Ceuta es una tierra emisora de mano de obra, pero sobre todo receptora: hay más personas de otras zonas del país con contratos en la ciudad, que trabajadores ceutíes contratados en otras zonas del país. Se trata de una circunstancia que siempre ha acompañado a este territorio. Sin embargo, entre los más jóvenes esta afirmación no se cumple. Según los últimos datos relativos a 2019, la diferencia entre los jóvenes empleados que vienen y los que se marchan es de 791 a favor de los segundos, lo que arroja un saldo negativo para Ceuta.
Así lo recoge el último estudio sobre ‘Datos Básicos de Movilidad’ publicado por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), a través de su Observatorio de las Ocupaciones, correspondiente a 2019. Ese informe recoge en el año 2019, un total de 1.153 jóvenes menores de 30 años salieron de Ceuta con un contrato de trabajo en otra región del país, mientras que solo 362 vinieron a trabajar a la ciudad autónoma, lo que deja un saldo negativo de -791.
Este es el dato más significativo del informe para el director provincial del SEPE, Pepe Simón. “De hecho, predominan los hombres jóvenes, que son los que más migran. Pero es cierto que llama la atención que son muchos más jóvenes los que se van que los que entran. Es súper evidente que hay una fuga de cerebros. La gente joven se va, busca en el mercado de trabajo de la Península, encuentran trabajo y no vuelven a Ceuta”, explicaba.
Por otra parte, en un vistazo a los datos por sexos revela que los hombres son más proclives a dar el paso a otra ciudad para trabajar. “Aunque las mujeres también se marchan en un 8,42 por ciento en nuestra ciudad, mientras que a nivel nacional lo hace el 7,2 por ciento. Permanecen en Ceuta 7.209 mujeres, salen 429 y entran 896, por lo que entran más de las que salen. La movilidad es más reducida en las mujeres, quizás por la maternidad y todo eso afecta y hace que sea más difícil la movilidad. Hay una desigualdad tremenda”.
El informe del SEPE también hace balance por edades. En los mayores de 45 años en general hay una tasa de movilidad por razones laborales de un 12,5 por ciento, siendo 3.347 personas las que permanecen en Ceuta al tener un contrato de trabajo, 449 las que entran y 507 las que salen. En este caso, el saldo migratorio es también “negativo ya que hay un diferencial de 58 personas más que salen a trabajar fuera que los que entran”.
Llama la atención que la tasa de movilidad de los trabajadores que son extranjeros es del 25,27%. Aquí se ve la realidad de Ceuta como zona de paso para muchas de estas personas: “Permanecen 1.128 extranjeros con contrato de trabajo en nuestra ciudad, mientras que entran 174 y salen 589. Hay una diferencia de 415 personas más que salen que los que entran, es decir casi cuatro veces más personas extranjeras que salen con un contrato que los que entran. Predominando también los hombres extranjeros en la movilidad”, comenta Simón.
La movilidad geográfica por motivos laborales también se da en personas con discapacidad y es que también se trasladan fuera más de los que vienen a Ceuta con un empleo. En este caso, la tasa de traslados por motivos de trabajo es del 9,34 por ciento, es decir, permanecen en Ceuta 505 contratados, “la mayoría mujeres”, entran 10 contratados y salen 94, por lo que el saldo es negativo con 84 personas más que salen que los que entran.
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