Son ya tres meses
sin tener noticias de Juan Jesús Correia Molina, un vecino de Ayamonte (Huelva), de 37 años, que salió el 11 de junio en una embarcación de recreo de su propiedad para pescar atunes
en la zona del Estrecho junto a un amigo. Nunca más se ha sabido de él. Su familia, desesperada, se ha puesto en contacto con El Faro de Ceuta para solicitar ayuda, tras presentar denuncia en la Guardia Civil, justo el día después de su marcha,
así como en Marruecos, poniéndose además en contacto con los consulados de este país y de Portugal. La embarcación no ha aparecido, a pesar de que Salvamento Marítimo rastreó toda la zona hasta un campo de 20 millas. No se tiene noticias ni de Juan Jesús ni del amigo, vecino de un pueblo cercano, que le acompañaba en esa salida. El hecho de que no haya aparecido el barco ni haya rastro de ambos levanta todas las sospechas. Los familiares se aferran a un clavo ardiendo: “No perdemos la esperanza”, explica su hermana Ada. Juan Jesús tiene amplia experiencia en el mar, con tradición familiar marinera y dedicado antes a este oficio, la conoce a la perfección. Trabajaba de camionero, aunque ahora mismo estaba en paro esperando ejercer de transportista en España, cansado ya de realizar los trayectos en el ámbito internacional haciendo continuos viajes a otros países, ya que buscaba estar más estable en el país cercano a su familia, sus padres, hermana y pareja.
Denuncia interpuesta justo un día después de su marcha Ese 11 de junio, Juan Jesús se despidió y salió del puerto deportivo de Ayamonte junto a su amigo para pescar atunes en la zona del Estrecho. El día 12, sin noticias de ambos, la familia acudió a la Guardia Civil para denunciar su desaparición. No llevó su teléfono móvil, tampoco la documentación. A partir de entonces han esperado resultados, confiando en que Juan pudiera haber sufrido algún percance desviando su ruta hacia otras zonas. De ahí que además de la denuncia puesta en la Guardia Civil, hicieron lo propio en Marruecos y en Portugal. También comunicaron su ausencia en la Marina y han contactado con los consulados españoles sin que haya constancia de su estancia. Del rastreo que llevó a cabo Salvamento Marítimo no hubo resultado alguno, se llegó a solicitar permiso para rastrear vía aérea hasta la zona limítrofe con Marruecos, sin éxito alguno. No hay rastro de ambos y tampoco de la embarcación, detalle este que hace sospechar a la familia porque de haber sufrido algún incidente en el mar debería haber rastro del barco, de 6 metros de eslora, que ocupaban. La familia de Juan no desiste. “No tiramos la toalla, lo malo ha podido ser, pero no se ha localizado el barco, ni se ha dado con mi hermano todavía, entonces no perdemos nunca la esperanza de que aparezca”, explica Ada. Han esperado todo este tiempo antes de pedir ayuda mediática, confiando en que las labores de la Guardia Civil dieran su fruto o que los consulados comunicaran algún dato que condujera a los desaparecidos. Pero nada. Por eso se aferran a la posibilidad de que viendo la fotografía de Juan y el barco que ocupaba ese día, alguien pueda aportar algún dato sobre él. No saben si desviaron su ruta, si pasó algo, si tuvieron algún accidente, de ahí que la zona de posible hallazgo es amplia.
Un dato clave: tiene un brazo lleno de tatuajes con motivos marineros Y en el abanico de posibilidades hay muchas: que haya tenido un accidente, que terminara en algún país extranjero herido y no haya podido contactar con su familia… En Marruecos no les han comunicado hallazgo alguno, pero queda la incógnita, por ejemplo, de Argelia. Ha habido casos de españoles que han terminado en esas aguas llevados por las corrientes y se les ha detenido e incluso encarcelado bajo todo tipo de acusaciones. La familia de Juan solo pide ayuda, poder tener noticias, calmar a los padres de este joven que llevan desde junio manteniendo la esperanza de volver a verle. Están desesperados y cualquier información es relevante. Juan tiene uno de los brazos completamente tatuado con símbolos alusivos al mar, al oficio de marinero: un barco, una brújula, las olas... Un dato significativo que han querido poner de relieve. Cuando marchó de casa vestía polo de color azul con pantalón corto verde y zapatos de varios colores.