable que el Estado tiene que tener siempre en Ceuta, en parcelas en que pudiéramos considerar estratégicas y que no ha supuesto ningún tipo de pérdida de nuestra fortaleza principal, que es considerarnos parte integrante, esencial, de España.
La siguiente reflexión es qué podemos hacer, y creo que lo que podemos hacer es, además de celebrarlo, defenderlo, porque es bueno. ¿Y cómo lo podemos defender? Primero reconociendo lo que somos, no negándolo. En segundo lugar, funcionando conforme a lo que somos, para no dejar de parecerlo. Y en tercer lugar, y muy importante, tratando de perfeccionar nuestro estatuto de autonomía, para zanjar ciertas dudas y cubrir determinadas lagunas, que también existen, como en toda herramienta jurídico política que está en nuestro estatuto, sin alterar lo fundamental, pero sí zanjar ciertas dudas y cubrir determinadas lagunas. Todo eso pensando en que esto redunde en beneficio de los ciudadanos, que es la cuarta consideración. Creo que se está mucho mejor ahora que antes del estatuto de autonomía y, en gran medida, es porque es el mayor nivel de interlocución ha permitido generar una corriente de conocimiento y de compromiso por parte de los poderes públicos del Estado, en relación con la cobertura de los servicios básicos de nuestra ciudad.
-Qué me puede decir que de las Medallas de la Ciudad de este año
-El primer hecho destacable es que han sido concedidas por unanimidad por parte de la Asamblea. Esto quiere decir que las personas e instituciones que reciben las medallas cumplen con esa cualidad y condición de merecer el reconocimiento de todos. No me sabe bien decirlo, pero es un hecho que no nos ponemos de acuerdo, de manera unánime, para casi nada (risas). Cuando encontramos que hay algo que es capaz de conseguir la unanimidad, supongo que es porque está bien. Es justo ese reconocimiento.
En el caso del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS), es un reconocimiento a su abnegada labor profesional, de esa categoría de servidor público en su máxima consideración, que es aquel que es capaz de poner en riesgo su integridad física, su vida si hace falta, para defender la integridad física y la vida de los demás.
En el caso de Nieves Martell, posee una trayectoria brillantísima desde el punto de vista científico, profesional y académico. Es una mujer de Ceuta, de una familia de Ceuta muy querida y conocida, que fue tocada por la vocación de la medicina y a base de sacrificio y esfuerzo ha alcanzado todos estos éxitos profesionales que su ciudad le reconoce.
Eduardo Benítez es también un ejemplo de muchas cosas que en Ceuta abundan. El ceutí que es de Ceuta de corazón aunque no haya nacido en Ceuta. El amante del deporte que dedica gran parte de su vida al deporte porque considera que es una herramienta útil, no solamente para fomentar prácticas de vida saludable, sino como escuela de valores para ayudara al respecto, al juego limpio, al espíritu de equipo, al afán de superación.
Y Juan Carlos Ramchandani es un ceutí que ha adquirido una notoriedad nacional como presidente de la Comunidad Hindú en España y yo creo que es un hombre que hace gala de esa filosofía que caracteriza al hinduismo, de no establecer ningún tipo de barreras cuando se trata de hablar del espíritu, que es verdaderamente admirable, y también es una manera de poner de manifiesto, públicamente, que los ceutíes llevamos a la comunidad hindú muy dentro de nuestra manera de ser y de sentir. Estoy convencido que para Juan Carlos esto será un estímulo para seguir pregonando que donde hay amor hay, y esto lo decía Gandhi, que seguir pregonando el bien y la bondad a través de la palabra, del pensamiento y de las buenas acciones.
-Tras todos estos años en la Presidencia, usted sí puede hablar de la evolución que se ha vivido en esta ciudad, ¿cómo ve a la Ceuta del 2019?
-Creo que Ceuta ha avanzado notablemente en muchos aspectos. Desde el punto de vista del equipamiento de los servicios fundamentales, de nuestras comunicaciones, de la cobertura de sus servicios básicos y esenciales, desde el punto de vista de la fisonomía urbana de la ciudad, del número de cotizantes a la Seguridad Social… Pero esto no nos debe hacer olvidar que tenemos muchos retos por delante ni tampoco nos debe hacer caer en la autocomplacencia.
Ceuta necesita abordar y resolver algunos retos que tiene por delante. Hemos hecho cosas importantes juntos y juntos tenemos que afrontar estos retos. Me refiero con el mayor alcance en cuanto a la unidad posible, con el mayor consenso posible y juntos entre todas las administraciones, en particular entre nuestra administración autonómica y la Administración General del Estado, con altura de miras, con responsabilidad.
Afrontar la problemática de la frontera y sus consecuencias, que son de todos conocidas. La frontera tiene que ser objeto de una respuesta, de un comportamiento desde los poderes públicos decidido, responsable y con altura de miras, en estrecha colaboración entre las dos administraciones. Pero necesitamos una frontera fluida y, al mismo tiempo, necesitamos una frontera segura. Cuando me refiero a una frontera segura, me estoy refiriendo a una frontera que esté dotada de manera adecuada para atender las exigencias a las que, de manera diaria, tiene que enfrentarse. Una frontera donde haya la capacidad de respuesta necesaria ante situaciones como las que hemos vivido este viernes, de asalto masivo y violento. Una frontera que, en relación con la presión migratoria de un determinado segmento, esté dónde está la frontera, en el Tarajal, y no en el puerto.
Creo que existen mecanismos desde la responsabilidad, la solidaridad y desde la lealtad institucional para acometerlos. No son problemas nuevos, son problemas que vienen de lejos. Tampoco son problemas fáciles, son problemas muy complejos, pero sí son cuestiones acuciantes y eso lo tenemos que afrontan. Por tanto, el reto de la frontera y su consecuencia me parece que es absolutamente ineludible, insisto, desde la responsabilidad, la lealtad institucional y la altura de miras.
También necesitamos seguir insistiendo en la mejora de la calidad de los servicios básicos, centrando el foco en aquellos que han podido ver o tener una cierta pérdida de calidad por razón de la crisis. Necesitamos seguir apostando el fortalecimiento de la presencia del Estado en Ceuta, dotando de más medios y capacidades a las áreas de seguridad, defensa, justicia, educación y de sanidad, entre otras.
Y en cuarto lugar, creo que es fundamental presentar la base para un futuro de la actividad productiva estable, con capacidad para generar riqueza y empleo, capaz de dar oportunidades a los jóvenes, de despertar la ilusión, de favorecer la formación y el emprendimiento, de aprovechar las oportunidades que tenemos y eso lo tenemos que hacer, también, desde el acuerdo de unidad, juntando todas las manos porque es la única manera de poder alcanzarlo. Tenemos problemas, pero no somos un problema y tenemos oportunidades y tenemos que saber aprovechar estas oportunidades.
Este Día de Ceuta es una invitación a esa acción conjunta de todos los ceutíes por un futuro mejor.
-¿Ceuta tiene algo que reivindicar este año?
-Es verdad que en Ceuta, de alguna manera, el apoyo solidario del resto de los españoles es muy notable, pero también es verdad que esta ciudad es mucho de lo que ofrece al resto de España. No solamente desde el punto de vista de los servicios que pudiéramos llamar tangibles, donde está esa labor de centinela, de atalaya, que se ejerce como la única frontera terrestre de Europa en África junto con Melilla, que es muy importante. También destaca por su belleza natural, por la calidad de su gente, y lo digo con toda humildad. Destaca por otros dos valores que son fundamentales y, no digo que estemos para dar lecciones, pero sí que podemos presumir de ellos en el resto del España. Uno es la capacidad de los ceutíes para convivir. Aquí la diversidad hace de encuentro entre diferentes. Ceuta es un ejemplo de respeto y de convivencia, un patrimonio inmaterial que tiene como protagonista al pueblo de Ceuta, a quien dignifica y destaca. El otro valor fundamental, que es una constante a los largo de nuestra historia, es la vocación y la voluntad de servir a España. Ceuta es resistencia por largos y prolongados que sean los asedios. Ceuta es una prolongación de la Península a este otro lado del Estrecho. Ceuta es cariño, respeto y admiración a nuestro Ejército. Ceuta es una realidad viva y palpitante de los valores constitucionales. Ceuta es España como razón de ser y eso tiene mucho valor.
-¿Cuál cree usted que ese valor desconocido de Ceuta?
-La convivencia y el patriotismo. Son dos valores en los que Ceuta saca una nota muy alta y además creo que son dos valores estrechamente unidos y que nos distinguen. Los valores, las esencias, los atractivos y los encantos de Ceuta palidecen en la distancia, pero cuando se conocen, cuando se descubren, brillan hasta deslumbrar. El problema que tenemos es que muchas veces no se nos conoce lo suficiente. Porque también digo que esto es fascinante, porque en veinte kilómetro cuadrados cabe todo: la historia, la mitología, la leyenda, la épica, la diversidad, el encuentro, el cielo, el mar y cabe la patria con mayúsculas.
-¿Qué mensaje le da a los ceutíes en este día?
-Un mensaje de esperanza y de ilusión de cara al futuro. Tenemos la obligación de afrontar el futuro con ilusión, con esperanza y procurar hacerlo unidos. Esta tierra hermosa, mágica, fecunda, amable y cálida lo merece, merece la pena esta tierra que nos hace soñar, vibrar de emoción y que a veces nos hace llorar. Merece la pena. Lo debemos hacer por el legado recibido, por nuestros jóvenes y lo debemos de hacer por España, como siempre, por España.
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